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Científicos desarrollan herramienta que podría ayudar a prevenir la formación de sumideros, cada vez más frecuentes

Los sumideros o socavones naturales amenazan el 20 % del territorio de EE.UU., incluidos Pensilvania, Florida y estados del sur

Julia Musto
en Nueva York
Martes, 30 de septiembre de 2025 16:12 EDT
Sumidero gigante en Bangkok
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Una abuela de Pensilvania, EE. UU., fue hallada muerta el pasado diciembre tras caer en un sumidero de 9 m de profundidad que se abrió en una mina de carbón abandonada desde hacía mucho tiempo.

Elizabeth Pollard, del municipio de Unity, había estado buscando a su gato Pepper cuando se cayó en el hundimiento, según las autoridades. La mujer (64) era recordada como una jardinera a la que le encantaba pasear por el vecindario con su nieta de cinco años.

“Su nieta era su mundo”, dijo Tabitha Pollard, sobrina de Pollard, al periódico Pittsburgh Tribune-Review. Añadió: “Dondequiera que estuviera, su nieta iba con ella”.

Según el Instituto Estadounidense de Geociencias, los sumideros o socavones amenazan el 20 % de la superficie de EE. UU., pero las probabilidades de encontrarse con uno son escasas.

Pero el número de socavones está aumentando en todo el mundo debido al cambio climático, que está provocando oscilaciones meteorológicas más extremas, desde condiciones de sequía a precipitaciones excesivas, lo que hace que la tierra se comporte de forma impredecible.

Un socavón se traga un automóvil en una calle de Chicago, Illinois, EE. UU. Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania afirman haber creado una herramienta que puede ayudar a predecir dónde pueden producirse los hundimientos
Un socavón se traga un automóvil en una calle de Chicago, Illinois, EE. UU. Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania afirman haber creado una herramienta que puede ayudar a predecir dónde pueden producirse los hundimientos (Getty Images)
La querida abuela Elizabeth Pollard, de 64 años, murió tras caer en un socavón de 9 m el pasado diciembre en Unity Township, Pensilvania
La querida abuela Elizabeth Pollard, de 64 años, murió tras caer en un socavón de 9 m el pasado diciembre en Unity Township, Pensilvania (Policía Estatal de Pensilvania)

Ahora, investigadores de Pensilvania afirman disponer de un modo de detectar estos fenómenos geológicos antes de que se produzcan utilizando los cables subterráneos de fibra óptica que atraviesan el país para la conexión a Internet de alta velocidad.

Los sumideros pueden detectarse antes de que aparezcan registrando las ondas sonoras que rebotan en los cables con una herramienta especial y analizándolas después en busca de señales de advertencia.

Las ondas sonoras producidas por los autos o la construcción pueden diferenciarse de las producidas por las rocas, que contienen pistas sobre la densidad y el movimiento.

La herramienta fue capaz de identificar un punto potencialmente peligroso en el campus de la Universidad Estatal de Pensilvania, aunque los investigadores afirmaron que las personas que se encontraban allí no corrían ningún peligro inminente.

“Los geocientíficos solemos considerar el tráfico cotidiano como ruido en los datos. Sin embargo, nuestra investigación demuestra que el llamado 'ruido basura' es muy útil”, explicó en un comunicado Tieyuan Zhu, profesor asociado de geofísica de la facultad.

Según Zhu, la herramienta, conocida como “interrogador de detección acústica distribuida”, sería más asequible y eficaz que los métodos actuales. Por el momento, se utiliza un geófono que convierte el movimiento subterráneo en una señal eléctrica, y puede venderse por hasta un par de miles de dólares.

No está claro cuánto costaría la nueva herramienta, pero ya se ha utilizado para ayudar a prevenir catástrofes en Pittsburgh. Según los científicos, también registra más datos que los geófonos.

Pensilvania es uno de los pocos estados donde es más probable que se produzcan socavones. Solo en Pensilvania se registraron más de 3.600 socavones en 2020, según el noticiero WPSD Local 6.

El agujero donde cayó Pollard se ha rellenado desde entonces con lechada, pero el proceso puede llevar meses o incluso años.

Un sumidero de más de 60 m en una carretera de La Jolla, California, en 2007. Por otra parte, un socavón en el sur de California se tragó varios automóviles el pasado mayo en la ciudad de Ventura
Un sumidero de más de 60 m en una carretera de La Jolla, California, en 2007. Por otra parte, un socavón en el sur de California se tragó varios automóviles el pasado mayo en la ciudad de Ventura (Getty Images)

Los socavones se producen con más frecuencia en regiones con rocas que pueden ser disueltas por las aguas subterráneas. Tanto Pensilvania como Florida son muy vulnerables porque descansan sobre piedra caliza, un tipo de roca que está llena de agujeros y se disuelve con facilidad.

Los estados de Texas, Alabama, Misuri, Kentucky y Tennessee también se han visto afectados y han experimentado los daños más importantes, según declaró a DW.com Hong Yang, profesor de ciencias medioambientales de la Universidad de Reading, en el Reino Unido.

A principios de este mes, un enorme sumidero se produjo cerca de un hospital de Bangkok, Tailandia, provocando evacuaciones
A principios de este mes, un enorme sumidero se produjo cerca de un hospital de Bangkok, Tailandia, provocando evacuaciones (AFP via Getty Images)

Este año también se han registrado sumideros en Virginia y California, que se han tragado vehículos y destrozado carreteras. A escala internacional, un enorme socavón afectó a una calle de Bangkok, Tailandia, a principios de mes, lo que obligó a realizar evacuaciones, según Associated Press.

Aunque no existe un registro nacional de socavones y daños relacionados en EE. UU., han costado al menos 300 millones de dólares al año en los últimos 15 años, según el Servicio Geológico de EE. UU..

El mayor del país, de unos 100 m, se produjo en Alabama en 1972. Conocido como el “Golly Hole”, no causó daños personales ni materiales.

Traducción de Sara Pignatiello

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