‘Emily en París’ pone a prueba el código de lealtad femenina y el drama no tarda en explotar
La exitosa serie de Netflix regresa con su quinta temporada, donde Emily se enfrenta a un inesperado lío sentimental: su mejor amiga y su ex. Ellie Muir analiza las complejas —y algo caóticas— reglas del “código de lealtad femenina”
*Advertencia: a continuación hay spoilers de la quinta temporada de Emily en París
Si todavía no escuchaste la noticia, Emily en París ahora es Emily en Rome. Mientras la ejecutiva de marketing interpretada por Lily Collins, con un nuevo corte bob, recorre palacios y plazas empedradas en plataformas de terciopelo y piensa ideas para su agencia, en París su mejor amiga y su exnovio se ven a sus espaldas. Sorpresa.
Por un lado, Mindy, el personaje de Ashley Park y ex concursante de un programa de talentos, y Alfie, el británico de acento cockney interpretado por Lucien Laviscount, se dan su primer beso después de que una copa de rosé se convierte en dos botellas durante una salida improvisada. Ambos quedan sorprendidos por la conexión y prometen que no volverá a ocurrir, hasta que coinciden en el mismo hotel durante una visita a Emily en Roma. Pura casualidad. Más tarde, un fornido Alfie le da a Mindy una lección de tango supuestamente sensual. Mejor no indagar. Luego, ambos dejan plantada a Emily para besarse en un callejón, algo que ella termina descubriendo. El episodio deriva en un enfrentamiento físico, con un croissant de por medio. Literal. La amistad queda al borde del quiebre y el código entre amigas se rompe de forma explícita.
Desde la mirada de una defensora confesa de Emily en París, una serie ideal para apagar el cerebro después de un día largo, esta trama resulta inesperada. Mindy y Alfie nunca mostraron una chispa romántica en temporadas anteriores, y los intentos forzados de los actores por construir química tampoco convencen. Aun así, si se dejan de lado las tramas pasajeras y el desarrollo poco trabajado de los personajes, este giro absurdo deja una idea clara: el concepto, bastante juvenil, del llamado código de amigas está en retirada.
El llamado “código de lealtad femenina” es un conjunto de reglas no escritas que rigen las amistades entre mujeres, y uno de sus pilares básicos establece que nunca se debe salir con el ex de una amiga. Incluso si existe una posible conexión romántica y la amiga ya siguió adelante sin conflicto, la idea debe descartarse. Sin embargo, ese dogma quedó algo desactualizado en el actual escenario de las citas, marcado en gran parte por el hiperindividualismo. Hoy se impulsa a las personas a “hacer lo que las haga felices”, más que a vivir pendientes de no incomodar a otros. En ese contexto, prohibirle a una amiga que salga con un ex suele leerse como una reacción exagerada y deja entrever que todavía existen sentimientos de por medio.
En el universo supuestamente realista de Emily en París, Mindy parece no inmutarse ante las reglas del código de lealtad y se muestra más preocupada por su próximo encuentro con Alfie. Emily, en cambio, queda visiblemente afectada por la noticia del nuevo romance y evita a Mindy de manera exagerada, al punto de mostrarse entrenando para una media maratón. Tras varios cruces pasivo-agresivos, Emily admite que no habría reaccionado así si le hubieran dicho la verdad desde el principio. El código de lealtad femenina en su versión actual, sugiere la serie, no pasa por la prohibición, sino por la transparencia: un mensaje breve del estilo “¿te molesta si salgo con tu ex?”, en lugar de ocultar la situación como si se tratara de una aventura secreta.


Sin embargo, resultaría profundamente irónico tomar lecciones sobre girl code de Emily Cooper, la reina indiscutida de los triángulos amorosos caóticos. A lo largo de cerca de 40 episodios de esta extensa serie de Netflix, Emily mantiene una pulseada constante con Camille, interpretada por Camille Razat, por su ex en común, Gabriel. Mientras tanto, sostiene la fachada de amistad con Camille, más como una excusa para cruzar miradas cómplices con Gabriel antes del encuentro inevitable. Emily dista mucho de ser una amiga confiable. Además, cabe pensar que su relación con Alfie funcionó apenas como un relleno antes de que ella y Gabriel retomaran lo suyo.
Desde hace un tiempo, Emily en París viene perdiendo peso narrativo. Las últimas tres temporadas repiten las mismas fórmulas una y otra vez. Alfie. Gabriel. Alfie otra vez. Gabriel otra vez. La serie ya alcanza su episodio número 50 y, en los hechos, poco cambia. Aun así, entre tomas aéreas de París y Roma y un emplazamiento de producto desmedido, la quinta temporada al menos deja una pregunta abierta sobre las amistades entre mujeres, aunque no ofrezca mucho más.
Traducción de Leticia Zampedri




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