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El enorme esqueleto de 400.000 años de antigüedad que permitió resolver un misterio sobre los humanos primitivos

Un estudio recién publicado ofrece datos sobre la muerte de un elefante prehistórico y la vida de los carroñeros que se alimentaron de él

Gerrit Dusseldorp
The Conversation
Martes, 14 de octubre de 2025 08:13 EDT
Los primeros neandertales fabricaron herramientas de hueso a partir del esqueleto del elefante
Los primeros neandertales fabricaron herramientas de hueso a partir del esqueleto del elefante (Getty)
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Una primavera, tras un largo invierno, un viejo elefante agonizaba en la orilla de un pequeño arroyo cerca de la costa de lo que hoy es el norte de Italia. Poco después, algunos carroñeros llegaron para alimentarse de esta enorme reserva de comida.

Más de 400.000 años después, las actividades de construcción en Casal Lumbroso, en las afueras de Roma, han dejado al descubierto uno de los colmillos del elefante, lo que ha impulsado las excavaciones arqueológicas para investigar los alrededores inmediatos.

Un estudio recién publicado, dirigido por Enza Spinapolice y Francesca Alhaique, no solo permite conocer la muerte del elefante, sino también, lo que quizá sea más interesante, la vida de los carroñeros que se alimentaban de él.

Estos carroñeros no eran hienas. Eran una extraña especie de primates que caminaban sobre dos piernas: los primeros nómadas, que vivían en Europa mucho antes de que la gente construyera casas o encendiera el fuego, y que se detuvieron brevemente para aprovechar esta inesperada ganancia.

Este descubrimiento es un buen ejemplo de cómo la gestión del patrimonio arqueológico puede integrarse en las actividades de desarrollo y construcción. Desde 1992, un tratado de ámbito europeo obliga a las naciones de la UE a proteger su patrimonio arqueológico. Pero cada país puede decidir por sí mismo cómo hacerlo.

Huesos de elefante en el yacimiento de Casal Lumbroso, cerca de Roma, y esbozo de sus contornos
Huesos de elefante en el yacimiento de Casal Lumbroso, cerca de Roma, y esbozo de sus contornos (Mecozzi et al., 2025, PLOS One, CC BY)

En los Países Bajos, donde nací, el descubrimiento de un fósil animal por sí solo no daba lugar necesariamente a excavaciones. Por lo tanto, un sitio como este podría destruirse fácilmente sin ser visto.

Pero en el caso del elefante, la superintendencia arqueológica romana fue más allá del deber. Organizaron un ambicioso proyecto de investigación que planteó —y resolvió— un tentador enigma sobre el comportamiento humano primitivo: ¿qué hacían exactamente estos carroñeros nómadas con el cadáver de este animal?

Resolviendo un rompecabezas de 400.000 años de antigüedad

Hace 400.000 años, los seres humanos eran poco numerosos en Europa, pero probablemente más comunes en las costas mediterráneas. Sus fósiles son extremadamente raros, pero los cráneos de la Sima de los Huesos, en el norte de España, y de Swanscombe, en Inglaterra, demuestran que los habitantes de esta época eran neandertales primitivos.

Por suerte para nosotros, dejaron atrás algo más que sus esqueletos. También podemos estudiar sus herramientas, que se han recuperado en amplias zonas de Europa, tan al norte como el sur de Inglaterra.

El río en el que murió el elefante de Casal Lumbroso transportaba cenizas de una erupción volcánica que puede datarse con precisión hace 404.000 años, por lo que el elefante debió de morir después de dicha erupción. Pero la posición de los sedimentos muestra que los depósitos de ceniza eran de un periodo cálido, de hace poco más de 395.000 años. A partir de ese momento, empezaron a predominar condiciones más frías.

Así pues, este rompecabezas para los arqueólogos se planteó en una franja temporal muy estrecha (desde el punto de vista arqueológico).

About the author

Gerrit Dusseldorp es profesor asociado de arqueología de la Edad de Piedra en la Universidad de Leiden, Países Bajos.

Este artículo se publicó originalmente en The Conversation y se distribuye bajo licencia Creative Commons. Lee el artículo original.

En estos periodos cálidos, Italia estaba habitada por una fascinante comunidad de animales, como lobos, leones, hienas, hipopótamos y rinocerontes. Pero los elefantes de colmillos rectos eran el premio mayor para cazadores y carroñeros. Esta especie era mucho más grande que un elefante africano y era un verdadero ingeniero de ecosistemas, ya que lograba abrir caminos en paisajes que de otro modo estarían densamente forestados, lo que a su vez mejoraba la productividad de muchas otras especies.

