Entre apatía, Chile elige a redactores de nueva constitución
Los chilenos eligen el domingo a los 50 redactores de una nueva constitución, el segundo intento por reemplazar la carta magna legada por los militares, en unos comicios obligatorios que despiertan poco interés
Los chilenos irán otra vez a las urnas el domingo para elegir a los 50 redactores de una nueva constitución, en el segundo intento por reemplazar a la carta magna legada por los militares hace 42 años y en medio de un ambiente de indiferencia
El nuevo proceso constituyente surgió luego de que el 62% del electorado rechazó en septiembre un primer texto elaborado por una convención dominada por la izquierda.
El proceso electoral se desarrolla en un ambiente apático y con escaso conocimiento de los candidatos: sondeos de Criteria y Cadem de abril y fines de marzo, respectivamente, indicaron que cerca de 70% de los consultados dijo tener poco o nada de interés.
Los chilenos acudieron a las urnas en seis ocasiones entre 2020 y 2022, lapso en el que cambiaron sus prioridades que pasaron de una gran cercanía con el primer proceso constituyente a una desafección por el actual, en medio de una amplia preocupación por la seguridad y la inflación. Los analistas indican que el desinterés también pudo influir en el fracaso del anterior proceso constituyente.
Las elecciones son de participación obligatoria y quienes no voten se arriesgan a multas que van desde los 31.000 a los 189.000 pesos (38 a 230 dólares).
“Sólo iré a votar porque no quiero pagar la multa” dijo a The Associated Press Patricia Borzone, una arquitecta y ejecutiva de un tienda, de 45 años, quien explicó que desconfía que el proceso constitucional garantice mejoras concretas en educación y salud, “que son fundamentales para que el país de verdad se desarrolle”.
Los 50 redactores que integrarán el Consejo Constitucional serán electos entre 351 candidatos que representan a tres pactos políticos y a dos partidos que compiten solos.
Los electores deben votar por un candidato de alguna de las cinco listas en competencia: una de centroderecha, otra de centroizquierda y una de la izquierda más cercana al presidente Gabriel Boric. Además, hay una del populista Partido de la Gente y otra del conservador Partido Republicano, que siempre ha dicho que no le interesa cambiar la constitución de los militares.
Los diversos sondeos coinciden en que la oposición, especialmente los republicanos, obtendrían más votos que el oficialismo, que va dividido.
El senador oficialista Juan Luis Castro declaró que “es inevitable que tengamos un revés las fuerzas del oficialismo porque no hay interés, hay desconfianza y hay un grado de desaprobación al gobierno”. La aprobación de Boric bordea el 30%.
Los consejeros no comenzarán desde cero, trabajarán a partir de un anteproyecto que redactan 24 expertos designados por los partidos políticos y ratificados por el Congreso.
Los expertos trabajan sobre 12 bases constitucionales elaboradas por los partidos políticos, entre las que figuran que Chile es un Estado unitario, el reconocimiento de los pueblos indígenas como parte de una nación indivisible, la separación de los poderes Legislativo, Judicial y Ejecutivo y la garantía del respeto de derechos y libertades, incluidos el derecho a la vida, a la propiedad y la igualdad ante la ley.
Los redactores del nuevo proyecto podrán aprobar, modificar o eliminar normas del anteproyecto con al menos 30 de los 50 votos de sus miembros.
Los expertos, en su mayoría abogados, entregarán el 6 de junio su anteproyecto a los redactores, los que deberán respetar las mismas bases y entregar su propuesta en octubre que será aceptada o rechazada el 17 de diciembre en un plebiscito también de participación obligatoria.
Los dos procesos constituyentes, el de 2022 y el actual, surgieron de una revuelta social en octubre de 2019 con demandas sociales y económicas que fueron frenadas por la convocatoria del Congreso a un plebiscito que, un año después, resolvió que los chilenos querían una nueva carta magna.