La contaminación atmosférica insalubre afecta al 99 por ciento de los habitantes de la Tierra
Los habitantes de los países de bajos y medios ingresos son los más expuestos
La OMS (Organización Mundial de la Salud) advirtió el lunes que casi todos los habitantes de la Tierra respiran contaminación atmosférica perjudicial.
El 99 por ciento de la población mundial inhala niveles insalubres de partículas finas y dióxido de nitrógeno (NO2), y los habitantes de los países de bajos y medios ingresos son los más expuestos.
La OMS ha pedido que se reduzca el uso de combustibles fósiles el mismo día que el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) de las Naciones Unidas, que ha concluido en su último informe que el mundo tiene menos de tres años para reducir las emisiones mundiales de carbono y evitar un peligroso aumento de la temperatura.
La OMS endureció sus directrices sobre la calidad del aire en 2021 para ayudar a los países a evaluar mejor la salubridad del aire y la contaminación relacionada con la quema de combustibles fósiles.
Incluyen por primera vez mediciones en tierra de las concentraciones medias anuales de NO2, un contaminante urbano común y precursor de las partículas y el ozono. También miden las partículas, PM10 y PM2,5.
Los datos de la OMS se publicaron en vísperas del Día Mundial de la Salud, el 7 de abril.
La organización de las Naciones Unidas calcula que cada año se producen 4,2 millones de muertes como consecuencia de la exposición a la contaminación del aire exterior, y 3,8 millones de muertes anuales debidas al humo de cocinas y combustibles sucios en los hogares.
Según la OMS, más de 6.000 ciudades de 117 países vigilan ahora la calidad del aire, lo que supone un aumento de casi seis veces en la última década.
En los 117 países que vigilan la calidad del aire, el aire del 17 por ciento de las ciudades de los países de altos ingresos está por debajo de las directrices de la OMS para las PM2,5 o las PM10. En los países de bajos y medios ingresos, la calidad del aire en menos del 1 por ciento de las ciudades cumple los umbrales recomendados.
Los patrones de NO2 son diferentes, pues muestran menos diferencias entre los países de altos ingresos y los de bajos y medios ingresos.
La contaminación atmosférica, incluso en niveles bajos, puede causar un daño significativo al cuerpo humano.
Las partículas, especialmente las microscópicas PM2,5, pueden alojarse en lo más profundo de los pulmones y entrar en el torrente sanguíneo, y provocar accidentes cerebrovasculares y problemas cardiovasculares y respiratorios. Cada vez hay más pruebas de que las partículas afectan a otros órganos y provocan enfermedades como el cáncer.
El NO2 se asocia a enfermedades respiratorias, sobre todo al asma, y a síntomas como la tos, las sibilancias o la dificultad para respirar, lo que aumenta las estancias en el hospital y las visitas a los servicios de urgencias.
“Después de haber sobrevivido a una pandemia, es inaceptable que sigan existiendo 7 millones de muertes evitables e innumerables años de buena salud prevenibles debido a la contaminación atmosférica”, declaró la Dra. Maria Neira, Directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS.
“Sin embargo, se siguen haciendo demasiadas inversiones en un medio ambiente contaminado en lugar de en aire limpio y saludable”.
La OMS pide a los gobiernos que tomen medidas para reducir la contaminación atmosférica, lo que a su vez también repercutirá en la crisis climática. Entre ellas se encuentra el fomento de la transición a la energía limpia para cocinar, calentar e iluminar los hogares, la promoción del transporte público y de las redes aptas para peatones y ciclistas, y la aplicación de normas más estrictas sobre las emisiones de los vehículos.
Las mejoras también pueden provenir de una gestión más eficiente de los residuos industriales y municipales, y de la reducción de la incineración de residuos agrícolas y de los incendios forestales.
“Los elevados precios de los combustibles fósiles, la seguridad energética y la urgencia de afrontar el doble reto sanitario que suponen la contaminación atmosférica y el cambio climático, ponen de manifiesto la apremiante necesidad de avanzar más rápidamente hacia un mundo mucho menos dependiente de los combustibles fósiles”, señaló el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.