Francia está un paso más cerca de prohibir los velos islámicos en todas las competencias deportivas

Salimata Sylla y su equipo estaban por entrar a la cancha de baloncesto, tal como lo habían hecho muchas veces antes.
La mañana de ese domingo, ella y sus compañeras habían realizado un viaje de tres horas en autobús desde Aubervilliers, un suburbio parisino, hasta la cancha de un club rival en el norte de Francia. Ya uniformada y después de calentar, Sylla —la capitana del equipo— estaba lista para jugar.
Pero momentos antes del inicio del partido, se le informó que no podía participar. ¿El motivo? Su velo religioso.
Más de dos años después, Sylla aún tiene prohibido competir bajo la jurisdicción de la federación francesa de baloncesto.
La exbase de 27 años es una de miles de jóvenes musulmanas en Francia que se encuentran marginadas de las competencias deportivas debido a la prohibición de utilizar uniformes y otras prendas que contengan un significado religioso o político. Estas normas, según los críticos, afectan desproporcionadamente a las deportistas musulmanas que usan hiyab.
Ahora, los políticos de derecha han impulsado un controversial proyecto de ley que prohibiría el uso de un velo religioso en todas las competencias deportivas, y el cual ya superó su primer obstáculo legislativo en el Senado. De ser aprobado por la cámara baja, consagraría en ley lo que hasta ahora ha sido decisión individual de cada federación deportiva.
Quienes están a favor de la medida afirman que es un paso necesario para proteger el laicismo —un pilar de la República Francesa. Sus detractores califican la propuesta como discriminatoria, islamófoba y una violación tanto del Estado de derecho como del concepto mismo de laicismo.
Deportista que usa hiyab dice que es una decisión personal
“Sabemos que el deporte es un vehículo para la emancipación, especialmente para las niñas”, expuso Sylla a The Associated Press. “Entonces, ¿qué intentan decirnos realmente? ¿Creen que estamos oprimidas por usar nuestro velo islámico? Pero al final, ellos también nos oprimen porque nos han excluido de las canchas de baloncesto. Nosotras elegimos ser musulmanas. Bajo ninguna circunstancia ustedes deberían decirme qué debemos o no debemos vestir”.
En enero de 2023 se le ordenó que se retirara el hiyab si quería jugar contra el Escaudain en la liga Nacional 3. Sylla se negó, argumentando convicciones personales y el hecho de que su hiyab deportivo contaba con aprobación oficial y era considerado apto para su uso en competencias.
Sólo entonces se enteró de que las normas de la federación de baloncesto prohibían el uso de cualquier tipo de velo por considerarlo inapropiado para jugar, contrario a las normas de la federación internacional de baloncesto.
“Estaba realmente impactada”, dijo Sylla. “Fui a ver al árbitro para decirle que había jugado ocho partidos con él desde el inicio de la temporada y nadie me había prohibido jugar con él. Y me dijo: ‘Lo siento. Aquí están las reglas’”.
La federación francesa no explicó a The Associated Press la prohibición del uso de hiyab en las competencias.
Sylla, quien este año peregrinó a la ciudad santa musulmana de La Meca, en Arabia Saudí, ha dejado de jugar con su antiguo club. Todavía organiza partidos fuera de la jurisdicción de la federación y realiza torneos mensuales en París y sus alrededores que están abiertos a mujeres que juegan baloncesto con o sin hiyab.
“¿No quieren incluirnos? Pues nosotras vamos a incluir a todas”, subrayó Sylla.
El laicismo aún es un tema polémico
Hasta ahora, las federaciones deportivas han tenido la libertad de decidir si permiten o no el uso del velo religioso. Uno de los deportes predominantes del país, el fútbol, optó por prohibirlo.
Aún no se fija una fecha para que el proyecto de ley vaya a debate en la cámara baja del Parlamento. Para su aprobación se necesitaría de una coalición de fuerzas que no suelen trabajar juntas en la Asamblea Nacional, donde persiste una marcada división.
No obstante, el voto de los senadores a favor del proyecto de ley ya ha reavivado el debate sobre el laicismo y la separación de la Iglesia y el Estado. Sigue siendo un tema controversial más de un siglo después de que una ley de 1905 lo estableció como principio de la República Francesa.
El secularismo francés —“la laïcité”— establece el concepto de libertad religiosa, al tiempo que estipula que el Estado no favorece ninguna religión y se mantiene neutral. En su nivel más básico, sostiene que todas las personas en Francia son libres de creer —o no creer— y de practicar su culto como deseen, pero no de imponer sus creencias religiosas a otros en espacios públicos. Concebida para proteger la libertad religiosa de todos después de varios siglos de sangrientas guerras religiosas, la laicidad es considerada ahora por sus críticos como un pretexto para discriminar y restringir el acceso de los musulmanes a la vida pública.
