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La adolescencia se prolonga hasta los treinta, según un importante estudio sobre el desarrollo del cerebro

Según un nuevo análisis, el cerebro humano atraviesa cinco “grandes épocas” a lo largo de la vida

Harry Cockburn
Martes, 25 de noviembre de 2025 15:40 EST
Resonancia magnética de la cabeza y el cráneo con una mano apuntando
Resonancia magnética de la cabeza y el cráneo con una mano apuntando (Getty Images)
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El cerebro humano pasa por cinco etapas distintas de desarrollo a lo largo de la vida, con puntos de inflexión clave que se pueden medir a medida que crecemos, maduramos, envejecemos y declinamos, según sugiere una nueva investigación.

Neurocientíficos de la Universidad de Cambridge escanearon los cerebros de casi 4.000 personas de entre 0 y 90 años para identificar los cuatro hitos que marcan cambios fundamentales en las conexiones neuronales que hacen funcionar nuestro cerebro.

Uno de los hallazgos más sorprendentes es que el periodo que los científicos denominan “adolescencia” comienza en torno a los nueve años, pero lejos de terminar al llegar a la veintena, se prolonga durante más de una década hasta los treinta.

La investigación publicada en la revista Nature Communications, reveló que nuestros cerebros aprenden y se adaptan constantemente a medida que absorbemos nueva información. Sin embargo, no es un viaje tranquilo de crecimiento y consolidación, sino que está marcado por ráfagas de actividad, sobre todo en la primera mitad de la vida.

Las cinco “épocas principales” identificadas por el equipo son:

  • Infancia: desde el nacimiento hasta los nueve años
  • Adolescencia: de los nueve a los 32 años
  • Edad adulta: de 32 a 66 años
  • Envejecimiento temprano: de 66 a 83 años
  • Envejecimiento tardío: a partir de los 83 años.

Estas distintas épocas se detectaron utilizando conjuntos de datos tomados de escáneres de difusión por resonancia magnética, que cartografían las conexiones neuronales en el cerebro rastreando cómo se mueven las moléculas de agua por el tejido cerebral.

“Sabemos que el cableado del cerebro es crucial para nuestro desarrollo, pero nos falta una visión global de cómo cambia a lo largo de nuestra vida y por qué”, afirmó la doctora Alexa Mousley, becaria de Gates Cambridge que dirigió la investigación.

“Estas épocas proporcionan un contexto importante para saber lo que nuestros cerebros pueden hacer mejor, o a qué pueden ser más vulnerables, en diferentes etapas de nuestras vidas. Podría ayudarnos a entender por qué algunos cerebros se desarrollan de forma diferente en momentos clave de la vida, ya sean dificultades de aprendizaje en la infancia o demencia en nuestros últimos años”, agregó.

Infancia

Durante la primera época, que va desde el nacimiento hasta la infancia, hasta alrededor de los nueve años, nuestros cerebros se definen por la “consolidación de redes”, según reveló la investigación del equipo. Durante este proceso, la gran cantidad de sinapsis —las conexiones entre neuronas— que se producen en exceso en el cerebro de un bebé se reducen, y solo sobreviven las más activas.

Al final de la primera era, el cerebro experimenta un cambio radical en su capacidad cognitiva, pero esto va acompañado de vulnerabilidad, ya que a partir de este punto, según el equipo, también aumenta el riesgo de sufrir trastornos mentales.

“Muchos de nosotros sentimos que nuestras vidas se han caracterizado por diferentes fases. Resulta que nuestros cerebros también pasan por estas épocas”, dijo Duncan Astle, catedrático de Neuroinformática de la Universidad de Cambridge
“Muchos de nosotros sentimos que nuestras vidas se han caracterizado por diferentes fases. Resulta que nuestros cerebros también pasan por estas épocas”, dijo Duncan Astle, catedrático de Neuroinformática de la Universidad de Cambridge (Dra. Alexa Mousley, Universidad de Cambridge)

Adolescencia

Durante la adolescencia, las redes de comunicación del cerebro se perfeccionan cada vez más, según mostraron los escáneres cerebrales.

Este periodo se caracteriza por el establecimiento de una comunicación más rápida y fluida, tanto dentro de áreas cerebrales específicas como en todo el cerebro: una transformación que impulsa el avance hacia habilidades cognitivas mucho más potentes.

Según el equipo, este proceso no suele completarse hasta que alcanzamos la treintena.

Edad adulta

A partir de los 32 años, aproximadamente, se inicia la época más larga, la de la edad adulta. La arquitectura del cerebro se estabiliza en comparación con las fases anteriores, sin grandes puntos de inflexión hasta dentro de treinta años.

Según el equipo de investigación, esto se corresponde con un “estancamiento de la inteligencia y la personalidad” según otros estudios.

También descubrieron que la “segregación” es más notable durante esta época, ya que las regiones del cerebro empiezan a estar progresivamente menos conectadas y más compartimentadas.

Envejecimiento temprano

“Los datos sugieren que a mediados de los sesenta culmina una reorganización gradual de las redes cerebrales”, explicó Mousley, y prosiguió: “Esto está probablemente relacionado con el envejecimiento, con una mayor reducción de la conectividad a medida que la materia blanca comienza a degenerarse”.

También se trata de un periodo en el que “aumenta el riesgo de padecer diversas enfermedades que pueden afectar al cerebro, como la hipertensión”.

Envejecimiento tardío

La última época de la estructura cerebral comienza en torno a los 83 años.

Según el equipo, el rasgo definitorio es “un cambio de lo global a lo local”, ya que la conectividad cerebral interregional disminuye aún más. Mientras tanto, las personas tienden a depender cada vez más de ciertas vías y regiones neuronales muy utilizadas.

Resonancias magnéticas del cerebro humano, el único órgano que se cree que se ha nombrado a sí mismo
Resonancias magnéticas del cerebro humano, el único órgano que se cree que se ha nombrado a sí mismo (Getty Images)

Duncan Astle, catedrático de Neuroinformática de la Universidad de Cambridge, afirma que el estudio del equipo ayudará a comprender las diversas vulnerabilidades del cerebro en las distintas etapas de desarrollo, y a saber cómo minimizar los riesgos y tratar determinadas afecciones.

“Muchos de nosotros sentimos que nuestras vidas se han caracterizado por diferentes fases. Resulta que nuestros cerebros también pasan por estas épocas”, expresó.

“Muchas enfermedades neurológicas, de salud mental y del desarrollo neurológico están relacionadas con el modo en que está conectado el cerebro. De hecho, las diferencias en el cableado cerebral predicen dificultades de atención, lenguaje, memoria y toda una serie de comportamientos diferentes”.

A continuación, afirmó: “Comprender que el recorrido estructural del cerebro no es una cuestión de progresión constante, sino de unos pocos puntos de inflexión importantes, nos ayudará a identificar cuándo y cómo sus conexiones son vulnerable a las perturbaciones”.

Traducción de Sara Pignatiello

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