Funcionarios del gobierno de Joe Biden dudan del trabajo en México del embajador Ken Salazar: NYT
La posición del diplomático es clave en un momento difícil para Joe Biden, pues enfrenta una crisis migratoria y económica, sin embargo, parece estar saliendo de su control
La posición del embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, es clave en un momento difícil para Joe Biden, pues enfrenta una crisis migratoria y económica, sin embargo, parece que el diplomático se está saliendo de su control.
Esta mañana, el New York Times publicó una nota en la que cita diferentes fuentes entre funcionarios de los Estados Unidos, que hablan de la preocupación en Washington que genera la actuación de Salazar.
Según lo que publica el diario, varios cercanos a Joe Biden ven con sospecha el acercamiento del diplomático con el presidente mexicano, algunas veces, en contradicción con la agenda del propio gobierno estadounidense.
La publicación presenta un episodio que muestra este patrón de conducta que puede calificarse como contradictoria a la política estadounidense. Se trata de la supuesta visita a la residencia oficial del embajador, del titular del INE (Instituto Nacional Electoral), Lorenzo Córdova, para denunciar el franco ataque desde Palacio Nacional que sufre desde hace meses la autoridad electoral, que es uno de los pilares de la democracia en el país.
En respuesta, Córdova habría recibido uno de los argumentos que López Obrador utiliza desde hace más de una década sin prueba alguna, que hubo un fraude en las elecciones del 2006 cuando perdió ante Felipe Calderón por un margen mínimo.
“Mucha gente que vio la votación esa noche me ha dicho, incluso gente que no tiene un interés personal, gente muy creíble, que hubo fraude”, cita el diario que dijo el embajador en una entrevista en la que agregó no estar “al tanto de la línea” de su gobierno respecto a este tema.
Ken Salazar fue designado como embajador para asumir el reto de entablar una relación cercana con Andrés Manuel, uno de los últimos mandatarios en reconocer el triunfo de Biden mientras Donald Trump seguía alegando sin pruebas que le habían “robado” la elección.
Parte de su misión era evitar los conflictos con el presidente mexicano cuya cooperación es fundamental para atender la crisis migratoria y de seguridad. Sin embargo, “al interior del gobierno hay una preocupación creciente de que, en el proceso de acercamiento, el embajador haya arriesgado los intereses estadounidenses”, aseguran Natalie Kitroeff y Maria Abi-Habib, autoras de la publicación.
Entre los temas que más preocupan en Washington está la percepción del apoyo a los cambios en materia energética que el gobierno de López Obrador mantiene como objetivo principal y que afectan directamente a inversionistas en Estados Unidos y algunos de los acuerdos del T-MEC. Sobre todo, después de que la propia secretaria de Energía de la Unión Americana, Jennifer Granholm, viajó a México para advertir el interés por dichos cambios, y Salazar declaró que AMLO tenía razón en buscar cambios a la legislación.
Acto seguido, López Obrador utilizó la declaración del exsenador para mostrar el “apoyo” de Estados Unidos a sus reformas.
Según Dolia Estévez, periodista de origen mexicano en Estados Unidos, autora del libro Así nos ven, en el que entrevistó a una docena de exembajadores “desde Lucey hasta Landau”, ningún representante de aquel país en México se ha reunido con un presidente mexicano tanto como Ken Salazar con López Obrador.
Otro capítulo que puso en duda el trabajo de Salazar en México fue la exigencia de López Obrador de invitar a Cuba, Nicaragua y Venezuela a la Cumbre de las Américas, que se calificó como un boicot que, según algunos medios, avergonzó al presidente estadounidense y le restó autoridad en la región.