Los palestinos tratan de conseguir comida, seguridad y agua antes de una invasión terrestre israelí

Najib Jobain,Samya Kullab,Ravi Nessman
Lunes, 16 de octubre de 2023 02:34 EDT
ISRAEL-PALESTINOS
ISRAEL-PALESTINOS (AP)

Más de un millón de personas han huido de sus hogares en la asediada Franja de Gaza en la última semana antes de una invasión israelí prevista para eliminar a la cúpula de Hamas tras su mortal ataque. Las reservas de comida y agua se reducen en el enclave y los hospitales advierten que están al borde del colapso.

Fuerzas israelíes, respaldadas por un creciente despliegue naval estadounidense en la región y unos 360.000 reservistas llamados a filas, se posicionaron a lo largo de la frontera de Gaza y ensayaban para lo que Israel describió como una amplia campaña para desmantelar al grupo armado. Israel dijo que ya había atacado docenas de objetivos militares, como centros de mando y lanzacohetes, además de matar a varios comandantes de Hamas.

Las autoridades israelíes no han dado un plazo para su incursión terrestre, entre advertencias de grupos humanitarios sobre que la ofensiva podría agravar la crisis humanitaria en el enclave costero.

Los ataques aéreos de la última semana han destruido vecindarios enteros, pero no han detenido el fuego de cohetes milicianos hacia Israel.

El Ministerio de Salud de Gaza informó de 2.670 palestinos muertos y 9.600 heridos desde que comenzaron los combates, más que en la guerra de Gaza de 2014, que duró unas seis semanas. Eso la convierte en la más mortal de las cinco guerras de Gaza para los dos bandos.

Más de 1.400 israelíes han muerto, la gran mayoría civiles asesinados en el ataque de Hamas del 7 de octubre. Al menos otros 155, incluidos varios niños, fueron capturados por Hamas y llevados a Gaza, según Israel. También es el conflicto con más muertos para Israel desde la guerra del Yom Kipur de 1973 con Egipto y Siria.

Unas 500.000 personas, casi un cuarto de la población de Gaza, se refugiaban en escuelas de Naciones Unidas y otras instalaciones del territorio, donde se estaban acabando las reservas de agua, dijo Juliette Touma, vocera de la agencia Naciones Unidas para los refugiados palestinos. “Gaza se está secando", dijo. La agencia estima que un millón de personas se han visto desplazadas en Gaza apenas en una semana.

El el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, regresaría a Israel el lunes, según el Departamento de Estado, tras completar una frenética gira por seis países que le llevó por naciones árabes para impedir que los combates desencadenen un conflicto regional más amplio.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, también valoraba viajar a Israel, aunque no se habían concretado planes al respecto. En una entrevista televisada el domingo por la noche, Biden, que ha reiterado su apoyo a Israel, dijo sin embargo que sería un “gran error” que el país volviera a ocupar Gaza.

Los embajadores de Israel ante Estados Unidos y Naciones Unidas dijeron el mismo día que el país no busca una ocupación. Pero Israel hará “lo que haga falta para destruir las capacidades (de Hamas)”, dijo el embajador ante la ONU, Gilad Erdan, a la CNN.

Los enfrentamientos junto a la frontera israelí con Líbano registrados desde que comenzó la guerra se intensificaron el domingo. Milicianos de Hezbollah lanzaron cohetes y un misil antitanque e Israel respondió con ataques aéreos y artillería. El ejército israelí también reportó disparos en uno de sus puestos fronterizos. Al menos una persona murió en el lado israelí y varias resultaron heridas en los dos bandos.

Un dron israelí lanzó dos misiles el domingo por la noche en una colina al oeste de la localidad de Kfar Kila, en el sur de Líbano, según la estatal Agencia Nacional de Noticias. No se reportaron bajas en los ataques, que golpearon un centro militar libanés.

Hezbollah dijo en un comunicado que había lanzado cohetes hacia una posición militar en la localidad fronteriza norteña de Shtula en represalia por los ataques israelíes que mataron el viernes al camarógrafo de Reuters Issam Abdallah y el sábado a dos civiles libaneses. Una vocera de la milicia dijo que el incremento del fuego era una “advertencia” y no significaba que Hezbollah hubiera decidido entrar en la guerra.

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Kullab informó desde Bagdad. Nessman informó desde Jerusalén. Los periodistas de Associated Press Julia Frankel y Amy Teibel en Jerusalén, Abby Sewell en Beirut y Samy Magdy en El Cairo contribuyeron a este despacho.

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