“Les Hijabeuses” en primera fila
Un equipo de jugadoras de fútbol que usan velo religioso, llamadas “Les Hijabeuses”, hacen campaña en contra de la prohibición y aseguran que el nuevo proyecto de ley obligaría injustamente a las mujeres musulmanas a elegir entre portar un velo islámico o practicar un deporte.
“Rechazamos esta injusticia”, dijeron. “Porque esta ley no tiene cabida en Francia. Y nunca la tendrá. Continuaremos con nuestra lucha hasta que ya no nos sea impuesta esta elección”.
Después de que el máximo tribunal administrativo de Francia dictaminó en 2023 que la federación de fútbol estaba facultada para prohibir el uso del velo religioso en los partidos, las Hijabeuses presentaron una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra Francia en la cual alegan la violación de su libertad religiosa.
Quienes apoyan el proyecto de ley mencionan los crecientes ataques al secularismo en el deporte y argumentan que sus valores fundamentales se basan en el principio de universalidad. Para proteger los recintos deportivos de cualquier confrontación no deportiva, afirman, es necesario implementar un principio de neutralidad que garantice que no pueda promoverse ninguna agenda política, religiosa o racial.
“Desde hace varios años, los órganos de gobierno y los funcionarios electos a nivel local han advertido sobre la propagación desenfrenada de las ideas de los autores de la radicalización y el proselitismo en el deporte”, declaró Michel Savin, el senador que impulsó la iniciativa de ley. “Siempre que pueden, intentan poner a prueba los límites de nuestros principios republicanos”.
Nicolas Cadène, exsecretario general del ahora desaparecido Observatorio para la Laicidad, una institución no partidista que anteriormente asesoraba al gobierno francés, asegura que no pueden utilizarse los principios del secularismo francés para justificar la prohibición del velo religioso.
“El Estado, por ser laico, no tiene por qué juzgar un símbolo religioso”, explicó. “No es de su incumbencia. El Estado no se ocupa de los símbolos religiosos —solo los prohíbe a quienes representan a la administración pública. Esta ley pretende excluir a todas estas jóvenes”.
Un acalorado debate que genera divisiones
El proyecto de ley está causando divisiones al interior del gobierno y enfrentando a los deportistas entre sí.
El cinco veces campeón olímpico de judo, Teddy Riner —una destacada figura del deporte francés—, se ha sumado a la controversia y argumenta que el proyecto de ley tiene gira en torno a una sola religión y que, en su lugar, la sociedad francesa debería enfocarse en promover la igualdad. Mahyar Monshipour, exboxeador profesional nacido en Irán, contraatacó y le pidió a Riner que no se involucre en un debate que no comprende.
“El velo islámico —que no es, como pretenden hacerte creer, una prenda que cubre el cabello, sino un ‘sudario’ cuyo objetivo es el de ocultar el cuerpo de las mujeres desde el inicio de la menstruación— es en sí mismo un signo visible de una desigualdad institucionalizada y legitimada entre hombres y mujeres”, argumentó Monshipour.
La disputa ha expuesto grietas dentro del gobierno de coalición. Si bien algunos ministros han expresado dudas sobre el proyecto de ley, este cuenta con el firme respaldo de figuras de la derecha como Bruno Retailleau, ministro del Interior.
El hiyab “cuestiona radicalmente la igualdad entre hombres y mujeres, y es un signo de la degradación de la condición femenina”, expresó. “Obviamente, no todas las mujeres que llevan el velo son fundamentalistas islámicas. Pero no encontrarán a ni un solo fundamentalista islámico que no quiera que las mujeres porten el velo”.
Los legisladores aprobaron previamente un proyecto de ley para fortalecer la supervisión sobre las mezquitas, escuelas y clubes deportivos. Con Francia golpeada por atentados terroristas, persiste una idea generalizada de que la radicalización islámica era un peligro. Pero los críticos también consideraron la ley de 2021 como una estrategia política para atraer a la derecha al partido centrista del presidente Emmanuel Macron de cara a las elecciones presidenciales en las que Macron se impuso.
A dos años de los próximos comicios, el debate sobre el islam radical ha resurgido y vuelve a estar bajo los reflectores después de que recientemente se publicó un informe encargado por el gobierno que plantea preocupación respecto a los esfuerzos de la Hermandad Musulmana —una organización islamista considerada como terrorista por algunos países— por expandir su influencia en Francia mediante organizaciones de base, incluidos clubes deportivos.
Francia es el único país que prohíbe el velo religioso
Amnistía Internacional destacó que el nuevo proyecto de ley tiene como objetivo a las mujeres y niñas musulmanas, y las excluye de las competencias deportivas si llevan hiyab o alguna otra prenda religiosa. Antes de los Juegos Olímpicos de 2024, Amnistía Internacional publicó una investigación que analiza las normas en 38 países europeos y concluyó que Francia era la única que prohibía el velo religioso en competencias deportivas.
“Si se aprueba la ley, Francia será la única democracia del mundo que prohibirá todos los velos o accesorios religiosos en el deporte”, dijo Cadène.
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