¿Qué es un aneurisma cerebral, la enfermedad diagnosticada a Kim Kardashian?
La estrella de telerrealidad reveló el diagnóstico en el tráiler de la próxima temporada de ‘The Kardashians’

En un teaser de la próxima temporada del programa de telerrealidad The Kardashians en Disney+, Kim Kardashian revela que le hicieron un escáner que detectó un aneurisma en su cerebro.
En el video se ve a la estrella del reality (45) explicando a la cámara que el escáner encontró un “pequeño aneurisma” en su cerebro, y sugiriendo que podría estar relacionado con el estrés.
Pero, ¿qué es exactamente un aneurisma cerebral? Hablamos con algunos expertos que nos han explicado los posibles factores de riesgo, los signos y los tratamientos.

¿Qué es exactamente un aneurisma cerebral?
“Un aneurisma cerebral es algo como un pequeño globo en el costado de un vaso sanguíneo”, explica Ahilan Kailaya-Vasan, neurocirujano consultor del Hospital King's College de Londres, Reino Unido. Añade: “Representa un punto relativamente débil en el vaso sanguíneo, y la preocupación, por lo tanto, gira en torno a la posibilidad de que se rompan y sangren, causando un evento llamado hemorragia subaracnoidea”.

¿Existen diferentes tipos?
“Sí, hay distintos tipos de aneurisma cerebral que se clasifican por forma, localización y causa”, dice Kailaya-Vasan, y continúa: “Por ejemplo, un aneurisma sacular es el más común y a veces se denomina aneurisma en baya, porque se asemeja a una baya por su forma”.
“También existe el aneurisma fusiforme, que tiene forma de huso, afecta a toda la circunferencia del vaso y suele deberse a aterosclerosis, disección o infección”, expresa.
“Además, existe el aneurisma disecante, causado por un desgarro en las capas de la pared del vaso, el cual crea un falso lumen, y puede producirse tras un traumatismo o de forma espontánea. Los aneurismas micóticos (infecciosos), por otro lado, se deben a una infección bacteriana o fúngica que debilita la pared del vaso y lo hace propenso a la rotura”, agrega.
¿Qué síntomas pueden presentarse antes y después de la ruptura de un aneurisma?
“La mayoría de los aneurismas no rotos son asintomáticos y se detectan incidentalmente en las imágenes cerebrales”, explica Kailaya-Vasan, y prosigue: “Sin embargo, en algunos casos raros pueden causar dolor de cabeza o dolor ocular (por la presión sobre los nervios cercanos), alteraciones visuales (visión borrosa, visión doble o párpado caído), dolor facial, entumecimiento o convulsiones”.
En cambio, la rotura de un aneurisma tiene unos síntomas muy característicos, ya que provoca una hemorragia subaracnoidea que es una urgencia potencialmente mortal, destaca Kailaya-Vasan.
“En el momento de la ruptura, los pacientes suelen reportar haber sentido el peor dolor de cabeza de su vida”, describe Kailaya-Vasan, y prosigue: “Se enciende como un interruptor, a una intensidad muy alta, y se mantiene a ese nivel durante un largo periodo de tiempo, incluso varios días”.

“En ocasiones, cuando se rompen, los aneurismas pueden provocar una hemorragia importante, que da lugar a que una persona pierda la conciencia o sufra una convulsión, por ejemplo. A veces esto se debe a que se ha unido a un coágulo sanguíneo más grande que causa presión en el cerebro circundante”, expresa.
“Un tercio de los pacientes no sobrevivirá a ese acontecimiento; un tercio experimentará un derrame cerebral debilitante; y el tercio restante recuperará sus niveles normales de actividad previos a la hemorragia”, detalla.
¿Cuáles son las causas o factores de riesgo más frecuentes de un aneurisma cerebral?
“Los únicos factores de riesgo conocidos asociados a la rotura de un aneurisma son el tabaquismo y las elevaciones sostenidas de la tensión arterial alta, pero creemos que la mayoría se producen de forma esporádica”, afirma Kailaya-Vasan, y aclara: “No hay datos que sugieran que estén necesariamente relacionados con el estrés”.
“En un pequeño porcentaje de pacientes, puede haber una asociación genética, pero solo solemos examinar a los pacientes que tienen dos familiares de primer grado a los que se les ha identificado un aneurisma y una hemorragia asociada a él”, explica.
¿Cómo se diagnostica un aneurisma?
“El diagnóstico suele comenzar con imágenes cerebrales; un TAC puede detectar rápidamente la hemorragia”, afirma el doctor Steven Allder, neurólogo consultor de la clínica Re:Cognition Health, y amplía: “En el caso de los aneurismas no rotos, la angiografía por resonancia magnética o tomografía computarizada permite visualizar los vasos sanguíneos e identificar las anomalías”.
“En algunos casos, se realiza un angiograma cerebral, que consiste en introducir un catéter fino por las arterias e inyectar un medio de contraste para trazar un mapa detallado del flujo sanguíneo. Estas pruebas ayudan a los médicos a determinar el tamaño, la forma y el nivel de riesgo del aneurisma para planificar el tratamiento adecuadamente”, añade.
¿Cuáles son las opciones de tratamiento?

El tratamiento depende del tamaño del aneurisma, de su localización y de si se ha roto.
“En el caso de aneurismas pequeños no rotos, puede aconsejarse un seguimiento cuidadoso con exploraciones periódicas y cambios en el estilo de vida”, dice Allder. Prosigue: “Los aneurismas más grandes o de alto riesgo pueden tratarse con espirales endovasculares, en los que se insertan diminutas espirales de platino para bloquear el flujo sanguíneo hacia el aneurisma, o con clipaje quirúrgico, en el que se coloca una pequeña grapa metálica alrededor de su base”.
“En caso de ruptura, suele ser necesaria una intervención quirúrgica de urgencia, cuidados intensivos y rehabilitación a largo plazo. El objetivo es prevenir nuevas hemorragias y proteger la función cerebral, minimizando el riesgo futuro”, concluye.
Traducción de Sara Pignatiello




