Aerolíneas, cada vez más intimidadas por el ‘skiplagging’; American Airlines detuvo a un joven en Florida
La práctica no es ilegal, pero no significa que no conlleve riesgos
El primer vuelo sin acompañantes de Logan Parson terminó con agentes del aeropuerto arrestando al adolescente y llevándolo rápidamente a una sala de interrogatorios.
Logan fue de visita a Gainesville, Florida, con su padre, y planeaba regresarse solo. Para el viaje de regreso, su padre le reservó un vuelo que comenzaba en Gainesville, pero terminaba en Nueva York.
Nueva York, sin embargo, no era el destino final de Logan.
En cambio, su plan era bajarse del avión durante su escala en Charlotte (su ciudad natal) y simplemente saltarse el último tramo de su viaje, empleando un truco de viaje llamado “skiplagging”, o boletos en ciudades ocultas.
El skiplagging explota los esquemas de precios de las compañías aéreas en beneficio del cliente.
Por lo general, los vuelos directos a un destino son más caros que un vuelo con escala. Quizás un vuelo directo a Denver cueste US$370, pero un vuelo a San Diego, con una escala de varias horas en Denver, solo cuesta US$200. Para un viajero que espera llegar a Denver, tiene más sentido comprar el boleto de San Diego y simplemente bajarse del avión en Denver, en lugar de comprar un boleto directo a la ciudad.
Así pensó Hunter Parsons, el padre de Logan, cuando reservó un boleto para su hijo a Nueva York.
“Hemos usado Skiplagged casi de manera exclusiva durante los últimos cinco a ocho años”, Parsons le dijo a Queen City News. “Reservé un vuelo nacional de Gainesville a JFK con escala en Charlotte”.
Parsons dejó a Logan en el aeropuerto de Florida, pero un agente de la puerta de abordar notó que las tarjetas de identificación del adolescente provenían de Gainsville, la misma ciudad donde su vuelo estaba programado para hacer una escala. El agente se mostró escéptico y lo denunció a los agentes del aeropuerto, quienes detuvieron e interrogaron al adolescente.
“Lo interrogaron un poco y finalmente lo llevaron a una sala de seguridad”, relató Parsons. “Le sacaron la información de que estaba planeando bajarse en Charlotte y que no iba a tomar el vuelo de escala”.
Después de que American Airlines se enterara de que el adolescente planeaba saltarse el vuelo, los agentes llamaron a sus padres y los obligaron a comprar un nuevo vuelo directo de Gainsville a Charlotte.
Como el skiplagging reduce las ganancias de la industria de las aerolíneas, dicha industria está en contra de la práctica. United Airlines, de hecho, demandó al sitio web Skiplagged, dedicado a ayudar a los viajeros a encontrar mejores ofertas para evitar la demora, pero finalmente perdió. Lufthansa se atrevió a demandar a un pasajero que incurrió en la práctica, alegando que el cliente debió haber pagado £2.769, pero, en cambio, compró un boleto de £600 y se bajó antes de llegar al destino final.
Un tribunal alemán finalmente falló a favor del viajero.
Si bien el skiplagging no tiene nada de ilegal, al menos en la actualidad, la industria de las aerolíneas puede establecer sus propias reglas y castigar a los viajeros que sean sorprendidos usando el truco de viaje. Tales castigos podrían incluir la pérdida de puntos de viaje o, como sucedió con los Parsons, cargos adicionales por la emisión de boletos.
Parsons no solo tuvo que pagar más por el segundo boleto de su hijo, sino que también tuvo miedo por su hijo, que nunca había viajado solo en avión.
“Nuestras preocupaciones son que él es menor de edad y lo dejaron solo a varios estados de distancia”, señaló Parsons.
American Airlines proporcionó un comentario sobre su decisión de detener al joven que viajaba a Queen City News.
“Comprar un boleto sin tener la intención de completar todos los vuelos para obtener tarifas más bajas (emisión de boletos en ciudades ocultas) es una violación de los términos y condiciones de American Airlines y se describe en nuestras Condiciones de transporte en línea. Nuestro equipo de Relaciones con los Clientes se puso en contacto con el cliente para conocer más sobre su experiencia”, manifestó la aerolínea en un comunicado.
Parsons, que no sabía que las aerolíneas desaprobaban la práctica, agregó que una advertencia hubiera sido preferible a que detuvieran e interrogaran a su hijo.
“Creo que una severa advertencia como, oye, esto está mal visto, si lo vuelves a hacer habrá consecuencias, sanciones financieras”, observó. “Pero poner a un menor en esa situación fue realmente la razón por la que nos preocupamos”.
Traducción de Michelle Padilla