Científicos comienzan a descubrir componentes básicos del lenguaje de los cachalotes
Los científicos que estudian a los cachalotes que viven alrededor de la isla caribeña de Dominica han descrito por primera vez los elementos básicos de cómo puede ser que hablen entre ellos, en un esfuerzo que algún día podría ayudar a protegerlos mejor.
Como muchas ballenas y delfines, los cachalotes son mamíferos muy sociables y se comunican al hacer pasar aire a presión a través de su sistema respiratorio para producir cadenas de clics rápidos que suenan como abrir una cremallera extremadamente ruidosa bajo el agua. También utilizan clics como una forma de ecolocalización para ayudarles a rastrear a sus presas.
Los científicos han intentado durante décadas comprender qué podrían significar esos clics, con un progreso mínimo. Aunque todavía no lo saben, ahora piensan que hay conjuntos de clics que creen que forman un “alfabeto fonético” que las ballenas usan para construir el equivalente aproximado de lo que la gente considera palabras y frases.
“Estamos empezando a encontrar ahora los primeros componentes básicos del lenguaje de las ballenas”, dijo David Gruber, fundador y presidente de la Cetacean Translation Initiative (Iniciativa de Traducción de Cetáceos, o CETI), un esfuerzo dedicado a traducir la comunicación de los cachalotes.
En un estudio publicado el martes en la revista Nature Communications, los investigadores analizaron más de 8.700 fragmentos de clics de cachalote, conocidos como codas. Dicen que han encontrado cuatro componentes básicos que creen que forman este alfabeto fonético.
Pratyusha Sharma, investigadora principal del artículo, explicó que las ballenas podrían utilizar este abecedario en un número ilimitado de combinaciones.
“No parece que tengan un conjunto fijo de codas”, dijo Sharma, experta en inteligencia artificial y ciencias informáticas del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés). “Eso da a las ballenas acceso a un sistema de comunicación mucho más grande”, agregó, y explicó que es como si las ballenas tuvieran un diccionario enorme.
Los cachalotes tienen el cerebro más grande de todos los animales del planeta, con un peso que puede llegar a los 9 kilogramos (20 libras) —hasta seis veces el de un cerebro humano promedio. Viven en grupos matriarcales de 10 individuos, pero a veces se reúnen con cientos o miles de otros cachalotes. Miden hasta 18 metros (60 pies) de largo y se sumergen hasta casi 1.000 metros (3.280 pies) para cazar calamares. Duermen verticalmente, en grupos.
Gruber, profesor de biología en la red de universidades City University de Nueva York (CUNY), dijo que los cachalotes parecen tener vínculos sociales sofisticados y que descifrar sus sistemas de comunicación podría revelar paralelos con el lenguaje y la sociedad humana.
Para obtener suficientes ejemplos de clics de cachalote en Dominica, donde hay una población residente de alrededor de 200 ballenas, los científicos crearon un estudio de grabación submarino gigante con micrófonos a diferentes profundidades. Las etiquetas en cada ballena también registran en qué posición se encuentra el cetáceo cuando produce los clics —por ejemplo, mientras se sumerge, duerme, respira en la superficie— y si hay otras ballenas cerca con las que podría estar comunicándose.
Jeremy Goldbogen, profesor adjunto de océanos en la Universidad de Stanford, señaló que la nueva investigación era “extraordinaria” y dijo que tenía “vastas implicaciones sobre cómo entendemos a los gigantes del océano”.
Goldbogen, quien no participó en el estudio, agregó que, si algún día pudiéramos entender lo que dicen los cachalotes, ese conocimiento debería utilizarse con fines de conservación, como minimizar el riesgo de que sean golpeados por barcos o reducir los niveles de ruido en el mar.
Los cachalotes están clasificados como “vulnerables” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Las ballenas fueron cazadas durante siglos por el aceite contenido en sus enormes cabezas, y la especie aún está en recuperación.
Diana Reiss, experta en comunicación y comportamiento de mamíferos marinos de la red de universidades CUNY, dijo que los científicos comprenden razonablemente bien ciertos aspectos de la comunicación de los animales marinos, incluidos los silbidos utilizados por los delfines y las canciones de las ballenas jorobadas.
Pero cuando se trata de cachalotes, falta hasta el conocimiento más básico.
“Lo que hay de nuevo en este estudio es que están tratando de analizar la base del sistema de comunicación de las ballenas... no sólo las llamadas particulares que emiten”, explicó.
Reiss, quien no participó en la nueva investigación. Agregó que esperaba que algún día pudiéramos relacionar los clics de las ballenas con su comportamiento.
“Nunca entenderemos qué significan los clics para otra ballena, pero podría ser posible que comprendamos lo que significan los clics lo suficiente para predecir su comportamiento”, dijo. “Eso por sí solo ya sería un logro asombroso”, destacó.
Gruber, el fundador de la CETI, notificó que se necesitarían millones y posiblemente miles de millones de codas de ballenas para recopilar suficientes datos para tratar de descifrar lo que dicen las ballenas, pero espera que la inteligencia artificial ayude a acelerar el análisis. Agregó que otras poblaciones de cachalotes —las ballenas se encuentran en océanos profundos desde el Ártico hasta la Antártida— probablemente se comunican de maneras ligeramente diferentes.
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