La astronomía espacial está amenazada por las “megaconstelaciones” de satélites, advierten los científicos
Algunos satélites verán pronto el 96 % de sus imágenes “contaminadas” por satélites de Internet, según un estudio

Las “megaconstelaciones” de un gran número de satélites podrían poner en peligro la astronomía espacial, según advierten los científicos.
En los últimos años, empresas como SpaceX, de Elon Musk, lanzaron miles de nuevos satélites para ofrecer conexión a Internet a quienes, de otro modo, no podrían conectarse. En los próximos años, las empresas esperan enviar muchos más: los archivos de la FCC sugieren que las empresas quieren lanzar medio millón de satélites para finales de la próxima década.
Estos satélites suelen ser visibles a simple vista, pero lo son aún más para los astrónomos. Se basan en imágenes detalladas y precisas del espacio lejano para comprender mejor nuestro universo.
Muchas de esas imágenes, procedentes tanto de satélites terrestres como espaciales, ya están manchadas de luz al cruzar los satélites por el equipo. Pero eso podría convertirse en un problema mucho más pronunciado a medida que aumente drásticamente el número de satélites.
Cuando esas vastas constelaciones se completen, podrían contaminar un tercio de las imágenes del telescopio espacial Hubble de la NASA, según el nuevo estudio. Algunos se verán aún más afectados: los telescopios espaciales SPHEREx (Espectrofotómetro para la Historia del Universo, Época de Reionización y Explorador de Hielos), ARRAKIHS (Análisis de Restos Resueltos de Galaxias Acretadas como Instrumento Clave para los Estudios de Halo) y Xuntian verán contaminadas alrededor del 96 % de sus imágenes por la luz de las megaconstelaciones satelitales, advierten los científicos.
El año pasado, el Centro para la Protección del Cielo Oscuro y Silencioso de la Unión Astronómica Internacional publicó una serie de recomendaciones para los operadores de este tipo de satélites, con el objetivo de proteger nuestra visión del espacio. Entre ellos, pedir a los fabricantes que limiten la reflexión de los satélites e intenten evitar las llamaradas que se producen cuando cambian de orientación.
Los científicos responsables del nuevo estudio también hacen una serie de nuevas sugerencias, como encontrar un límite superior para la órbita de las megaconstelaciones de modo que los telescopios espaciales puedan volar por encima de ellas y evitar interferencias, así como mejores datos sobre dónde se encuentran en el espacio tanto las naves espaciales activas como las abandonadas para que los telescopios puedan mantenerse alejados de ellas.
El estudio se describe en un nuevo artículo, ‘Solving olympiad geometry without human demonstrations’ (Resolver problemas de geometría olímpica sin demostraciones humanas) publicado en Nature.
Traducción de Olivia Gorsin


