Después de más de 500 días sin pagar, huésped de Airbnb exige USD 100.000 por desalojar la vivienda

El anfitrión alega que la estadía debía terminar en abril de 2022, pero la mujer se rehúsa a abandonar la propiedad.

Faiza Saqib
Lunes, 09 de octubre de 2023 20:41 EDT
La ocupante ilegal se niega a desalojar la lujosa casa en alquiler de Airbnb.
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Una mujer que se niega a finalizar su estadía en un Airbnb del área de Los Ángeles ahora exige el pago de USD 100.000 para desalojar la propiedad, según una oferta de acuerdo a la que tuvo acceso Los Angeles Times.

El anfitrión, Sascha Jovanovic, sostuvo que la estadía debía terminar en abril de 2022, pero la mujer se rehúsa a abandonar la propiedad. Elizabeth Hirschhorn, apodada la “maldita inquilina”, vive sin pagar el alquiler desde entonces.

Jovanovic, propietario de la finca donde se encuentra el alojamiento en las colinas de Brentwood, le comunicó al Times que no puede entrar a su casa y saber con certeza que estará “a salvo si hay una persona potencialmente hostil viviendo allí”.

“Todo el tiempo pienso en eso”, añadió.

Hirschhorn se negó a hablar con el medio para compartir su versión de los hechos; sin embargo, su abogado, Colin Walshok, argumentó que la mujer no estaba obligada a pagar el alquiler.

“El propietario infringió la ley y trató de ganar dinero alquilando una unidad ilegal”, aclaró al Times. “Después de que lo descubrieron, en lugar de hacer lo correcto, recurrió a la intimidación, el acoso y la presentación de demandas frívolas llenas de historias falsas, en un intento de cubrir sus huellas”.

Después de decidir alquilar su pequeña casa de huéspedes, Jovanovic aprobó una estadía prolongada para Hirschhorn en septiembre de 2021.

El alquiler del espacio durante seis meses tenía un costo de USD 105 por noche, es decir, un total de USD 20.793 por las 187 noches, incluidas las tarifas adicionales.

Al principio, se llevaban bien, compartían té y charlaban de vez en cuando, pero, según Jovanovic, hubo algunas señales de advertencia a las que les debería haber prestado atención.

Otro anfitrión de Airbnb había publicado una reseña en el perfil de Hirschhorn que decía: “[Ella] tenía muchas necesidades particulares que no pude satisfacer”.

Tiempo después, Jovanovic entró en la casa de huéspedes para revisar unas persianas eléctricas que habían dejado de funcionar, y notó que había daños por agua y moho alrededor del fregadero, problemas que, según afirma, no existían antes de la llegada de Hirschhorn.

Como quería reparar el fregadero y evitar la proliferación de moho, el propietario asegura que se ofreció a pagarle a su huésped para que se quedara en un hotel durante unos días, así como USD 1.000 para alojarse en un hotel de su elección, según indican algunos mensajes y correos electrónicos que intercambiaron por Airbnb.

Sin embargo, Hirschhorn se negó y dijo: “No me siento segura si me obligan a desocupar la vivienda con una discapacidad y los altos riesgos de complicaciones de covid-19”. Luego, citó la Resolución de Protecciones para Inquilinos de Covid-19 del condado de Los Ángeles, y mostró una nota de su médico de 2011 que señalaba que tenía sensibilidad a los químicos.

Además, según los correos electrónicos, él también le había ofrecido quedarse en su casa, lo cual ella rechazó.

Hirschhorn ahora está presentando una contrademanda y afirma que Jovanovic la “invitó de manera inapropiada” a mudarse a su casa con él.

La estadía de Hirschhorn a través de Airbnb debía finalizar el 19 de marzo; sin embargo, Jovanovic le ofreció un mes de prórroga para encontrar otro lugar donde vivir, algo que le resultó contraproducente porque Airbnb quedó entonces libre de involucrarse en la disputa.

Según el Times, Sebastian Rucci, el abogado que representa a Jovanovic, señaló: “Airbnb desapareció en el momento en que todo se fue por el caño”.

Luego llegó el nuevo plazo y Hirschhorn no se fue. En un correo electrónico, dijo: “No puedo irme el 12 de abril porque no existe un plan de reubicación y financiación; no sería seguro. Si quieres resolver algo, estoy dispuesta a hacerlo”.

Desde entonces, no ha pagado el alquiler y sigue allí, más de 540 días después. Además, aseguró lo siguiente en un correo electrónico enviado en mayo de 2022: “Tus acciones y supuestas reparaciones se hacen a sabiendas de mi discapacidad que requiere adaptaciones, creo que esto se hizo para intimidarme y asustarme”.

Jovanovic intentó entregar varios avisos de desalojo; sin embargo, un investigador del Departamento de Vivienda, Pedro González, informó que Jovanovic tuvo que retirarlos porque el inmueble no cumplía las normas de seguridad de la ciudad.

Hirschhorn se negó a que el anfitrión entrara a la propiedad para que pudiera hacer los cambios necesarios y cumplir los códigos edilicios de la ciudad.

Jovanovic le comunicó al Times con incredulidad: “¿Cómo puedes quedarte en la casa de alguien durante un año y medio y no sentir vergüenza ni responsabilidad?”.

The Independent se puso en contacto con Airbnb en busca de comentarios.

Traducción de Michelle Padilla

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