Edmundo González, inesperado candidato opositor que pretende sacar a Maduro del poder en Venezuela
Apenas tres meses antes de la fecha prevista para las elecciones de Venezuela, Edmundo González Urrutia recibió una encomienda que jamás buscó: ser el candidato de la principal coalición opositora que pretender sacar a Nicolás Maduro del poder, tras 25 años de gobiernos socialistas.
Desde entonces, ha caminado de la mano en actos de campaña en territorio con María Corina Machado, la líder opositora que abanderaba los anhelos de cambios de sus seguidores desde que ganó las primarias de la oposición en octubre del año pasado.
Machado no pudo inscribirse como candidata por una inhabilitación política que pesa sobre ella por 15 años y el exdiplomático jubilado, de 74, recibió la posta del bloque opositor de cara a las elecciones del domingo, en las que el presidente Maduro busca la reelección para un tercer mandato de seis años.
Su postulación por la llamada Plataforma Unitaria Democrática (PUD), una coalición de 10 partidos de oposición, implicó poner en marcha una estrategia para dar a conocer a los venezolanos a un personaje hasta entonces desconocido en la primera línea de política.
La campaña opositora se ha centrado en dos aspectos: convencer a los venezolanos que ellos son el factor de cambio y sembrar el mensaje de que votar por Edmundo González es hacerlo por Machado.
En su mochila de vida, lleva la experiencia de haber sido un joven diplomático de Venezuela destinado en El Salvador durante la guerra civil que azotó ese país centroamericano hace más de cuatro décadas.
Nunca ejerció un cargo de elección popular y, antes de ser la carta opositora para las elecciones más difíciles que enfrenta Maduro, pasaba en familia la mayor parte de su jornada.
De un día a otro pasó de ser un exfuncionario anónimo a constituirse en una pieza clave en el engranaje opositor con miras a derrotar a Nicolás Maduro. Expertos y observadores han dicho que la oposición tiene esta vez oportunidades reales de ganar.
Si lo consigue, gobernará durante el sexenio 2025-2031 y asumirá el cargo el 10 de enero de 2025, según lo establecido en la Constitución venezolana.
La postulación es “una responsabilidad que acepto con humildad. No la esperaba”, dijo Edmundo González Urrutia en abril, al formalizar su candidatura, junto a la del mandatario venezolano y otros ocho dirigentes de partidos minoritarios.
Se ofreció para ser parte de “la democratización del país” y del proceso para "buscar el entendimiento, la reconciliación, de los venezolanos”, dijo el también escritor a The Associated Press en una entrevista.
González Urrutia fue inscrito originalmente como candidato provisional, a la espera de que Machado lograse revertir su inhabilitación y pudiera registrarse como candidata. Esa posibilidad fue truncada finalmente por el máximo tribunal del país, controlado por el gobierno, lo que llevó a el exdiplomático a la boleta electoral.
Antes que él, el bloque opositor trató de reemplazar a Machado con la académica Corina Yoris, pero ésta tampoco pudo inscribirse por un bloqueo en el sistema electrónico electoral. Sin embargo, la postulación de González Urrutia fue admitida por el Consejo Nacional Electoral y no fue objetada por nadie.
La autoridad electoral, dirigida hoy por el que fuera el contralor general de Venezuela que inhabilitó a Machado para ejercer cargo público, nunca explicó la razón por la que el sistema admitió el registro de González y no el de Yoris.
Desde su confirmación como abanderado de la coalición opositora, González Urrutia ha contado con el respaldo de Machado, quien no dejó de recorrer el país promoviendo su candidatura.
El exdiplomático, en un país donde la estridencia tiende a ser un rasgo conocido de los políticos, se ha mostrado con un hombre conciliador, que habla con suavidad. Esto contrasta con Maduro, que adoptó el estilo frontal de Chávez, caracterizado por ataques virulentos a la oposición y a Estados Unidos.
"Ya basta de gritos, ya basta de insultos, es la hora del reencuentro”, ha promovido González en su faceta de candidato presidencial.
Asegura que será su experiencia como diplomático en países en conflicto la que lo ayudará precisamente a buscar soluciones concertadas y mantenerse en calma si llega a gobernar un país que lleva 25 años de modelo político continuista, primero con Hugo Chávez y después con la década de Maduro.
“Son situaciones que le enseñan a uno a convivir en situaciones de estrés, en situaciones peligrosas, en situaciones de riesgo, en situaciones donde la inseguridad personal es evidente”, dijo González acerca de su etapa en países como El Salvador, donde en los 12 años de guerra civil (1980-1992), al menos 75.000 personas perdieron la vida y otras 12.000 desaparecieron.
González Urrutia fue también el primer secretario de la embajada de Venezuela en Washington. En la capital estadounidense obtuvo en 1981 en una maestría en Relaciones Internacionales.
Después fue embajador de Venezuela en Argentina entre 1991 y 2002, tras encabezar la legación diplomática en Argelia —entre 1991 y 1993— y de ocupar entre 1994 y 1999 distintos cargos en la Cancillería venezolana.
González Urrutia se ha comprometido a llevar adelante un periodo de transición, “en la que se garantice la libertad de los presos políticos, el retorno de los exiliados y de todos los venezolanos en el extranjero”, en un país que ha visto volar fuera de su territorio a más de siete millones de personas en la última década en medio de la crisis política, económica y social.