Islas Vírgenes de EEUU avanzan en ley estancada que permitiría el uso recreativo de la marihuana
Una ley estancada sobre la marihuana en las Islas Vírgenes de Estados Unidos logró un gran avance el martes después de que una junta asesora aprobó una lista de normas y reglamentos propuestos que gobernaría el uso recreativo del cannabis en ese territorio.
La votación de la junta fue un paso clave hacia la implementación de una ley, aprobada hace más de un año, que permitía el uso recreativo del cannabis en las tres islas. Se tiene programado iniciar pronto un periodo de comentarios públicos de 30 días sobre las normas y reglamentos propuestos.
La junta también está elaborando una lista de personas que, en su opinión, están calificadas para que la posesión simple de cannabis se elimine de sus registros, según lo autorizado por la ley. La lista será compartida con legisladores, con la Corte Suprema de las islas y con otros organismos en las próximas semanas, dijo Positive Nelson, miembro de la junta.
En los últimos 20 años, alrededor de 300 personas han sido condenadas por posesión simple de marihuana en las Islas Vírgenes de Estados Unidos.
La junta también realiza un sistema de registro, y las personas que usan cannabis para propósitos medicinales o sacramentales esperan tener acceso a él en abril, de acuerdo con Hannah Carty, directora ejecutiva de la junta.
Cada dos años, las organizaciones religiosas tendrán que pagar 200 dólares para registrarse, y a los profesionales médicos se les cobrarán 250 dólares, señalaron las autoridades.
La ley permite que los adultos de 21 años o más posean hasta 56,6 gramos (dos onzas) de marihuana, 14,17 gramos (media onza) de concentrado de cannabis y 28,3 gramos (una onza) de otros productos, como comestibles para uso recreativo, sacramental u otros.
Los pacientes que usan marihuana medicinal pueden tener hasta 113,39 gramos (cuatro onzas) de cannabis, 28,3 gramos (una onza) de concentrado y 56,6 gramos (dos onzas) de otros productos.
Se aplicará un impuesto mínimo de 18% a todas las ventas en dispensarios, aunque los pacientes que usan marihuana medicinal están exentos. Se espera que tres cuartas partes de estos ingresos vayan a un fondo general. De esa cantidad, se ha asignado 15% para programas de salud conductual, 5% para ayudar a los desamparados, y 5% para programas juveniles.