Luis Arce: del milagro boliviano como ministro de Economía a la crisis como presidente
Luis Arce, el ex ministro de Economía que sumó éxitos durante la presidencia de Evo Morales, se encuentra ahora en medio de una crisis política y económica, en la que enfrenta a quien fuera su mentor por el control del partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), en medio de protestas populares que llenan las calles del país.
Economista pragmático, con estudios en Londres, autodenominado anti-neoliberal, Arce realizó gran parte de su carrera en el Banco Central de Bolivia, entre 1987 y 2006. Posteriormente fue ministro del entonces presidente Evo Morales entre 2006 y 2017 y en noviembre de 2020, se convirtió en presidente, después del polémico gobierno transitorio de Jeanine Añez.
Con Morales como presidente, Arce capitaneó lo que se llamó el “milagro boliviano”, un alto crecimiento económico del país gracias a los ingresos extraordinarios por las exportaciones de gas tras la nacionalización de los hidrocarburos en 2006.
Las reformas liberales de la década de 1990 habían colocado al país como potencia energética y Bolivia pasó de ser un país de ingresos bajos a uno de ingresos medios, según el Banco Mundial. La extrema pobreza cayó al 15%, se construyeron carreteras y teleféricos y las ciudades se expandieron. Pero estos ingresos comenzaron a caer en 2014.
Cuando Arce asumió el poder, Bolivia era un país fuertemente impactado por la pandemia y muy polarizado por los conflictos sociales desencadenados desde la caída de Evo Morales en 2019.
En octubre de ese año, Morales, en el poder desde 2006, ganó las elecciones por cuarta vez. Sin embargo, tras su victoria, los cuestionamientos por un supuesto fraude desencadenaron un estallido social que dejó 36 muertos, entre partidarios del exmandatario y opositores, lo que precipitó la renuncia de Morales presionado por los militares y su salida al exilio.
La senadora opositora Jeanine Áñez se autoproclamó entonces presidenta interina pero su mandato, que duró hasta noviembre de 2020, estuvo marcado por persecución judicial a partidarios de Morales y denuncias de organizaciones internacionales por las represión contra manifestantes durante las protestas de ese año. Arce no dudó en tachar este periodo de “brutal” y “golpista”-
Al llegar a la presidencia, en noviembre de 2020, su principal desafío era sacar al país de lo que él mismo tachó como la peor recesión en 40 años, como consecuencia de las difíciles circunstancias sociales y económicas que enfrentaba el país de 11,3 millones debido a la larga crisis política y la pandemia.
En el terreno económico también comenzaban los problemas. Arce dijo recientemente que la producción de gasolina y diésel cubrían la mitad del consumo interno en 2014 y que ahora se importa el 86% del diésel y el 56% de gasolina “por la falta de inversiones en exploración y el agotamiento de los campos”.
Por su parte, las amas de casa se quejan de los precios altos de algunos alimentos. El gobierno ha atribuido el alza a factores climáticos y al contrabandado hacia Perú y Argentina e insiste en que el país no está atravesando una crisis económica.
En el terreno político el enfrentamiento con Morales no dejó de crecer.
En noviembre, pronunció un discurso cargado de críticas a quienes se oponen a su gestión y “sueñan con nuevos golpes de Estado”. No se refirió directamente a ningún político con nombre pero aseguró que “hay quienes apuestan a la guerra contra el gobierno” y mencionó “sabotajes” de quienes “siembran odio y violencia”.
Sus problemas habían comenzado al perder el control de la Asamblea Legislativa tras la fractura del oficialista MAS cuando Morales anunció en 2023 su intención de postularse en 2025. Arce tenía las mismas expectativas y el aval de la constitución para buscar la reelección.