Cómo afecta el covid el desarrollo mental y emocional de los niños
Varios estudios indican que los bebés nacidos durante la pandemia tienen calificaciones más bajas en sus habilidades motoras y de comunicación debido al estrés que los rodea
Aunque en términos generales los niños han demostrado ser más resistentes a enfermarse del covid-19, varias investigaciones sugieren que el ambiente de estrés que los rodea debido a la pandemia podría afectar de forma negativa su desarrollo mental y emocional.
Un estudio llevado a cabo en el New York- Presbyterian Morgan Stanley Children’s Hospital en Nueva York descubrió que los bebés nacidos después de la pandemia tenían, en promedio, calificaciones más bajas en su desarrollo motor y en sus habilidades de comunicación que los que nacieron antes.
Dani Dumitriu, quien trabaja como pediatra en ese hospital, y ha analizado durante años el desarrollo de bebés nacidos en esa institución, señaló en un artículo publicado en la revista Nature, que en los resultados no tuvo que ver si la madre se había infectado o no con el virus.
Todo indica, de acuerdo con investigaciones preliminares, que el factor clave es el ambiente. Muchas mujeres embarazadas han experimentado más estrés, depresión o ansiedad de lo normal debido a la pandemia. Esto, al parecer, ha incidido negativamente en el desarrollo cerebral de algunos infantes.
A ello se agrega que debido a los temores asociados a la pandemia, muchos padres y personas a cargo del cuidado de menores han cambiado su manera de interactuar con ellos.
Las cuarentenas, que han sido esenciales para controlar la propagación del covid-19, han aislado a muchas familias y han impedido que los pequeños convivan con otros niños y que asistan a la escuela, que es clave para desarrollar las habilidades sociales.
El impacto de estos cambios, como destaca James Griffin, jefe de Child Development and Behavior Brach del Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health and Human Development, preocupa mucho a la comunidad científica. Por esta razón, en diversas partes del mundo se han empezado a hacer investigaciones al respecto.
Importancia de las interacciones sociales
Los resultados preliminares de algunas de esas investigaciones sugieren que una de las diferencias entre los niños que manifiestan retrasos en su desarrollo por tiempo prolongado y los que se recuperan más pronto se debe a las interacciones sociales. Los menores cuyos padres o cuidadores pasan más tiempo con ellos y que tienen oportunidad de convivir y jugar con sus hermanos son los que avanzan más rápido.
Sean Deoni, biofísico que trabaja en el Advanced Baby Imaging Lab de la Universidad Brown en Rhode Island, ha descubierto también a través de sus estudios que los bebés nacidos durante la pandemia tienen calificaciones más bajas en su desarrollo mental y que los más afectados son los de familias de bajos recursos. Otro de sus hallazgos es que los niños han sido más afectados que las niñas y la habilidad motora es la que ha resultado más dañada.
Deoni coincide con otros investigadores en que es posible que estos problemas se deban a la falta de interacciones humanas. El hecho de que los padres hablen menos con sus hijos o pasen menos tiempo con ellos tiene un impacto negativo en su coeficiente intelectual. Por lo que toca a su desarrollo físico, también les ha afectado que no puedan salir a jugar al aire libre como antes.
Los niños que han sido más perjudicados son los que provienen de minorías de bajos ingresos. Varios estudios sugieren que, entre los menores en edad escolar, el aprendizaje remoto ha ampliado la brecha que ya de por sí existía entre los pequeños de familias adineradas y los de bajos recursos.
Hasta ahora, como indica la revista Nature, la investigación sobre los bebés en la pandemia presenta un panorama mixto y es necesario hacer más estudios para sacar conclusiones generalizadas.
Sin embargo, lo que sí es claro, es que aun si el cerebro de algunos pequeños ha sido afectado por la pandemia, hay tiempo para enderezar el rumbo. “Los cerebros de los bebés de seis meses son muy flexibles y podemos hacer cambios”, asegura Dumitriu.
Qué hacer para enfrentar el problema
Los padres pueden ayudar mucho a sus hijos si juegan y platican con ellos de manera regular y les dan oportunidad de que interactúen con otros niños de su edad en ambientes seguros.
Y, para apoyar a los pequeños que han sido más afectados, lo ideal es intervenir cuanto antes y pedir ayuda profesional. “Los niños son muy resilientes”, dice Deoni. “Pero al mismo tiempo, reconocemos la importancia que tienen los primeros mil días en la vida de un niño”.
En general, los investigadores coinciden en que la mayoría de los niños estarán bien, pero tendrán que luchar más para adaptarse a las circunstancias actuales que quienes nacieron y crecieron antes de la pandemia.