Arqueólogos revelan pruebas de un festival británico celebrado hace 6.500 años
¿Pensarías que la verdadera identidad británica está ligada a la pintura corporal?
Un equipo de arqueólogos ha descubierto pruebas que podrían arrojar luz sobre los lejanos orígenes de la identidad británica, en el emplazamiento de un antiguo festival.
Se sabe desde hace tiempo que la palabra Gran Bretaña deriva de una palabra celta (Pritani), que significa “los pintados”, lo que refleja casi con toda seguridad una predilección prehistórica por la pintura corporal.
Sin embargo, nunca se habían encontrado muchas pruebas arqueológicas de esta tradición cultural, hasta ahora.
Las recientes investigaciones de un probable yacimiento ceremonial prehistórico de 6.500 años de antigüedad en el noroeste de Inglaterra identificaron la mayor colección de piezas de ocre rojo jamás hallada en Gran Bretaña.
En el yacimiento de la Edad de Piedra, situado cerca de Carlisle (capital del condado de Cumbria, Inglaterra), se recuperaron más de 600 fragmentos de ocre rojo, junto con las piedras de moler utilizadas para convertir los trozos de ocre rojo en polvo, probablemente para la producción de pigmentos.
Situado en lo que en tiempos prehistóricos había sido una pequeña isla (1,2 acres) en el río Eden, es probable que el yacimiento se utilizara para importantes reuniones comunales de importancia ritual y económica.
Algunas pruebas sugieren que sirvió de importante base de pesca durante el pico de la temporada primaveral del salmón, probablemente a mediados de abril.
Es probable que la pesca se llevara a cabo con lanzas especiales de pesca de tres puntas (los llamados tridentes o leisters) y con arcos y flechas.
En el yacimiento hay indicios de que se fabricaron flechas de la Edad de Piedra, y los arqueólogos también hallaron dos grandes tridentes de madera de principios del Neolítico que parecen haber sido depositados en los humedales circundantes como ofrendas de promesa a dioses locales o espíritus ancestrales.
Aunque es imposible saber con certeza cuántas personas participaban en la explotación de la temporada primaveral del salmón y en las ceremonias y los rituales asociados, hay indicios de la magnitud de lo que probablemente fue un importante acontecimiento anual.
Los restos de trabajo del sílex (se han recuperado más de 300.000 fragmentos solo en el 12% de la isla que se ha excavado) sugieren que, en total, se fabricaban allí muchos cientos de flechas y otros artefactos durante cada reunión anual a finales del Mesolítico (Edad de Piedra Media). El yacimiento se utilizó con mayor intensidad durante un periodo de unos 800 años.
Insinúa que el número de asistentes a las reuniones probablemente superaba el centenar, una cifra que implica que las reuniones de abril atraían a miembros de hasta media docena de pequeñas bandas de cazadores-recolectores y familias extensas diferentes.
Los artefactos hallados en el yacimiento revelaron que las personas que se reunían allí procedían de una zona geográfica muy amplia.
De algún modo, habían adquirido vidrio volcánico (resinita/obsidiana) de la isla de Arran (a 193 km por mar) y de la costa de Yorkshire (a 161 km por tierra), así como de zonas mucho más cercanas al yacimiento, como las montañas de Cumbria (el Distrito de los Lagos), los Peninos del Norte, la costa del estuario de Solway y las tierras altas del sur de Escocia.
En el yacimiento se ha desenterrado la mayor colección de vidrio volcánico (unas 230 piezas) jamás hallada en Inglaterra.
Los arqueólogos, de una de las principales consultoras arqueológicas del Reino Unido, Oxford Archaeology, encontraron también un raro ejemplo de “arte” mesolítico: un trozo de piedra con tres líneas paralelas inscritas.
La isla, desaparecida hace tiempo (Stainton West, cerca de Carlisle), que los británicos de la Edad de Piedra utilizaban como base para pescar salmón, gozaba de una ubicación ideal. Se encontraba en una parte del curso bajo del Edén, donde, en la prehistoria, el río se dividía en varios canales muy estrechos.
Significaba que, al migrar río arriba desde el mar de Irlanda, los salmones se veían obligados a nadar por esos estrechos canales, donde los humanos podían capturarlos con más facilidad. Es probable que los pescadores de la Edad de Piedra obstruyeran temporalmente los canales estrechos (con redes o barreras de mimbre), para concentrar temporalmente el mayor número de salmones en un área reducida.
Algunos salmones pesaban unos 7 kg y medían más de un metro. En primavera, un gran número de salmones habría migrado por el Edén. Esto habría sido especialmente útil desde el punto de vista nutricional.
“El yacimiento de Carlisle es importante porque demuestra la complejidad social de la sociedad cazadora-recolectora del Mesolítico y el notable grado de interacción de comunidades muy dispersas en gran parte de Gran Bretaña”, declaró el director de la investigación arqueológica, Fraser Brown, de la consultora británica Oxford Archaeology.
Es la primera vez que se descubren pruebas tan extensas que revelan hasta qué punto estaban interconectadas las bandas de cazadores-recolectores de la Edad de Piedra británica antes de la introducción de la agricultura.
También es la primera vez que los arqueólogos hallan un gran número de fragmentos de ocre rojo en Gran Bretaña: 610 en total.
Aunque se trata, por mucho, del mayor descubrimiento de este tipo, los hallazgos en otras partes del Reino Unido demuestran que los británicos prehistóricos utilizaron el ocre rojo no solo en el Mesolítico y antes, sino también en el Neolítico, la Edad del Bronce y la Edad del Hierro.
El ocre rojo mesolítico de Carlisle (junto con otras pruebas arqueológicas posteriores de ocre rojo prehistórico procedentes de otros yacimientos) complementa las pruebas lingüísticas e históricas posteriores que han sobrevivido para sugerir que la pintura corporal era casi con toda seguridad una tradición británica, una tradición que parece haber llevado a que el territorio acabara llamándose Bretaña (es decir, “la tierra de la gente pintada”).
Uno de los primeros nombres de Gran Bretaña de los que se tiene constancia es Prettanike, escrito por un explorador griego afincado en Marsella llamado Piteas en el siglo IV a.C. Había visitado Gran Bretaña y parece que aprendió el nombre celta de los habitantes del territorio (los pretani) de sus habitantes celtas o de sus vecinos celtas del norte de Francia. La traducción griega del nombre de nuestra isla (Prettanike) que hizo Piteas evolucionó posteriormente hasta convertirse en la palabra romana para Gran Bretaña (Britannia).
Un escrito de Julio César de mediados del siglo I a.C. menciona específicamente que los habitantes de Gran Bretaña tenían la tradición de pintarse, y al menos desde finales del siglo III d.C., los escoceses también eran descritos como el “pueblo pintado”, los pictos (Picti).
Incluso en el siglo VI d.C., un historiador prorromano de Europa del Este, Jordanes, describió cómo los habitantes del norte de Gran Bretaña “se pintaban el cuerpo con [pigmentos] rojo hierro”.
El descubrimiento de ocre rojo en el yacimiento de Carlisle bien pudo ser una parte temprana de una tradición británica continua de pintura corporal que, en última instancia, formó el nombre de la isla.
Traducción de Michelle Padilla