Localidades desérticas y de montaña limpian el lodo mientras la tormenta Hilary se aleja

Mark J. Terrill,John Antczak,Julie Watson
Martes, 22 de agosto de 2023 03:11 EDT

Los operarios trabajaron el lunes para limpiar el barro en carreteras, edificios y residencias de mayores en una amplia franja del desierto del suroeste de Estados Unidos, mientras la primera tormenta tropical que azotó el sur de California en 84 avanzaba hacia el norte dejando avisos y alertas por inundaciones en media docena de estados.

El Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) dijo que la tormenta tropical Hilary había perdido gran parte de su fuerza en su avance hacia las Montañas Rocosas pero advirtió de posibles “inundaciones potencialmente fatales y localmente catastróficas” en partes de la región.

Los meteorólogos indicaron que la amenaza de inundaciones en los estados más al norte el lunes era mayor para gran parte del sureste de Oregon y hasta las montañas del centro-oeste de Idaho, con posibles tormentas eléctricas y lluvias torrenciales localizadas el martes.

A medida que Hilary se desplazaba hacia el este, al vecino estado de Nevada, se reportaron inundaciones y apagones, y se emitió una orden para hervir el agua que afectaba a unas 400 familias en Mount Charleston, cuyo único acceso quedó destruido. La zona está a unos 64 kilómetros (40 millas) al oeste de Las Vegas.

Hilary azotó primero la árida península mexicana de Baja California con fuerza de huracán y causó la muerte de una persona e inundaciones generalizadas antes de degradarse a tormenta tropical. Por el momento no se han reportado decesos, heridos graves o daños importantes en California, aunque las autoridades advirtieron que el riesgo continúa, especialmente en las regiones montañosas donde podrían registrarse deslaves.

En una escena dramática, los equipos de rescate de la comunidad desértica de Cathedral City, cerca de Palm Springs, condujeron una topadora por el lodo hasta una residencia de mayores anegada y rescatar a 14 personas gracias a la pala, explicó el jefe de los bomberos, Michael Contreras.

“Pudimos meter a los pacientes en la pala. Es algo que no había hecho en mis 34 años como bombero, pero desastres como este nos obligan a recurrir a métodos de rescate que no están en los manuales y que no utilizamos a diario", dijo en una conferencia de prensa.

Este fue uno de los 46 rescates que se llevaron a cabo en al ciudad entre el domingo en la noche y la tarde siguiente, mientras el lodo y el agua alcanzaron una altura de 1,5 metros (5 pies).

Hilary es el último fenómeno climático que causa estragos en Estados Unidos, Canadá y México. En Hawai, la isla de Maui sigue sufriendo las consecuencias de un fuego que mató a más de 100 personas y arrasó la localidad de Lahaina en el incendio forestal más letal en más de un siglo en Estados Unidos. En Canadá, los bomberos luchan contra la peor temporada de incendios de la que se tiene registro en el país.

La elevada temperatura del agua y del aire fue un factor crítico que permitió el rápido crecimiento de Hilary, que tuvo una trayectoria inusual, aunque no inédita, que arrojó el equivalente a 10 meses de lluvia en apenas un día en algunos lugares áridos.

Los científicos aún desconocen por qué algunas tormentas, como Hilary, aumentan de tamaño y otras no lo hacen, dijo Kerry Emanuel, científico de huracanes del MIT.

“Es bastante inusual que una tormenta en el Pacífico oriental sea tan grande, ya que generalmente son pequeñas y permanecen en los trópicos”, indicó la científica atmosférica de la Universidad de Albany Kristen Corbosiero, experta en huracanes en el Pacífico.

El clima húmedo podría evitar los incendios forestales durante unas semanas en el sur de California y en partes de Sierra Nevada, pero no se esperan precipitaciones generalizadas en zonas más propensas al fuego, explicó el climatólogo Daniel Swain, de la Universidad de California en Los Ángeles, en una videoconferencia el lunes.

Se han reportado inundaciones y deslaves en áreas desérticas y montañosas del interior del sur de California.

En las montañas de Bernardino, los operarios trabajaron en la retirada del lodo que bloqueó las viviendas de unos 800 residentes, explicó la jefa del batallón de bomberos Alison Hesterly.

En la ciudad de Desert Hot Springs, en el valle de Coachella, Steven Michael Chacon dijo que los caminos en el complejo residencial en el que vive con su esposo estaban intransitables debido a las inundaciones, y le preocupaba que el personal de emergencias no pudiera llegar a quienes los necesitaban.

“Básicamente todos tienen que quedarse en casa, no hay forma de entrar o salir”, declaró el lunes en la mañana.

Según las autoridades, una mujer estaba desaparecida luego de que los testigos vieron como una riada arrastraba su casa rodante.

Hilary batió el récord de lluvia caída en un día en San Diego y en el Parque Nacional Death Valley abría arrojado el equivalente a todo un año en apenas una jornada, obligando al cierre indefinido del parte. Alrededor de 400 personas se resguardaban en Furnace Creek, Stovepipe Wells y Panamint Springs hasta que los caminos sean transitables, informaron funcionarios del parque.

La última vez que una tormenta tropical pasó por California fue en septiembre de 1939, cuando destruyó vías de tren, arrancó casas de sus cimientos y hundió varias embarcaciones. Casi 100 personas fallecieron entonces en el mar y en tierra.

El sur de Texas se preparaba también para la llegada de otra tormenta tropical que podría dejar fuertes aguaceros y posibles inundaciones. El NHC apuntó que en la costa podrían registrarse condiciones de tormenta tropical desde primera hora del martes, incluyendo cerca de la frontera entre México y Estados Unidos, donde la población se hizo con costales de arena en previsión.

Mientras, en el Caribe, la tormenta tropical Franklin se acercaba el lunes a Haití y República Dominicana.

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Antczak y Stefanie Dazio informaron desde Los Ángeles y Watson desde San Diego. Los periodistas de The Associated Press Eugene Garcia en Cathedral City; Ken Ritter en Las Vegas; Will Weissert en Washington; Freida Frisaro en Fort Lauderdale, Florida; Curt Anderson en St. Petersburg, Florida, y Walter Berry en Phoenix, contribuyeron a este despacho.

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