Crisis económica en Sudán del Sur favorece la venta de calzado hecho con neumáticos desechados
Desde Ruanda hasta Kenia, fabricar calzado a partir de neumáticos desechados ha sido durante mucho tiempo una muestra de la creatividad local.
Sin embargo, el trabajo de estos artesanos en Sudán del Sur está impulsado ahora por una crisis económica que ha dejado al gobierno al borde de la bancarrota y a muchas personas pasando apuros para poner comida sobre la mesa.
A medida que los ingresos petroleros de Sudán del Sur han disminuido, el gobierno lleva meses sin poder pagarle a tiempo a los funcionarios públicos. La crisis de efectivo afecta a todos, desde soldados hasta maestros, poniendo de relieve las diversas dificultades económicas en todo el país, y muchos buscan formas de salir adelante.
Algunos quieren zapatos baratos, encontrándolos no en supermercados, sino en mercados al aire libre donde las chanclas y sandalias se fabrican a partir de neumáticos desgastados, los cuales normalmente suelen ir a la basura.
La demanda aumenta junto con el costo de la vida
En Wau, a unos 650 kilómetros (400 millas) de la capital sursudanesa de Juba, el zapatero Emmanuel Achuil trabaja bajo la sombra de una lona en el bullicioso mercado principal de la ciudad.
Con las manos ennegrecidas por manipular el caucho, Achuil utiliza una cuchilla para tallar piezas de neumáticos desechados. Correas coloridas yacen esparcidas a su alrededor, como si fueran piezas de un rompecabezas.
Achuil, quien fabrica de cinco a 10 pares a la semana, le dijo a The Associated Press que en los últimos meses ha visto un incremento en la demanda, el cual según él y otros está directamente relacionado con el creciente costo de la vida. Dicen que el calzado hecho a partir de restos de caucho se ha consolidado en los mercados locales, algo que puede confirmarse en las exhibiciones generalizadas de tales zapatos, incluso en mercados al aire libre en Juba.
Hace dos años, Achuil tenía de cinco a siete clientes al mes. Ahora espera hasta 20, explicó. Los zapatos que fabrica pueden alcanzar un precio de hasta 15.000 libras sursudanesas por par, equivalentes a unos 4 dólares, según el tamaño y la calidad del acabado. Además de su asequibilidad, los pares de aspecto tosco son elogiados por su durabilidad.
"Incluso cuando las cosas van mal —sin comida, sin trabajo—, este trabajo no me falla", expresó Achuil. "La gente siempre necesita zapatos, especialmente los baratos".
Akol Majok Ring, un ganadero del estado de Warrap, dijo que descubrió estas sandalias en marzo y de inmediato compró un par para él porque "son buenas para el pastoreo de ganado".
"Cuando te mueves con el ganado todo el día, estas sandalias son perfectas", señaló. "Son durables y adecuadas para el trabajo".
La inseguridad alimentaria y la inflación afectan a millones
La libra sursudanesa ha estado bajo presión desde 2023, perdiendo gran parte de su valor frente al dólar, ya que las exportaciones de petróleo se ven interrumpidas esporádicamente por la guerra civil en el vecino Sudán.
La economía ha estado en declive durante cinco años consecutivos, obstaculizada por la violencia derivada principalmente del forcejeo político entre el presidente Salva Kiir y su vicepresidente Riek Machar, quien actualmente está bajo arresto domiciliario por presunta subversión.
La hiperinflación y la inseguridad alimentaria generalizada afectan a casi el 80% de los 11 millones de habitantes de Sudán del Sur, el mismo porcentaje de personas que viven por debajo del umbral de pobreza, según el Banco Mundial.
Sudán del Sur depende de los ingresos petroleros para cubrir el 90% del presupuesto anual del gobierno, pero los daños este año en el oleoducto que pasa a través de Sudán le impidieron brevemente a las autoridades sursudanesas exportar crudo.
El gobierno anunció en junio que las exportaciones se reanudarían luego de que el oleoducto fue reparado.
En esencia, muchos trabajadores del gobierno no reciben su salario, y el desempleo es generalizado incluso en un momento en que los precios de los bienes básicos se disparan. En estas circunstancias, los zapatos de cuero en las tiendas pueden parecer un lujo.
"Las suelas de neumático duran más", dijo Deng Akol Athuai, quien le compra a Achuil desde hace años. "Compro un par y me dura un año o más. Son resistentes, especialmente para caminar por caminos difíciles".
El zapatero espera ampliar su negocio y capacitar a otros
Gabriel Bataku, un hombre de 26 años que está desempleado en Wau, dijo con relación a los zapateros que "están resolviendo problemas reales. Sólo necesitan reconocimiento y apoyo".
Achuil ha estado haciendo zapatos desde 1996. No recibió un entrenamiento formal. Adquirió sus habilidades cuando era un escolar, observando a hombres mayores en sus talleres mientras realizaban su trabajo.
En aquellos días, los neumáticos desechados eran mucho más fáciles de encontrar, recolectados de garajes u obtenidos a través de personas que los tiraban.
Pero ahora, señaló, "más personas hacen este trabajo, por lo que la competencia por los materiales es alta".
Lamentó la falta de apoyo formal, del gobierno y otros, que ha hecho que los artesanos pasen apuros para acceder a las herramientas de su oficio. Quiere tener acceso a mejor equipo.
A pesar de las dificultades, sueña con abrir un taller adecuado en el que capacitaría a otros. También espera poder expandir su negocio a otras poblaciones de Sudán del Sur.
"Si tuviera mejores herramientas de corte y una forma de crecer, podría capacitar a jóvenes", apuntó. "Muchos están ociosos aquí en Wau. Esta habilidad podría ayudarlos a sobrevivir".
___
The Associated Press recibe apoyo financiero de la Fundación Gates para la cobertura de salud y desarrollo integrales en África. La AP es la única responsable de todo el contenido. Encuentre los estándares de la AP para trabajar con filantropías, una lista de patrocinadores y áreas de cobertura financiadas en AP.org.
___
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.