El águila calva es ahora el ave oficial de EEUU, inspirando esperanza entre nativos estadounidenses
Algunos indígenas estadounidenses suelen otorgar plumas de águila calva en ceremonias para conmemorar logros, tales como graduaciones, y en reverencia hacia el ave que consideran sagrada y mensajera del Creador.
Este año, muchos lo están haciendo con mayor orgullo y esperanza. El águila calva es ahora el ave oficial de Estados Unidos, casi 250 años después de que se utilizara por primera vez como símbolo de la nación recién fundada, que en la actualidad está profundamente polarizada a nivel político.
“Por fin el águila está recibiendo el respeto que merece. Tal vez cuando la nación mire al águila de esa manera, tal vez haya menos división”, declaró Jim Thunder Hawk. Él es administrador de cultura y lengua dakota para la Comunidad Indígena de Prairie Island, una pequeña banda mdewakanton de los sioux a orillas del río Mississippi en Minnesota.
Este amplio tramo de agua sin perturbaciones, enmarcado por acantilados boscosos, es un territorio ideal para el águila calva. El tamaño de la población en Minnesota de estas majestuosas aves de cabeza y cola blancas —exclusivas de América del Norte— sólo es superado por las que hay en Alaska.
El proyecto de ley que hizo oficial al águila fue propuesto por miembros de la delegación de Minnesota en el Congreso. La ley federal reconoce el papel central que desempeñan las águilas en las "vidas espirituales y sistemas de creencias sagradas" de la mayoría de los pueblos indígenas, y una réplica de ella se exhibe en el Centro Nacional del Águila en Wabasha, Minnesota, a 65 kilómetros (40 millas) río abajo de la comunidad de Prairie Island, que colabora con el centro en el cuidado de las águilas.
“Si creciste en Estados Unidos, las águilas formaban parte de tu vida cotidiana", expresó Tiffany Ploehn, quien en su papel de directora de cuidado aviar del centro supervisa a las cuatro águilas calvas que residen allí. "Todo el mundo tiene algún tipo de conexión”.
Símbolos fieros de fuerza y elevación espiritual
Un águila calva, con sus alas y garras extendidas, ha adornado el Gran Sello de Estados Unidos desde 1782, y aparece en las tapas de los pasaportes, el billete de un dólar, insignias militares, y en gran cantidad de imágenes distintas en la cultura pop.
Pero un prolífico coleccionista de objetos de interés que tienen águilas y que reside en Wabasha se dio cuenta recientemente de que, aunque Estados Unidos tenía un animal oficial (el bisonte) y una flor (la rosa), el águila no recibía ningún reconocimiento formal. Varios legisladores de Minnesota impulsaron un proyecto de ley para remediar eso, y el entonces presidente Joe Biden lo promulgó en diciembre.
Con su enorme envergadura y su adusto pico curvado, las águilas calvas son usadas ampliamente como símbolos de fuerza y poder. En realidad, pasan el 95% de su día posadas en lo alto de los árboles, aunque cuando cazan pueden detectar un conejo a 5 kilómetros (3 millas) de distancia, señaló Ploehn.
Para muchos nativos estadounidenses, el águila que se eleva representa mucho más: lleva sus oraciones al Creador e incluso intercede en su nombre.
“Mi abuela me dijo que honramos a las águilas porque salvaron al pueblo ojibwe cuando el Creador quería volverse contra ellos. El águila, que puede volar alto, fue a hablar con el Creador para arreglar las cosas”, comenta Sadie Erickson, quien es ojibwe y mdewakanton sioux.
Conmemorando hitos de vida con plumas de águila
Erickson y una docena de otros graduados de secundaria recibieron una pluma de águila calva en una celebración hace algunas semanas a orillas del río, en Prairie Island.
Thunder Hawk recitó una oración en el idioma dakota, instando a los graduados de secundaria y a los que reciben títulos de educación superior a "recordar siempre quiénes son ustedes y de dónde vienen".
Luego se alinearon y un pariente ató una pluma —tradicionalmente en el lado izquierdo, el del corazón— mientras los miembros de la tribu cantaban y tocaban tambores para conmemorarlos.
