Régimen sandinista festeja en calle expulsión de opositores
La maquinaria política del régimen sandinista de Nicaragua efectúa una marcha de miles de simpatizantes para celebrar la decisión del gobierno de expulsar y enviar a Estados Unidos a 222 dirigentes, activistas, sacerdotes, estudiantes y periodistas de oposición que estaban presos
La maquinaria política del régimen sandinista de Nicaragua efectuó el sábado una marcha de miles de simpatizantes para celebrar la decisión del gobierno de expulsar y enviar a Estados Unidos a 222 dirigentes, activistas, sacerdotes, estudiantes y periodistas de oposición que estaban presos.
Los participantes portaron banderas rojinegras del Frente Sandinista de Liberación Nacional durante su movilización pacífica como las que el gobierno prohibió realizar a la oposición en los últimos años.
Lizbeth Chávez, que cargaba un retrato de la vicepresidenta y primera dama Rosario Murillo, dijo que “estamos marchando, celebrando nuestra soberanía, defendiendo nuestra soberanía y diciéndole al imperio yanqui que aquí estamos, aquí seguiremos, aquí nos quedamos.”
El presidente Daniel Ortega había dicho que fue idea de Murillo la súbita decisión de excarcelar el jueves a 222 miembros de la oposición para enviarlos en avión a Washington. La pareja gobernante se refirió a esos opositores como “terroristas” financiados por Washington para que desestabilizaran al gobierno nicaragüense.
Cuando el avión todavía se encontraba en vuelo, los legisladores sandinistas aprobaron una reforma constitucional para despojar a los otrora prisioneros de la ciudadanía nicaragüense.
Estados Unidos concedió a todos los exiliados un permiso condicional humanitario por dos años para permitirles trabajar y solicitar asilo en el país. Por su parte, el gobierno español les ofreció la ciudadanía.
Las autoridades estadounidenses dijeron que la excarcelación de los opositores era una señal positiva después de años de intransigencia de Ortega, quien insistió en no haber pedido nada a cambio.
Estados Unidos y varios países europeos han incrementado las sanciones contra la familia de Ortega, su primer círculo y miembros del gobierno nicaragüense.
La exhibición sandinista de fuerza el sábado tuvo lugar un día después de que un juez nicaragüense sentenciara al obispo católico Rolando Álvarez —un abierto crítico del gobierno— a 26 años de cárcel tras imputarle diversos cargos, como propalar información falsa y otros para socavar al gobierno.
Álvarez estaba considerado para que el jueves en la mañana subiera al avión con destino a Estados Unidos pero se rehusó a abandonar Nicaragua, fue recluido y sentenciado al día siguiente.
Durante la movilización del sábado, Donal Manuel Mendoza dijo: “Estamos marchando porque hemos derrotado a la fuerza mercenaria del imperio. Los sacamos del país”.