California prohibirá la venta de autos nuevos de gasolina: “Es un paso enorme”
El estado tiene el mayor mercado de vehículos de EE.UU.
En California quedará prohibida de manera oficial la venta de autos de gasolina, el primer anuncio de este tipo en Estados Unidos, que se considera un gran paso hacia el objetivo de cero emisiones del país.
Según los planes que entrarán en vigor el jueves, los californianos no podrán comprar nuevos autos a gasolina a partir de 2035, reportó el miércoles el New York Times.
La norma, emitida por la Junta de Recursos del Aire de California, exige que todos los autos nuevos del estado no utilicen combustibles fósiles para ese año.
“Es un paso enorme”, declaró Margo Oge, una experta en vehículos eléctricos que supervisó los programas de emisiones de transporte de la Agencia de Protección Ambiental de las administraciones Clinton, Bush y Obama.
“California tendrá ahora el único gobierno del mundo que obliga a los vehículos de emisiones cero. Es algo único”.
El gobernador de California, Gavin Newsom, señaló en un comunicado que esto demostraba que “California sigue a la vanguardia”.
California tiene el mayor mercado de vehículos de EE.UU., y se ha forjado un camino con una ambiciosa legislación para hacer frente a la crisis climática.
Según el Times, al menos cinco estados podrían introducir una prohibición similar de los vehículos de gasolina durante el próximo año.
En la actualidad, solo el 6 por ciento de los autos vendidos en EE.UU. son eléctricos, y el país está por detrás de las cuotas de mercado de algunos países europeos y de China.
El año pasado, el Presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva cuyo objetivo es que la mitad de los vehículos nuevos vendidos en EE.UU. para 2030 sean de cero emisiones.
La recientemente aprobada Ley de Reducción de la Inflación también ofrecerá créditos fiscales para apoyar la compra de vehículos eléctricos.
Se espera que la legislación, que también cuenta con una serie de incentivos para las energías limpias, reduzca la huella de carbono nacional de EE.UU. en un 40 por ciento para 2030, según varios análisis independientes.