Pasajeros logran millonaria compensación por compuerta que se desprendió en vuelo de Alaska Airlines
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte informó que ya inició una investigación sobre el accidente
Tres pasajeros que demandaron a Alaska Airlines y Boeing por el desprendimiento de una compuerta a casi 5.000 metros de altura llegaron a un acuerdo extrajudicial.
Los pasajeros viajaban en el vuelo 1282 de Alaska Airlines, que cubría la ruta Portland–Ontario (California), el 5 de enero de 2024, cuando un tapón de puerta del fuselaje del Boeing 737 Max se soltó en pleno vuelo. Presentaron una demanda por 1.000 millones de dólares contra Alaska Airlines y Boeing, pero a principios de este mes cerraron un acuerdo fuera de los tribunales, según informó el canal KPTV.
La demanda fue desestimada con prejuicio el 7 de julio, lo que impide que vuelva a presentarse en el futuro. Según el abogado de los demandantes, los términos del acuerdo son confidenciales y no fueron revelados.
El mes pasado, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) concluyó que Boeing fue responsable del aterrador incidente. Según el informe, faltaban cuatro pernos en el tapón de la puerta, lo que hizo que se deslizara lentamente fuera de su lugar durante más de 100 vuelos, hasta que finalmente se desprendió.
En un comunicado, Boeing expresó que “lamenta este accidente” y aseguró que continuará “trabajando para reforzar la seguridad y la calidad en todas nuestras operaciones”.

Desde la agencia informaron que los 174 pasajeros a bordo estaban a salvo y fueron contabilizados, gracias a la rápida respuesta de la tripulación. Varios pasajeros dijeron que temieron por sus vidas y describieron una succión tan fuerte que pertenencias personales salieron volando por la abertura. Uno de ellos incluso contó que el vacío le arrancó la camisa del cuerpo.
La presidenta de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), Jennifer Homendy, lo resumió así: “Es un milagro que nadie haya muerto.”
“El accidente nunca debió haber ocurrido”, declaró Homendy el mes pasado. “Desde entonces, se ha puesto mucho énfasis en el error humano, en lo que hicieron uno o dos empleados de Boeing.”
“Pero quiero dejar algo claro: un accidente como este no ocurre por culpa de una sola persona, ni siquiera de un grupo. La aviación es mucho más sólida que eso. Esto solo pasa cuando fallan varios sistemas al mismo tiempo,” concluyó.

Decenas de empleados presentaron denuncias internas el año pasado para alertar sobre fallas en los protocolos de seguridad de Boeing. Uno de ellos, Roy Irvin, quien trabajó seis años como inspector de calidad en la empresa, declaró en exclusiva a The Independent: “La explosión del tapón me impactó, porque yo había advertido que algo así podía pasar”.
“Nada se reporta si no lo descubre alguien antes”, agregó. “Y seguramente hay otras fallas que todavía no han salido a la luz”.
The Independent se ha puesto en contacto con Alaska Airlines y Boeing en busca de comentarios.
Traducción de Leticia Zampedri






