China endurece restricciones tras repunte de casos de COVID
China confina a 1,8 millones de residentes en un distrito de la metrópolis de Guangzhou, que se someterán a pruebas de detección del coronavirus, y una importante ciudad de suroeste cierra las escuelas debido a un nuevo repunte en los contagios
Todos los residentes en un distrito de 1,8 millones de personas en la metrópolis de Guangzhou, en el sur de China, recibieron la orden de quedarse en sus casas el sábado y someterse a pruebas de detección del coronavirus, y una importante ciudad de suroeste cerró las escuelas debido a un nuevo repunte en los contagios.
En todo el país, en las últimas 24 horas se detectaron un total de 11.773 nuevos positivos, de los cuales 10.351 no presentaban síntomas, dijo la Comisión Nacional de Salud (CNS). Las cifras en China son bajas, pero el incremento con respecto a la semana pasada es un desafío para el protocolo de "cero COVID”, que busca aislar a todos los infectados.
La cuarentena para los viajeros que llegan a China se redujo a cinco días, desde los siete previos, como parte de los cambios en los controles contra la pandemia anunciados el viernes para reducir su costo y los trastornos que causan. Pero el gobernante Partido Comunista dijo que mantendrá su estricto protocolo a pesar de que otros países han suavizado las medidas para viajar y las demás restricciones y tratan de centrarse en una estrategia a largo plazo para convivir con el virus.
En Guangzhou, que tiene una población de 13 millones de personas, se detectaron un total de 3.775 infecciones, incluyendo 2.996 sin síntomas, de acuerdo con la CNS. La cifra supone un incremento desde los 3.030 casos de la víspera, con 2.461 asintomáticos.
Los residentes en el distrito de Haizhu de Guangzhou recibieron la orden el sábado de quedarse en casa mientras se lleva a cabo un cribado, anunció el gobierno de la zona en su cuenta en redes sociales. Un miembro de cada hogar puede salir para comprar comida.
Guangzhou, a 120 kilómetros (75 millas) al norte de Hong Kong, ha cerrado escuelas y suspendió el servicio de buses y metro en gran parte de la ciudad ante el aumento de los contagios. Los vuelos hacia la capital, Beijing, y otras grandes urbes han sido cancelados.
En todo el país, quienes quieren acceder a supermercados, oficinas y otros edificios públicos deben arrojar negativo en las pruebas de detección que se realizan una vez al día. Esto permite que las autoridades detecten contagios en personas sin síntomas.
En el suroeste, la ciudad industrial de Chongqing cerró escuelas del distrito de Beibei, que tiene 840.000 residentes. En el barrio de Yubei, los residentes no podían salir de una serie de complejos de departamentos, pero la ciudad no ofreció una cifra de afectados.
A principios de año, el partido gobernante cambió su política y pasó a aislar edificios o vecindarios donde se hallaban casos de COVID-19 en lugar de suspender el acceso a las ciudades tras las quejas de que era una medida muy costosa. Pero cuando se detecta un brote, las restricciones pueden afectar a zonas con millones de habitantes.
La frustración de la población y las quejas de que, en algunas ocasiones, los residentes no tienen acceso a comida o medicamentos han derivado en protestas y enfrentamientos con las autoridades locales en algunos lugares.
Por otra parte, un total de 6,6 millones de personas que viven en ocho distritos de Zhengzhou, una ciudad del centro del país, se sometían el sábado a pruebas de detección masivas.
El acceso a la zona industrial de Zhengzhou que alberga la mayor planta de ensamblaje de iPhone del mundo quedó suspendido la semana pasada por los brotes. Apple Inc. advirtió de posibles demoras en la entrega de su nuevo iPhone 14.
A pesar de los esfuerzos para paliar los efectos de las restricciones sobre la segunda economía del mundo, los analistas apuntan a un debilitamiento de la actividad empresarial y de consumo luego de que el crecimiento subió al 3,9% con respecto al año anterior en el trimestre que finalizó en septiembre, desde el 2,2% de la primera mitad del año.
Los economistas han rebajado su previsión de crecimiento anual para China hasta el 3%, que sería una de los más bajos en décadas.