Líder druso de Siria pide investigación internacional sobre enfrentamientos

Un líder espiritual de la comunidad drusa de Siria pidió el sábado una investigación internacional sobre los enfrentamientos del mes pasado que dejaron cientos de muertos en el sur de Siria.
El jeque Hikmat Al-Hijri, cuyos combatientes se enfrentaron el mes pasado con hombres armados progubernamentales en la provincia de Sweida, también agradeció al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, así como a Israel y a los países árabes del Golfo, por su ayuda para poner fin a la violencia.
“Gracias a aquellos que se pusieron del lado de la justicia”, dijo Al-Hijri en un discurso televisado.
Los enfrentamientos, que duraron varios días, estallaron por primera vez en julio entre milicias drusas y tribus locales de beduinos musulmanes suníes en Sweida. Las fuerzas gubernamentales intervinieron, presuntamente para restaurar el orden, pero terminaron aliándose con los beduinos contra los drusos.
Israel intervino en defensa de los drusos, lanzando decenas de ataques aéreos sobre convoyes de combatientes gubernamentales e incluso atacando la sede del Ministerio de Defensa sirio en el centro de Damasco. Los drusos forman una importante comunidad en Israel, donde son vistos como una minoría leal y a menudo sirven en el ejército israelí.
Al-Hijri pidió una investigación internacional e independiente sobre los enfrentamientos y argumentó que los perpetradores deberían ser remitidos a la Corte Penal Internacional. También solicitó el despliegue de misiones de observadores internacionales para proteger a los civiles.
Agradeció a Trump por su apoyo a las minorías y a Israel por lo que llamó una “intervención humanitaria” que, según él, limitó el alcance de las masacres contra los drusos.
Los comentarios de Al-Hijri se produjeron un día después de que hablara de forma remota en una conferencia en la que participaron representantes de los diversos grupos étnicos y religiosos de Siria, quienes pidieron la formación de un estado descentralizado y la redacción de una nueva Constitución que garantice el pluralismo religioso, cultural y étnico.
La conferencia se celebró en Hassakeh, una ciudad del noreste de Siria que está bajo el control de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), lideradas por los kurdos y respaldadas por Estados Unidos.
El gobierno criticó la reunión y alegó que entre los asistentes había algunos con ambiciones secesionistas. Señaló que, como resultado, ya no tiene la intención de participar en las conversaciones planeadas con las FDS en París, acordadas a finales de julio. Aún no se había fijado una fecha para dichas conversaciones.
La agencia estatal de noticias SANA citó a una fuente gubernamental anónima según la cual la conferencia violó un acuerdo alcanzado en marzo con las FDS.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.