Las angustiadas familias de los rehenes israelíes celebran su inminente liberación

Durante 24 meses, ha sido el epicentro de la angustia, la incertidumbre, el tormento y la desesperación de Israel.
Pero a primera hora del jueves, la zona del centro de Tel Aviv conocida como la Plaza de los Rehenes se convirtió en un estallido de júbilo desenfrenado.
Se descorchó una botella de champán entre los vítores de la multitud. Se repartieron dulces. Las lágrimas de alegría se mezclaron con las risas y los largos abrazos a medida que se asimilaba la noticia: la lucha para liberar a los cautivos israelíes retenidos en Gaza parece estar llegando a su fin.
“¡Matan vuelve a casa!”, gritó Einav Zangauker, posiblemente el rostro más conocido de la campaña de dos años para liberar a los rehenes, refiriéndose a su hijo. Con los brazos alzados al cielo, exclamó “¡Gracias!” mientras una multitud de simpatizantes, familiares y rehenes liberados llenaban la plaza.
“Quiero olerlo”, contó a los reporteros sobre su hijo. "Si tengo un sueño, es ver a Matan dormir en su cama".
Después de que sus seres queridos fueron secuestrados en el ataque de Hamás sobre el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, que desató la guerra en Gaza, las familias se vieron inmersas en una lucha ingrata por su libertad. Han viajado por todo el mundo para reunirse con líderes, se enfrentaron a políticos israelíes escépticos con su causa, suplicaron de forma incansable para la liberación de sus seres queridos de una pesadilla que no parecía tener fin.
Hasta el jueves.
Después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que Israel y Hamás habían llegado a un acuerdo para liberar a los rehenes restantes, la tensión en la plaza comenzó a disiparse. Israel dice que de los 250 capturados inicialmente, 20 de los 48 que siguen en la Franja están vivos.
El contador que mostraba los días, minutos y segundos desde aquella angustiante mañana de octubre que trastocó sus vidas, un elemento fijo en la plaza, seguía iluminando a las familias y sus simpatizantes. Pero en lugar de prolongarse hacia lo que parecía una eternidad, cada segundo que pasa ahora los acerca más a la inminente liberación.
“Durante dos años he estado luchando por la vida de mi esposo”, escribió en Instagram Rebecca Bohbot sobre su marido, Elkana. “Este es el momento en que un niño pequeño volverá a abrazar a su padre, un momento en que mi familia vuelve a la vida”.
En el centro de las celebraciones del jueves estuvo el propio Trump, a quien muchos familiares e israelíes atribuyen el mérito de haber presionado al primer ministro Benjamin Netanyahu para que aceptara un acuerdo. Una persona se disfrazó de Trump y ondeó banderas estadounidenses, las familias expresaron su efusivo agradecimiento al presidente y algunos corearon que merecía el Premio Nobel de la Paz.
Pero, sobre todo, la tristeza que se había asentado en Israel desde el 7 de octubre de 2023 comenzó a disiparse mientras la plaza cobraba vida bajo un cielo nocturno. La oscuridad de ese día nunca ha abandonado realmente la mente de los israelíes, y la Plaza de los Rehenes es ahora un lugar donde los cautivos, sus familias y todos los israelíes pueden sentir algo de alivio.
“Siento escalofríos de pies a cabeza”, contó Omer Wenkert, un rehén liberado antes en la guerra, sobre la noticia del acuerdo. “No puedo ni imaginar la alegría que podremos sentir, como nación, por fin".
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Goldenberg informó desde Washington.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.