AP Explica: Polémica por viaje de Sara Netanyahu a estética
La escena indicaba una grave emergencia nacional: decenas de policías antimotines abriéndose paso por las calles de Tel Aviv mientras multitudes de manifestantes antigubernamentales gritaban consignas
La escena indicaba que se trataba de una emergencia nacional: decenas de policías antimotines abriéndose paso por las calles de Tel Aviv mientras multitudes de manifestantes antigubernamentales gritaban consignas. Su misión: Rescatar a la esposa del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, de una estética en la que le estaban realizando un peinado.
El hecho de que los manifestantes rodearan la estética la noche del lunes, y entonaran gritos de “¡Qué vergüenza! ¡Que vergüenza!”, colocó los reflectores sobre Sara Netanyahu, una controversial figura que desde hace tiempo se ha entrelazado con la carrera política de su esposo.
Ha sido criticada por tener una reputación de vivir una vida llena de lujos a expensas de los contribuyentes, una imagen que sólo quedó ratificada por su decisión de ir a la estética en el centro de una ciudad asediada por el descontento y que, por primera vez el miércoles, se tornó violenta.
Los israelíes también han acusado a Sara Netanyahu, quien fuera sobrecargo y posteriormente psicóloga pedagógica, de tener una excesiva influencia sobre su esposo, presionándolo en cuestiones como designaciones y temas políticos.
A continuación, un vistazo a lo que ha vuelto a Sara Netanyahu una figura tan controversial durante unas tres décadas en el escenario político.
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GASTOS A MANOS LLENAS
Sara Netanyahu, de 64 años, ha acaparado titulares sensacionalistas en los últimos años por supuesta malversación de fondos públicos, gastos familiares excesivos y quedarse con regalos de dignatarios mundiales, entre otras cosas. En 2019, aceptó un acuerdo de culpabilidad para zanjar acusaciones de que usó indebidamente 100.000 dólares en fondos públicos para ordenar lujosas comidas con chefs famosos en la residencia oficial del primer ministro, aunque ya contaba con cocineros en la nómina del gobierno. También ha quedado envuelta en el juicio por corrupción de su esposo, el cual ha precipitado la crisis política del país.
A cambio de favores políticos, el primer ministro supuestamente aceptó regalos de amigos multimillonarios que incluían cajas de champaña de decenas de miles de dólares y joyas extravagantes para Sara Netanyahu, y llegó a acuerdos secretos con editoriales de periódicos a fin de obtener una cobertura más favorable para su esposa. Él niega cualquier irregularidad. Más recientemente, una comisión parlamentaria aprobó nuevos gastos para los Netanyahu, incluido un incremento de miles de dólares anuales en gastos para vestuario y maquillaje para Sara Netanyahu.
“La sensación general es que se trata de una pareja muy codiciosa”, dijo el periodista israelí Amir Oren. “Tiene un aire de María Antonieta”.
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BERRINCHES
A lo largo de los años, las encargadas del hogar de Sara Netanyahu la han acusado constantemente de hacer fuertes berrinches y de cometer maltratos. En uno de los casos salió a relucir una conversación telefónica en la que Netanyahu le gritaba a su publicista luego de que una columna de chismes omitió mencionar sus credenciales académicas. En otra ocasión, una niñera de la familia dijo que Netanyahu la despidió por quemar una olla de sopa, echándola a la calle sin su ropa y su pasaporte.
Dos empleadas domésticas han ganado demandas en las que acusaron a Netanyahu de hacer de su vida un infierno. En testimonios ante la corte, una de ellas reveló el gusto de Netanyahu por la champaña rosada y otros costosos lujos. A lo largo de los años, amigos y personal han compartido historias sobre los exabruptos de Netanyahu y su obsesión enfermiza con la limpieza. La familia de Netanyahu se ha proyectado como víctima de una guerra de prensa. Interpusieron una demanda por difamación contra Ehud Olmert, un ex primer ministro, después de que los describiera como “enfermos mentales”.
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¿LA QUE MANDA?
Los críticos de la familia Netanyahu han acusado a Sara Netanyahu de interferir con la toma de decisiones del primer ministro. Exfuncionarios han testificado recientemente ante la corte que tenía una influencia excesiva en cuanto a las designaciones de altos funcionarios de seguridad. En enero, un general retirado testificó que Sara Netanyahu lo entrevistó durante 45 minutos para el puesto de secretario militar del primer ministro, después de que Benjamin Netanyahu había salido de la sala. “Durante los últimos años, no se ha designado a ningún alto funcionario que no haya sido entrevistado o fuera influenciado por Sara”, dijo Gayli Talshir, profesora de ciencias políticas en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Ha sido acusada de llevar a su esposo hacia una derecha más radical y de ayudar a impulsar la determinación del gobierno por reformar el sistema judicial del país, un plan que ha provocado algunas de las manifestaciones más grandes en la historia de Israel y ha generado un rechazo generalizado de diversos sectores de la sociedad israelí y en el resto del mundo.
Tomando en cuenta sus problemas legales anteriores, los críticos arguyen que tiene tanta participación como su esposo en el plan del gobierno para debilitar al sistema judicial. Sara Netanyahu y su hijo, Yair —de igual forma un pararrayos de controversia—, han arremetido en repetidas ocasiones contra las “élites” israelíes: la prensa, la burocracia y los servidores públicos. Benjamin Netanyahu insiste en que su esposa no interfiere en los temas de Estado.
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CON LOS PELOS DE PUNTA
Debido a la imagen pública de Sara Netanyahu, la oposición argumenta que no es sólo una primera dama, sino un objetivo político legítimo para el movimiento de protestas. Yair Golan, un exgeneral y exlegislador por el partido Meretz, dijo a la radiodifusora Kan que “con todo respeto, Sara Netanyahu es una figura política”, y está involucrada en designaciones y decisiones clave.
Pero las espectaculares escenas de agentes de policía, el servicio secreto y helicópteros desplegados para rescatar a Sara Netanyahu de su cita en la estética cambiaron el rumbo del día de protestas. Benjamin Netanyahu publicó en Twitter una foto en la que aparecía abrazando a su esposa por la noche, diciendo que había vuelto casa sana y salva, y advirtió que esta “anarquía” resultaría en la pérdida de vidas.
En una publicación en Instagram el jueves, Sara Netanyahu agradeció a la policía por ayudarla y le agradeció a la población por lo que describió como muestras de apoyo.
“El incidente de ayer pudo haber terminado en un asesinato”, declaró. Pidió a los líderes de oposición que condenen “la violencia, la anarquía y la instigación”.
El incidente, que acaparó titulares incluso después de que la policía sorprendió al país al disparar cañones de agua, y arrojar granadas aturdidoras y gases lacrimógenos contra manifestantes prodemocráticos, dejó una vez más claro que Benjamin Netanyahu es un experto manipulador político, comentó Talshir. “Manejó bien las cosas, proyectando a su esposa como la verdadera víctima de la protesta de ayer”, comentó. “Pero desde el punto de vista de los manifestantes, Sara ha sido fundamental para dividir al país y convertirlo en una autocracia”.