Casa Blanca busca renovar ley de espionaje

Estados Unidos ha utilizado medios de espionaje electrónico para atrapar contrabandistas de fentanilo y los hackers que atacaron recientemente un importante oleoducto en el país, dijo la Casa Blanca el martes, como parte de su ofensiva para lograr que el Congreso renueve esos programas.

La Sección 702 de la Ley de Inteligencia Extranjera caduca al finalizar el año. El gobierno del presidente Joe Biden trata de convencer al Congreso de que renueve la ley, que autoriza a las agencias de espionaje a capturar enormes cantidades de mensajes electrónicos y llamadas telefónicas del extranjero. Pero legisladores de ambos partidos quieren proteger la intimidad de los estadounidenses de los cateos sin orden judicial después de una serie de errores y mal uso de datos por el FBI.

Como parte de su campaña pública, el gobierno dio a conocer lo que dijo eran ejemplos recientemente desclasificados de cómo los servicios de inteligencia utilizan la Sección 702. Y el FBI anunció nuevas sanciones para los empleados que abusan de los datos de inteligencia, de cara a una audiencia de la Comisión Judicial del Senado en las próximas horas.

Gobiernos anteriores han mencionado la importancia de la Sección 702 para prevenir el terrorismo. Pero dos décadas después de los ataques del 11 de setiembre, la opinión pública estadounidense se muestra escéptica acerca de las agencias de inteligencia y reacia a sacrificar las libertades civiles a cambio de la seguridad.

Esta vez, la Casa Blanca y los partidarios de la Sección 702 apuntan a la inquietud por el fentanilo, un opioide sintético al que se atribuyen 75.000 muertes en el país el año pasado, y el bloque del Oleoducto Colonial, que provocó escasez de gasolina en la costa atlántica hace dos años.

Altos funcionarios del gobierno informaron a la prensa el lunes bajo la condición de anonimato impuesta por la Casa Blanca.

Las fuentes mencionaron, entre otros ejemplos, que Estados Unidos supo de intentos de Beijing de repatriar a disidentes chinos; el FBI pudo advertir a un estadounidense que era blanco de espías extranjeros que buscaban información sobre la proliferación de armas de destrucción masiva; Estados Unidos identificó a los autores de un ataque con “ransomware” a ONGs atribuido a Irán.