Mala comunicación entre los pilotos provocó que un avión de United Airlines se desplomara
Los investigadores federales afirmaron que la mala comunicación entre los pilotos provocó que un avión de United Airlines se desplomara a 228 metros de la superficie del océano poco después de despegar de Hawái en diciembre.
Los investigadores federales declararon el jueves 10 de agosto que la falta de comunicación entre los pilotos provocó que un avión de United Airlines se desplomara a 228 metros (748 pies) de la superficie del océano poco después de despegar de Hawái en diciembre.
La NTSB (Junta Nacional de Seguridad en el Transporte) concluyó en un informe final que la tripulación no controló la trayectoria vertical del avión, la velocidad del viento y la dirección del morro por una confusión entre el capitán y el copiloto.
Tras un despegue normal durante una fuerte lluvia en el aeropuerto de Kahului, en la isla de Maui, el capitán le pidió al copiloto, o primer oficial, que reajustara los alerones, pero el copiloto oyó “15” en lugar de “cinco”, según la NTSB.
Pronto los pilotos se dieron cuenta de que el avión estaba inclinado hacia abajo y acelerando.
“En ese momento supe que el capitán tenía dificultades para controlar la velocidad. No estaba seguro de los desafíos a los que se enfrentaba el capitán”, declaró más tarde el copiloto a los investigadores.
El morro del avión seguía inclinándose hacia abajo y el copiloto vio a través del parabrisas que estaban atravesando la capa de nubes.
“Reconocí al instante la gravedad de nuestra situación”, señaló el copiloto. “Empecé a repetir: ‘Sube, sube, sube, sube’ muchas veces”. El sistema de advertencia de proximidad al suelo también hizo sonar la alarma.
Desde más de 670 metros (2.200 pies), el Boeing 777 se precipitó más de 427 metros (1.400 pies) en dirección al océano Pacífico antes de que los pilotos (que no fueron nombrados en el informe) pudieran recuperar el control, según informó la NTSB.
El capitán dijo que decidió continuar hasta San Francisco después de que la persona a cargo de los sobrecargos le dijera que “todo el mundo estaba bien” y que no había daños aparentes en el avión. El resto del viaje fue rutinario.
Había 271 pasajeros y 10 tripulantes a bordo. El capitán, de 55 años, tenía casi 20.000 horas de experiencia de vuelo, una cantidad considerable, mientras que el copiloto tenía 5.300 horas de vuelo.
Ambos siguen volando con United Airlines, informó la aerolínea.
“No hay nada más importante que la seguridad de nuestra tripulación y nuestros clientes, por lo que estamos aprovechando las lecciones aprendidas en este vuelo para complementar la formación de todos los pilotos de United”, dijo el portavoz de la aerolínea, Joshua Freed. “Nuestros pilotos informaron voluntariamente este suceso y United cooperó plenamente con la investigación independiente” para mejorar la seguridad de todo el sector.
La FAA (Administración Federal de Aviación), que regula las aerolíneas, dijo a principios de este año que los pilotos de United informaron el incidente en el marco de un programa voluntario de notificación de seguridad. La FAA dijo que analizó el incidente “y [que] tomó las medidas apropiadas”.
El incidente atrajo poca atención hasta que una publicación de aviación, The Air Current, comunicó su análisis de los datos recopilados del avión.
La NTSB no tuvo noticia del incidente hasta dos meses después, momento en el que ya se había sobrescrito la grabación de las llamadas cajas negras.
El vuelo de United tuvo lugar el mismo día en que 36 personas resultaron heridas, 11 de ellas de gravedad, cuando un vuelo de Hawaiian Airlines procedente de Phoenix sufrió fuertes turbulencias al aproximarse a Honolulú. El Servicio Meteorológico Nacional había emitido un aviso de tormentas eléctricas y viento inestable en la zona.
Traducción de Michelle Padilla