Informe de AP destaca aumento de peligros del calor para trabajadoras agrícolas embarazadas

Los trabajadores agrícolas ya se encuentran entre los más vulnerables al calor extremo. En el caso de las personas embarazadas, estos riesgos son mayores porque el cuerpo debe esforzarse más para enfriarse y requiere más líquidos, lo que facilita que se deshidraten. Aunque existen protecciones, los expertos dicen que se necesita una aplicación adecuada y más acciones. The Associated Press entrevistó a cuatro trabajadoras agrícolas que relataron sus experiencias de trabajar en condiciones de calor extremo durante el embarazo.
Aquí se presentan las conclusiones del artículo de la AP:
¿Cuánto sube la temperatura?
La temperatura promedio aumenta a nivel mundial, incluidos en los estados con mayor productividad agrícola de Estados Unidos. Desde principios del siglo XX, las temperaturas en California han aumentado casi 1,67 grados Celsius (3 grados Farenheit). El calentamiento se ha acelerado, y siete de los últimos ocho años en ese estado, hasta 2024, han sido los más cálidos registrados. En Florida, las temperaturas promedio han aumentado más de 1,11 grados Celsius (2 grados Farenheit).
Respecto a la reacción del cuerpo al calor, incluso pequeños aumentos de temperatura pueden ser significativos.
Un estudio encontró que los trabajadores agrícolas tenían un riesgo 35 veces mayor de muerte relacionada con el calor que otros trabajadores. En Estados Unidos, se estima que un tercio de los trabajadores agrícolas son mujeres —una proporción cada vez mayor de la fuerza laboral agrícola—.
¿Por qué las trabajadoras agrícolas embarazadas corren mayor riesgo?
El embarazo aumenta el riesgo del calor extremo porque el cuerpo tiene que realizar más esfuerzo para enfriarse. La exposición al calor ha sido relacionada con un mayor riesgo de abortos espontáneos, muerte fetal, partos prematuros, bajo peso al nacer y defectos congénitos.
Combinar el embarazo y el calor con el trabajo físico puede saturar más rápidamente los mecanismos de regulación de temperatura que enfrían al cuerpo, lo cual incrementa la probabilidad de deshidratación, insolación y golpes de calor. Los trabajadores agrícolas también son menos propensos a exigir a sus empleadores que les proporcionen sombra, agua o descanso adecuados, o a reportar que sienten demasiado calor por temor a ser despedidos o a que los denuncien ante las autoridades migratorias.
En zonas rurales, las trabajadoras agrícolas embarazadas generalmente tienen menos acceso a la atención de maternidad porque las clínicas están más lejos. En otras ocasiones, no pueden faltar al trabajo o no les conceden permiso para faltar. Muchas tampoco reciben atención médica ni licencia remunerada a cargo del empleador.
Estos riesgos se ven empeorados por las medidas enérgicas del gobierno de Trump contra la inmigración. Los profesionales de la salud han reportado menos visitas sin cita previa, pacientes que retrasan la atención prenatal y más pacientes embarazadas cuya primera consulta médica fue para dar a luz, según una investigación de la organización Physicians for Human Rights (Médicos por los Derechos Humanos). Otros han reportado un incremento en las inasistencias y las cancelaciones de citas.
¿Qué protecciones existen?
No existen protecciones federales contra el calor, aunque el gobierno de Trump parece avanzar con una propuesta de norma. Algunos estados, incluido California, tienen sus propias protecciones, pero otros, como Florida, han prohibido a los gobiernos locales que implementen salvaguardas propios. En estados con protecciones, los defensores afirman que estas no se aplican adecuadamente, y, además, señalan una desconfianza generalizada en los sistemas de denuncia.
Más de 30 estados y ciudades tienen leyes que exigen a los empleadores proporcionar condiciones adecuadas a las trabajadoras embarazadas. La más reciente, el Acta de Equidad Para Trabajadoras Embarazadas (PWFA, por sus siglas en inglés), de 2023, exige que los empleadores proporcionen “condiciones razonables” a las trabajadoras embarazadas, a quienes dieron a luz recientemente o a quienes tengan afecciones médicas relacionadas con el parto o el embarazo. Otras leyes prohíben el despido o la discriminación debido a esos factores.
Aun así, algunos expertos exponen que no existen suficientes protecciones legales para las trabajadoras embarazadas. “Es probablemente una de las razones por la que tenemos algunas de las tasas más altas de mortalidad materna e infantil entre los países de altos ingresos del mundo”, dijo Ayana DeGaia, profesora adjunta de obstetricia y ginecología en la Universidad de Washington, en Harborview.
Otros recalcaron que tampoco está claro cómo se aplican algunas de estas protecciones en la agricultura y cómo benefician a las trabajadoras agrícolas.
En Florida, estado que es un importante productor estadounidense de plantas de interior y follaje tropical, los trabajadores de la industria de los viveros, quienes en su mayoría son mujeres, se han unido a una lucha por la protección contra el calor. En California, los trabajadores abogan por una compensación garantizada cuando pierden salarios debido a las olas de calor y otros eventos climáticos extremos, así como por un pago adicional cuando trabajan durante condiciones climáticas peligrosas.
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The Associated Press recibe apoyo de la Fundación de la Familia Walton para la cobertura de políticas hídricas y ambientales. La AP es la única responsable de todo el contenido.





