A exrehén israelí le cuesta seguir adelante mientras su hermano sigue cautivo en Gaza

Ahora que Israel anuncia medidas para aumentar la ayuda humanitaria en Gaza, un exrehén israelí-argentino sabe de primera mano lo que eso podría significar para los cautivos del grupo extremista Hamás.
Iair Horn, quien pasó un año y medio en cautiverio, declaró que los rehenes se daban cuenta cuándo había más ayuda disponible porque recibían más comida.
“Cuando hay menos comida, entonces también hay menos para los rehenes. Cuando hay ayuda, existe la posibilidad de que te den un pepino”, agregó Horn, de 46 años.
Milicianos de Hamás secuestraron a Horn de su casa en el kibutz Nir Oz, junto con otras 250 personas, durante el ataque transfronterizo del grupo el 7 de octubre de 2023. Fue liberado el 15 de febrero tras 498 días de cautiverio. Durante la mayor parte de ese tiempo, estuvo recluido en una celda subterránea en un túnel con varios otros rehenes, incluido su hermano menor, Eitan Horn, de 38 años.
Desde su liberación, Iair Horn ha postergado su propia recuperación para luchar por la liberación de su hermano y de los otros 49 rehenes que aún permanecen retenidos en Gaza, de los cuales se cree que unos 20 siguen con vida.
Las negociaciones vuelven a colapsar
Saber que las negociaciones entre Israel y Hamás se congelaron nuevamente durante el fin de semana fue devastador para su familia, expresó Horn. Desde su liberación, ha realizado cuatro viajes a Estados Unidos, donde se ha reunido con el presidente Donald Trump y otros líderes estadounidenses para abogar por los rehenes.
No estaba seguro de qué pensar sobre un comentario del jueves del enviado especial de Trump, Steve Witkoff, de que Estados Unidos consideraría “opciones alternativas” tras retirar a su equipo negociador de Qatar.
“No soy político y no me meto en esos temas porque no los entiendo. Lo que entiendo es muy sencillo: quiero a mi hermano de regreso”, indicó Horn.
“Mi vida está congelada en este momento. Vivo en una pesadilla en la que cada día me secuestran de nuevo”, añadió Horn, quien es soltero.
Cada mañana, al abrir los ojos, debe pensar unos instantes para recordar dónde está, para caer en cuenta de que ya no es un rehén. Ha recuperado parte del peso que perdió durante el cautiverio, pero su lista de dolencias físicas y psicológicas es larga.
Por ahora, vive con familiares en Kfar Saba, una ciudad cerca de Tel Aviv. Anteriormente, trabajó en diversas labores en el kibutz Nir Oz, incluidos el mantenimiento, la educación y la cocina. También dirigió el pub del kibutz.
Pero no sabe dónde vivirá, qué hará en el futuro ni si volverá a Nir Oz. En lo único que se concentra es en abogar por la liberación de su hermano.
“Nunca imaginé que pasaría otro medio año sin ver a mi hermano menor”, manifestó.
La respuesta de Israel en Gaza ha matado a más de 59.700 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza. El recuento de la agencia no distingue entre milicianos y civiles, pero el ministerio afirma que más de la mitad de los muertos son mujeres y niños. La ONU y otras organizaciones internacionales consideran al ministerio, que opera bajo el gobierno de Hamás, como la fuente más fiable de datos sobre las víctimas.
Hermanos retenidos juntos
Iair Horn es el mayor de tres hermanos que crecieron en Argentina. Él se mudó a Israel a los 20 años, seguido por su siguiente hermano, Amos. Eitan y sus padres, divorciados desde hacía tiempo, se les unieron más tarde. El 7 de octubre de 2023, Eitan visitaba a Iair en su casa en el kibutz Nir Oz cuando comenzaron a sonar las sirenas que advertían de la llegada de misiles.
Pronto recibieron mensajes de texto que los alertaron de que extremistas se habían infiltrado en el kibutz. Los milicianos entraron en la casa de Iair, donde se escondía con Eitan en la habitación segura reforzada. Iair intentó mantener la puerta cerrada hasta que los extremistas comenzaron a disparar a través de ella. Entonces decidió rendirse: le preocupó que usaran granadas o armas más potentes.
Iair, quien fue llevado inmediatamente a Gaza, no supo qué le había sucedido a su hermano hasta alrededor del día 50 de cautiverio, cuando los milicianos los reunieron e Iair comprendió que Eitan también había sido secuestrado.
Estar juntos, incluso en su pequeña habitación con barrotes, fue un golpe de suerte, señaló Iair.
“Hay mucho tiempo y nada qué hacer, y hablamos mucho de nuestra infancia, de la escuela primaria, del movimiento juvenil, de fútbol”, sostuvo. “Intentamos mantener nuestro sentido del humor. Él me preguntaba: ‘¿Te lavaste los dientes?’. Y yo le preguntaba: ‘¿Te lavaste el ombligo?’”.
“Eran tonterías, tonterías entre hermanos que no tengo ahora. Muchas veces ocurre que me pasa algo en la calle que tengo que contarle. Y no puedo, y lo lamento mucho”, dijo y rompió a llorar.
Captores informan a rehenes que liberarían a dos
Durante la mayor parte del tiempo, los hermanos Horn estuvieron retenidos con otros tres rehenes. A principios de febrero, sus captores se acercaron al grupo de cinco y les anunciaron que liberarían a dos.
“Durante cuatro días, nos miramos unos a otros preguntándonos si podíamos decidir o influir en la decisión”, reportó.
Después de cuatro días, los captores llegaron con un pequeño plato de refrigerios y una cámara de video. Anunciaron que Iair y otro rehén se irían y filmaron la emotiva interacción entre Iair y Eitan. Hamás publicó posteriormente el video en sus redes sociales, como ha hecho con otros videos de rehenes filmados bajo presión psicológica.
En su última noche juntos, Eitan e Iair permanecieron uno junto al otro en silencio.”No hubo conversación porque, en tu mente, no quieres tener una conversación como si fuera la última conversación”, reveló Iair.
Cuando su madre, Ruty Chmiel Strum, se enteró de que Iair iba a salir del cautiverio, pero no Eitan, le dijo a cualquiera que la escuchara: “¿Por qué le hacen esto a mis hijos? ¿¡Están juntos y los separan!?”.
Nadie le dio una respuesta, pero Strum se aferró a la esperanza de que Eitan sería liberado pronto.
Ahora ignora casi por completo las noticias sobre las negociaciones y prefiere no enterarse de la información para autoprotegerse. Dijo que crió a sus tres hijos “como un solo cuerpo” y que su apoyo mutuo es inquebrantable.
Sentados juntos en el sofá de su casa, toma la mano de Iair y espera con ilusión el día en que Eitan regrese.
“Sentiré el abrazo de mis tres hijos, disfrutando de la vida, todos apoyándose mutuamente”, agregó. “Eso sucederá”.