Este animal en concreto rondaba los 40 años, viejo para ser un elefante. Puede que se haya quedado atascado en el barro de la orilla y haya muerto de muerte natural. Sabemos que esto ocurrió también en otros lugares, por ejemplo, en Pogetti Vecchi (región de Toscana), donde siete elefantes murieron en una fuente termal y posteriormente fueron parcialmente descuartizados. En Casal Lumbroso sabemos incluso la estación en la que murió el elefante: las astas de ciervo rojo y gamo desprendidas sugieren que era primavera.

Los humanos que deambulan por el paisaje en pequeños grupos se sentirían naturalmente atraídos por esta montaña de carne. Aunque los huesos del elefante no muestran las características marcas de corte producidas por el troceado y el fileteado, sí muestran marcas de martillo y se encontraron junto a varias pequeñas herramientas de pedernal o sílex.

Podemos ver que la gente abrió a martillazos algunos huesos, tal vez por la grasa del tuétano que había dentro. Pero también utilizaban los huesos para fabricar herramientas. Se trata de un comportamiento poco común que se ha documentado en muy pocos lugares.

En la mayoría de los casos, parece que los primeros neandertales preferían fabricar sus herramientas con pedernal y, sospechamos, con otros materiales como la madera que rara vez se conservan el suficiente tiempo para ser descubiertos. La creación de herramientas de hueso se considera a veces un comportamiento tecnológicamente complejo, indicativo de un intelecto similar al moderno.

Creo que la explicación es más sencilla: rara vez las encontramos porque es más probable que se descompongan que las herramientas de piedra. Su uso en Casal Lumbroso puede haber sido un caso en que la necesidad obligaba.

Los huesos de elefante de Casal Lumbroso
Los huesos de elefante de Casal Lumbroso

Al fin y al cabo, por muy bello que fuera el entorno de la antigua Italia, para la gente que dependía de buenas piedras para sus herramientas tenía un grave inconveniente: el sílex solo estaba disponible en guijarros muy pequeños.

La tecnología de estos humanos no era ni de lejos tan sofisticada como la de los neandertales “clásicos” de épocas posteriores, que destilaban alquitrán de abedul, que incorporaron mangos de madera a las herramientas de piedra, y que encendían fuego de forma rutinaria, todo lo cual no vemos tan atrás en el tiempo. Este grupo era lo suficientemente versátil como para modificar su repertorio tecnológico y producir herramientas muy pequeñas de sílex, pero también para explorar el uso de otros materiales como el hueso de elefante.

Se adaptaron a los pequeños guijarros de sílex utilizando la “tecnología bipolar” —una técnica de la que se hallaron pruebas en el primer yacimiento arqueológico, Lomekwi, en Kenia, de 3,3 millones de años de antigüedad. Consiste en colocar la piedra que se desea laminar sobre un yunque de piedra más grande y, a continuación, golpearla en la parte superior con otra piedra. Esto parte los guijarros en dos trozos y a partir de aquí se pueden producir láminas afiladas.

Algunos de los filos de las herramientas de pedernal halladas en Casal Lumbroso estaban lo bastante limpios como para analizarlos en busca de rastros microscópicos de su uso prehistórico. Estos rastros apuntan a su uso en un material más bien blando, lo que podría significar el corte de carne de elefante —aunque también podría tener otras causas.

Estos primeros neandertales también tenían repertorios técnicos más complejos. Llevaron al yacimiento un hacha de mano, fabricada sobre (y a partir de) un bloque más grande de piedra caliza, que no es el mejor material para fabricar herramientas, ya que es bastante blando, pero aún así resulta adecuado para fabricar este tipo de herramienta de mayor tamaño.

Este grupo, que solo poseía piedras imperfectas —demasiado pequeñas o demasiado blandas—, también aprovechó el potencial de los enormes huesos de elefante para fabricar herramientas. Rompieron algunos huesos y les dieron forma laminando el hueso con una piedra de martillo, del mismo modo que trabajaban el sílex.

Tal vez solo durante unas horas, los sonidos del pedernal golpeando el yunque, los crujidos de los huesos al romperse y los gritos excitados de la gente enardecida por una rica fuente de alimentos habrían llenado el aire. Entonces, estas personas primitivas se habrían desplazado de nuevo, tal vez para encontrar un lugar adecuado para pasar la noche.

Traducción de Sara Pignatiello

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