Un estudio revela que la mayoría de quienes creen tener intolerancia al gluten podrían estar equivocados
La intolerancia al gluten en muchas personas podría estar relacionada con la conexión entre el sistema digestivo y el sistema nervioso, similar a enfermedades como el síndrome del intestino irritable, según científicos
La intolerancia al gluten afecta a más de una de cada diez personas en el mundo, pero un nuevo estudio de referencia sugiere que la mayoría de quienes creen padecerla podrían estar equivocadas.
A través de un estudio publicado en The Lancet, un grupo de científicos logró establecer una distinción más clara entre la enfermedad celíaca —un trastorno autoinmune desencadenado por el gluten— y la mucho más común intolerancia al gluten no celíaca (SGNC).
De acuerdo con investigadores de la Universidad de Melbourne, estos hallazgos podrían cuestionar creencias arraigadas sobre la intolerancia al gluten y marcar un nuevo estándar para su definición, diagnóstico y tratamiento.
“Millones de personas en todo el mundo evitan el gluten porque creen que les causa daño intestinal, muchas veces después de experimentar síntomas reales que van desde molestias leves hasta malestares intensos”, explicó Jessica Biesiekierski, una de las autoras del estudio.
“Profundizar en nuestra comprensión científica y clínica de una condición que podría afectar hasta al 15 % de la población mundial es sumamente importante”, añadió la doctora Biesiekierski.

En el estudio, los científicos analizaron la evidencia disponible sobre la SGNC, cuyos síntomas incluyen hinchazón abdominal, dolor intestinal y fatiga.
“Contrario a lo que muchos creen, la mayoría de las personas con SGNC no están reaccionando al gluten”, afirmó la doctora Jessica Biesiekierski.
Según los investigadores, la causa principal de esta intolerancia estaría relacionada con la forma en que el intestino y el cerebro interactúan.
“Descubrimos que los síntomas suelen ser provocados con mayor frecuencia por carbohidratos fermentables —conocidos como FODMAPs—, por otros componentes del trigo o incluso por las expectativas y experiencias previas que las personas tienen con ciertos alimentos”, explicó Biesiekierski.
Solo unos pocos casos documentados en los ensayos clínicos analizados mostraron signos de una reacción genuina al gluten, según indicaron los investigadores.
En la mayoría de los participantes, las respuestas no fueron diferentes a las que presentaban cuando se les administraba un placebo, concluyen.
“En estudios recientes, personas con síndrome de intestino irritable (SII) que creen ser intolerantes al gluten reaccionan de forma similar al gluten, al trigo y al placebo”, explicó Biesiekierski.
“Esto sugiere que la manera en que las personas anticipan e interpretan las sensaciones intestinales puede influir fuertemente en sus síntomas”, añadió.
Según los autores del estudio, estos hallazgos apuntan a que la intolerancia al gluten no celíaca (SGNC) podría formar parte del espectro de trastornos relacionados con la conexión entre el sistema digestivo y el sistema nervioso, más cercana al síndrome de intestino irritable, y no necesariamente tratarse de una condición distinta causada por el gluten.
Este nuevo enfoque sobre la SGNC podría tener implicaciones importantes, tanto para quienes buscan manejar sus síntomas por cuenta propia, como para profesionales de la salud que prescriben dietas restrictivas, e incluso para autoridades sanitarias que diseñan campañas educativas.
“Distinguir la SGNC de otros trastornos gastrointestinales es clave para ofrecer diagnósticos precisos, atención personalizada y abordar las verdaderas causas del malestar”, señaló Jason Tye-Din, gastroenterólogo del Royal Melbourne Hospital.
“Esta revisión respalda un enfoque más individualizado y basado en evidencia para el cuidado de la salud intestinal y permite evitar restricciones dietéticas innecesarias”, concluyó Tye-Din, quien no participó en la investigación.
Traducción de Leticia Zampedri