“Simplemente siento que di un nuevo paso en la vida”, expresó Jayvionna Buck.
Mientras crecía en Prairie Island, recordó cómo su madre señalaba emocionada cada águila.
"Verdaderamente me gritaba: '¡Águila!'. Pero sólo para nosotros es un acontecimiento especial el verlo", agregó Buck. "Nos encanta verlo, y normalmente cuando lo hacemos, simplemente ofrecemos tabaco para mostrar nuestro respeto".
Algunos indígenas estadounidenses honran al águila adoptándola como su nombre ceremonial. Derek Walking Eagle (que significa Derek Águila que Camina), cuyo nombre en lakota es "Eagle Thunder" ("Trueno de Águila"), conmemoró a los graduados portando un medallón tejido que representa al ave.
Para él, las águilas son como parientes que lo conectan con su futuro y su vida después de la muerte.
“El poder continuar hacia el mundo espiritual... eso es lo que te guía. Es el águila”, comentó Walking Eagle.
Ese profundo respeto también se extiende a las plumas.
“Es el mayor honor que le puedes dar a una persona, de parte de tu familia y de tu gente, de tu tribu”, expresó Thunder Hawk. "Enseñamos a la persona que recibe la pluma que debe honrar y respetar al águila. Y les decimos por qué".
Problemas persistentes, pero nueva esperanza
En muchas culturas nativas, matar a un águila es "una blasfemia", apuntó. También es un delito federal.
Históricamente, los guerreros sioux atraían a un águila con un conejo u otro alimento, le arrancaban algunas plumas y la soltaban, recordó Thunder Hawk, quien creció en Dakota del Sur.
Hoy en día, hay un programa a nivel nacional que distribuye legalmente plumas y partes de águila exclusivamente a miembros de tribus, aunque presenta un amplio retraso en las entregas. A funcionarios tribales y de vida silvestre a nivel federal les preocupa que las muertes y el tráfico ilegal de águilas por sus plumas estén en aumento, especialmente en el oeste del país.
En Minnesota, es más frecuente que las águilas resulten afectadas por accidentes viales y por comer veneno, lo que se deriva de la reducción de su hábitat, lo cual hace que estén más cerca de los seres humanos, observó Lori Arent, directora interina del Centro de Aves de Rapiña de la Universidad de Minnesota.
Cada año, el centro proporciona atención médica a unas 200 águilas calvas que resultan heridas. De las que pueden salvar, a la larga la mayoría son liberadas de nuevo en la naturaleza. Las aves discapacitadas permanentemente, que pierden un ojo o cuyas alas están demasiado fracturadas para volar, reciben atención allí o en otras instituciones educativas, como el centro de águilas de Wabasha.
La designación oficial podría ayudar a más estadounidenses a entender cómo sus comportamientos dañan inadvertidamente a las águilas, señaló Arent. Tirar basura en una carretera, por ejemplo, atrae a roedores que a su vez atraen a las águilas, que luego pueden ser atropelladas por vehículos. Pescar o cazar con aparejos y municiones que contienen plomo expone a las águilas que comen esos peces o cadáveres de ciervos a un envenenamiento fatal por metales.
Los seres humanos han perdido la capacidad de coexistir en armonía con el mundo natural, apuntó Thunder Hawk, compartiendo una preocupación común entre los pueblos indígenas, desde los Andes chilenos hasta los territorios entre Estados Unidos y México.
Él espera que ahora más personas puedan acercarse al águila con la misma reverencia que a él le fue inculcada. Es lo que lo lleva a ofrecer salvia o corteza de sauce rojo seco cada vez que ve una, en una acción de "gracias por permitirme verte y por escuchar mis oraciones y mis pensamientos".
Erickson, la recién graduada, comparte ese optimismo.
"Me siento como si eso mostrara que somos fuertes y unidos como país", expresó junto al Mississippi, con su nueva pluma anidada en su cabello.
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La cobertura de religión de The Associated Press recibe apoyo a través de la colaboración de la AP con The Conversation US, con financiamiento de Lilly Endowment Inc. La AP es la única responsable de este contenido.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.