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El mamífero más diverso del planeta: estudio arroja luz sobre el origen de la domesticación de los perros

Los perros fueron la primera especie domesticada por el hombre, mucho antes que las plantas o el ganado

Carly Ameen
The Conversation
,Allowen Evin
Jueves, 13 de noviembre de 2025 16:36 EST
Caótico momento en el que un perro provoca un incendio en su casa mientras sus dueños están fuera
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Los perros domésticos se cuentan entre los mamíferos más diversos del planeta. Desde el diminuto chihuahua hasta el imponente gran danés, pasando por el carlino de cara chata o el borzoi de hocico largo, la enorme variedad de formas y tamaños caninos es asombrosa.

A menudo atribuimos esta diversidad a un fenómeno relativamente reciente: los clubes caninos victorianos que surgieron hace unos 200 años. A estos clubes se les suele atribuir la formalización de la cría selectiva que dio origen a los cientos de razas modernas que reconocemos hoy en día.

Pero nuestra nueva investigación, publicada en la revista Science, demuestra que este es solo el último capítulo de una historia mucho más antigua. Hace más de 10.000 años, mucho antes de que existieran los clubes caninos y los pedigríes, los perros ya presentaban una notable diversidad en el tamaño y la forma de sus cráneos.

Este descubrimiento cuestiona la idea de que la cría dirigida haya creado por sí sola la variedad física que vemos hoy en los perros. En cambio, nuestra investigación descubrió que los primeros perros ya habían desarrollado una extraordinaria variedad de formas poco después de su domesticación, una diversidad que ha sido moldeada continuamente por miles de años de historia compartida con los humanos.

En busca de los primeros perros

Durante décadas, arqueólogos y genetistas han intentado responder a una pregunta aparentemente sencilla: ¿cuándo se convirtieron los lobos en perros?

La historia de la interacción humana con los lobos es larga y se remonta a la última glaciación, quizá incluso a hace 30.000 años. Pero no queda claro cuál fue el momento exacto de la domesticación del perro. Lo que hace a los perros particularmente especiales es que fueron la primera especie domesticada por el hombre, mucho antes que las plantas o el ganado. Sin embargo, a pesar de décadas de investigación, los primeros perros siguen eludiéndonos.

Un perro hace compañía a una mujer enferma
Un perro hace compañía a una mujer enferma (Getty/iStock)

Parte del reto es la similitud entre lobos y perros. Incluso hoy en día, algunas razas modernas de perros se parecen mucho a los lobos. Esto dificulta especialmente el seguimiento de su domesticación en el registro arqueológico. Gracias a una técnica denominada morfometría geométrica —un método para cartografiar y medir la variación de la forma en tres dimensiones—, pudimos rastrear cambios sutiles a lo largo del tiempo, a partir de modelos tridimensionales de los cráneos arqueológicos.

Hemos analizado 643 cráneos de perros y lobos antiguos y modernos, de 50.000 años de antigüedad y procedentes de yacimientos situados principalmente en el hemisferio norte, para rastrear la aparición y diversificación de los perros domésticos a lo largo del tiempo y el espacio.

Lo que encontramos fue sorprendente: los primeros cráneos con formas claramente domésticas de nuestro conjunto de datos datan de hace unos 11.000 años, del yacimiento mesolítico de Veretye, en Rusia.

Para entonces, los perros no solo habían divergido de los lobos en cuanto a la forma del cráneo, sino que habían empezado a diversificarse entre ellos. Estos primeros perros no eran todos iguales, sino que presentaban cráneos de distintos tamaños y formas, probablemente reflejo de la influencia de los entornos locales, las historias de las poblaciones y las preferencias humanas.

De hecho, algunos perros primitivos presentan formas craneales que no se encuentran en ninguna raza moderna, lo que apunta a linajes y morfologías que pueden haber desaparecido desde entonces. Aunque no vemos algunas de las formas más extremas de cráneo que vemos hoy en día (como los carlinos o los bull terriers), la variación que vemos en el Mesolítico es ya la mitad de la cantidad total de variación que vemos en las razas modernas.

Sobre las autoras

Carly Ameen es profesora de Bioarqueología en la Universidad de Exeter, Inglaterra, y Allowen Evin es directora de Investigación de CNRS, Bioarqueología en la Universidad de Montpellier, Francia. Este artículo se publicó originalmente en The Conversation y se distribuye bajo licencia Creative Commons. Lee el artículo original.

Esto se hace eco de estudios genéticos que revelan profundas escisiones entre las primeras poblaciones caninas. En el Neolítico (hace entre 8.000 y 5.000 años), los perros ya habían formado linajes regionalmente diferenciados en Europa, Oriente Próximo y Asia. Algunos de estos linajes sobreviven en las razas modernas, mientras que otros parecen haberse extinguido, posiblemente sustituidos o diluidos por el mestizaje y los movimientos humanos.

Domesticación desigual

Nuestros hallazgos complementan un creciente corpus de pruebas genéticas y arqueológicas que sugieren que la domesticación de los perros fue un proceso prolongado y regionalmente variado. Las investigaciones sobre el ADN antiguo han demostrado que los principales linajes caninos ya estaban diferenciados hace 11.000 años, lo que implica que el proceso de domesticación comenzó mucho antes.

El momento exacto sigue siendo objeto de debate, aunque algunas investigaciones apuntan a una estrecha relación entre humanos y cánidos desde hace más de 30.000 años. Sin embargo, nuestro estudio no encontró ningún perro domesticado entre los 17 cráneos del Pleistoceno tardío (hace entre 126.000 y 11.700 años) que examinamos, lo que sugiere que quizá no se remonte tan atrás. Por supuesto, los primeros perros tenían que parecerse mucho a los lobos, hasta el punto de conservar cráneos parecidos a los de los lobos durante generaciones, pero se desconoce durante cuánto tiempo.

Todavía hay mucho que desconocemos. Para profundizar en nuestros conocimientos, necesitamos más especímenes de la ventana crítica comprendida entre hace 25.000 y 11.000 años, sobre todo en regiones infrarrepresentadas como Asia central y suroccidental. Lo que este trabajo ha revelado, o quizá reforzado, es la historia mucho más antigua de la evolución entre humanos y perros, que comenzó poco después de la propia domesticación.

En última instancia, los perros son un espejo de la historia de la humanidad. Su historia está entrelazada con la nuestra, moldeada por migraciones compartidas, entornos cambiantes y sociedades en evolución. Los perros, la primera especie domesticada y nuestra compañía más duradera, ofrecen una visión única de cómo el ser humano ha moldeado el mundo natural y cómo el mundo natural nos ha moldeado a nosotros.

Traducción de Sara Pignatiello

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