Analista: destitución de presidente es una "cortina de humo" de los militares de Gabón

Sam Mednick
Jueves, 31 de agosto de 2023 07:35 EDT
AFR-GEN GABÓN
AFR-GEN GABÓN (AP)

Los gaboneses se despertaron el jueves con una nueva junta militar al frente del país luego de que soldados amotinados derrocaron al presidente, cuya familia había gobernado el país centroafricano, rico en petróleo, durante más de cinco décadas.

El nuevo líder es el general Brice Clotaire Oligui Nguema, jefe de la guardia republicana, un cuerpo de élite, según anunciaron los rebeldes en la televisión estatal el miércoles, horas después de que el presidente, Ali Bongo Ondimba, fuese declarado vencedor de unos comicios celebrados la semana pasada y que, según la población y los observadores, estuvieron plagados de irregularidades y de falta de transparencia.

Los soldados acusaron a Bongo de liderar un gobierno irresponsable que corría el riesgo de sumir el país en el caos, y lo pusieron bajo arresto domiciliario. Además, anunciaron la detención de varios miembros de su gobierno.

Aunque había quejas legítimas sobre los comicios y el gobierno de Bongo, su destitución fue solo un pretexto para que los militares reclamen el poder para ellos mismos, de acuerdo con los expertos.

“El momento elegido para el golpe, después del anuncio de los inverosímiles resultados electorales, y la rapidez con la que se está moviendo la junta sugieren que esto fue planeado con anterioridad", dijo Joseph Siegle, director de investigación del Centro Africano de Estudios Estratégicos. “Plantear esos agravios es solo una cortina de humo”.

El golpe de Estado de Gabón es el octavo alzamiento militar en África central y occidental en tres años y se produce apenas un mes después de que Níger derrocó al presidente elegido democráticamente. A diferencia de Níger y de las vecinas Burkina Faso y Mali, que también cambiaron a gobiernos militares tras sendos motines desde 2020, Gabón no se ha visto azotado por la violencia yihadista y se consideraba un país relativamente estable

Pero la familia Bongo había sido acusada de corrupción endémica y de no dejar que la riqueza derivada del petróleo llegase a los alrededor de dos millones de habitantes del país.

Bongo, de 64 años, gobernó durante dos legislaturas tras llegar al poder en 2009, luego de la muerte de su padre, quien llevó las riendas del país durante 41 años, y el descontento con su mandato era generalizado. Otro grupo de soldados intentó dar un golpe de Estado en 2019, pero fueron derrocados rápidamente.

La antigua colonia francesa forma parte de la OPEP, pero su riqueza petrolera se concentra en manos de unos pocos, y casi el 40% de los gaboneses de entre 15 y 24 años estaban desempleados en 2020, de acuerdo con los datos del Banco Mundial. Sus ingresos por la exportación de petróleo alcanzaron los 6.000 millones de dólares en 2022, según la Administración de Información Energética de Estados Unidos.

La situación en Gabón y el derrocamiento de un líder dinástico como Bongo parece haber calado en zonas del continente no habituadas a estas maniobras.

Horas después de que los soldados gaboneses anunciaron al nuevo líder del país, el presidente del Camerún, Paul Biya, que lleva 40 años en el poder, cambió su cúpula militar, y el de Ruanda, Paul Kagame, “aceptó la dimisión” de una docena de generales y de más de 80 militares de alto rango.

Incluso Ismail Omar Guelleh, que gobierna Dyibuti, una pequeña excolonia francesa del Cuerno de África, desde 1999, condenó el golpe y denunció la reciente tendencia a las tomas de poder militares.

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Los periodistas de The Associated Press Cara Anna en Nairobi, Kenia, y Will Weissert en Washington contribuyeron a este despacho.

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