Presunto incendiario de la quema de Palisades, en Los Ángeles, habría creado imágenes de ciudades en llamas
Jonathan Rinderknecht está acusado de iniciar el incendio que destruyó más de 6.800 edificios y mató a 12 personas el 7 de enero en California, EE. UU., según la policía
Un sospechoso de 29 años ha sido detenido y acusado de “provocar maliciosamente” el mortífero incendio del vecindario de Pacific Palisades, en Los Ángeles, EE. UU., en el que murieron una docena de personas a principios de año.
La denuncia contra Jonathan Rinderknecht alega que provocó un incendio el día de Año Nuevo, que se convirtió en uno de los incendios más destructivos de la historia de Los Ángeles. Se le acusa de destrucción de bienes mediante incendio, o incendio provocado.
El incendio de la zona de Pacific Palisades destruyó más de 6.800 edificios y mató a 12 personas el 7 de enero. No se contuvo totalmente hasta el 31 de enero.
Al anunciar la noticia en X el miércoles, Bill Essayli, fiscal federal en funciones del Distrito Central de California, dijo que entre las pruebas recogidas de los dispositivos digitales de Rinderknecht había una imagen que generó en ChatGPT en la que aparecía una ciudad en llamas.


“Aunque no podemos deshacer el daño y la destrucción causados, esperamos que la detención de este individuo y los cargos que se le imputan aporten algo de justicia a las víctimas de esta horrible tragedia”, declaró Essayli.
Según la Fiscalía, la noche del 31 de diciembre de 2024, Rinderknecht estaba trabajando como conductor de Uber.
Tras dejar a un pasajero en Pacific Palisades, Rinderknecht —que anteriormentne vivió en ese vecindario— condujo hacia la zona de senderismo Skull Rock Trailhead, aparcó y subió por el sendero. A continuación, utilizó su iPhone para grabar videos en la cima de una colina cercana y escuchó una canción de rap francés —que había escuchado repetidamente en días anteriores— cuyo videoclip incluía objetos prendiéndose fuego.
Tras iniciar el incendio, Rinderknecht utilizó su teléfono para llamar varias veces al 911, pero no pudo comunicarse, según la Fiscalía. Cuando por fin lo hizo, estaba al pie de la ruta de senderismo, pero ya se había informado del incendio.

A continuación huyó en su vehículo, pasando junto a los camiones de bomberos que acudían al lugar, pero se dio la vuelta para seguirlos, según las autoridades. Al volver al lugar de los hechos, subió por el mismo sendero de antes para observar a los bomberos y grabar un video.
Durante una rueda de prensa conjunta, celebrada el miércoles por la Fiscalía, la ATF (Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de EE. UU.) y el Departamento de Policía de Los Ángeles, Essayli dijo que Rinderknecht había mentido a la policía en una entrevista realizada en enero.
Sin embargo, los funcionarios se negaron a revelar más detalles sobre las conversaciones que habían mantenido con el sospechoso acerca de una posible motivación.
“Ojalá pudiéramos meternos en la cabeza de estas personas, pero no podemos. La gente hace cosas malas por muchas razones”, declaró Kenny Cooper, agente especial de la oficina de Los Ángeles de la ATF.

La comparecencia inicial de Rinderknecht está prevista para la 1:30 p. m. en el Tribunal de Distrito de EE. UU. en Orlando, Florida. Según las autoridades, se trasladó a Florida tras los incendios de Los Ángeles. No tiene antecedentes penales, dijo Essayli el miércoles.
Un estudio externo de los incendios publicado en septiembre concluyó que la falta de recursos y unas políticas anticuadas de envío de alertas de emergencia provocaron retrasos en los avisos de evacuación.
El informe, encargado por los supervisores del condado de Los Ángeles, señalaba una serie de deficiencias, como “políticas obsoletas, prácticas incoherentes y vulnerabilidades en las comunicaciones”, que obstaculizaron la respuesta del condado.


Los investigadores siguen trabajando para determinar la causa del incendio de Palisades, así como del incendio que inició en el cañón de Eaton, y que se declaró el mismo día en la comunidad de Altadena y causó la muerte de 18 personas.
Ambos incendios ardieron durante días, reduciendo vecindarios enteros a escombros y cenizas, y acabaron extendiéndose por más de 16.000 hectáreas —una superficie mayor que la de Washington D. C.—; las llamas, además, fueron avivadas por un feroz vendaval conocido como los vientos de Santa Ana.
Las pérdidas económicas a raíz de los incendios pueden alcanzar los 275.000 millones de dólares, según estimaciones anteriores.
Traducción de Sara Pignatiello