Las pruebas de viaje no tienen prácticamente ningún efecto sobre la propagación de las variantes del covid-19
Las restricciones de viaje podrían retrasar el pico de una variante si se introducen a los pocos días de la importación, pero no después
Las pruebas covid-19 realizadas por los viajeros tienen un impacto escaso o nulo en la propagación de nuevas variantes de coronavirus, según un análisis reciente.
Para contener la propagación de una nueva variante como la ómicron, habría que imponer nuevas restricciones en el plazo de un día desde que la variante se importara por primera vez a un país, según un estudio de Edge Health y Oxera, dos consultoras de investigación especializadas que trabajan con el NHS.
Si se introducen en el primer día, los modelos muestran que las restricciones a los viajes podrían retrasar el pico de propagación de una nueva variante entre dos y ocho días.
Sin embargo, el impacto de las restricciones a los desplazamientos se reducía cada día que se retrasaba, hasta el sexto día, después del cual la introducción de nuevas pruebas solo retrasaba el pico un día.
A modo de comparación, el Reino Unido tardó 16 días en detectar la importación de ómicron y actuar al respecto.
La investigación fue encargada por el MAG (Grupo de Aeropuertos de Manchester) y Airlines UK, que hoy han hecho pública una declaración en la que sostienen que las pruebas de viaje deberían ser cosa del pasado para los viajeros con esquema de vacunación completo.
“Como ha demostrado ómicron, los gobiernos tardan varias semanas en conocer las nuevas variantes, y aún más en evaluar si son variantes preocupantes. Para cuando se descubre y evalúa una nueva variante, ya es demasiado tarde para que las restricciones supongan alguna diferencia”, reza un comunicado de los dos organismos de aviación.
Argumentan que cualquier utilidad de mantener las pruebas de viaje no compensa el precio para la economía del Reino Unido si los viajes siguen viéndose obstaculizados.
“El uso permanente de las pruebas como ‘primera línea de defensa’ ofrece beneficios demasiado pequeños para compensar el daño económico y social que causan estas restricciones”, concluye el estudio. “Incluso estas medidas permanentes solo servirían para retrasar un puñado de días el pico, pero costarían a la economía británica entre ₤8.000 y 11.000 millones [US$10.000 y US$15.000 millones] al año”.
El 5 de enero se suprimieron en el Reino Unido las pruebas previas a la salida y las pruebas PCR para los viajeros vacunados, después de que el gobierno aceptara que no servían de nada una vez que la variante ómicron se había convertido en la dominante en el Reino Unido.
Sin embargo, se mantienen las pruebas de antígenos del “segundo día” posteriores a la llegada, y se espera que el gobierno revise y anuncie una actualización de las normas de las pruebas durante la próxima semana.
Tanto MAG como Airlines UK piden que se eliminen por completo las pruebas de viaje para las personas vacunadas, basándose en las conclusiones del reporte.
“Es fundamental que las políticas de viajes se basen en el mejor análisis disponible y los últimos resultados de Oxera y Edge Health muestran de forma concluyente que las pruebas para viajes internacionales no aportarán beneficios significativos en la gestión de la propagación de nuevas variantes”, señaló Charlie Cornish, director general del MAG.
“Tenemos que ser más inteligentes a la hora de abordar las futuras variantes en lugar de recurrir a medidas generales, pero totalmente ineficaces. De lo contrario, nunca podremos decir realmente que ‘vivimos con covid’”, añadió Tim Alderslade, de Airlines UK.