Tom Cruise no asistió a los Oscar pero hoy en día su imagen es ‘intocable’
La estrella de ‘Top Gun’ ninguneó la noche más importante del año en Hollywood simplemente por el hecho de no asistir, escribe Tom Murray
La 95ª edición de los Premios de la Academia fue marcada por dos ausencias notables el fin de semana pasado: Tom Cruise y James Cameron. “Los dos tipos que insistieron en que fuéramos al cine no vinieron al cine” Kimmel bromeó, al referirse a las campañas apasionadas de ambos hombres para animar a la gente a volver a los cines después de la pandemia. Lo que el presentador dijo a continuación probablemente explica por qué Cruise decidió no asistir a la ceremonia más importante de Hollywood. “Todos amaban Top Gun, ¡todos! Quiero decir, ¿Tom Cruise sin camisa en esa escena de fútbol en la playa? L Ron hubba hubba,” Kimmel bromeó, al referirse al fundador de la cienciología L Ron Hubbard y la controvertida religión de la que Cruise es un defensor.
La esposa de Kimmel, la productora ejecutiva Molly McNearney, posteriormente dijo que su esposo no habría hecho la broma en presencia de Cruise, lo cual es particularmente revelador, ya que destaca un respeto implícito al icono monumental de Hollywood. Y para Cruise, ¿por qué arriesgarse? No es que necesite volverse más famoso, literalmente no podría volverse más famoso. En cambio, el actor estaba pasando el rato en Londres para asistir a la fiesta de cumpleaños de 90 años de Michael Caine. Podría haber sido el gran día de la estrella de Alfie , pero en cambio fue Cruise que acaparó los titulares. ¿Hay mejor indirecta a la noche más importante del año en Hollywood que dejar claro que prefiere la compañía de David Walliams y Denise Welch (los invitados inesperados de Caine)? Cruise, la estrella más brillante de Hollywood, hoy en día es el criterio de referencia con el cual se juzga a sus compañeros, ¡y él eligió la compañía de actores menores británicos por encima de los grandes iconos de Hollywood!
Por supuesto, nada es por acaso. Hace años que Cruise muestra que a pesar de todo, sabe recuperar la reputación milagrosamente de cualquier desastre de relaciones públicas. En los años 90 y 2000, una serie de extrañas apariciones en televisión y su inclinación por delirar sobre la Cienciología habían convertido a Cruise en el blanco de un sinfín de bromas. Veinte años después: es intocable. Si bien no asistió a los Oscar, Cruise apaciguó a la Academia al aparecer en el almuerzo anual de nominados. Genio. Cada uno de los informes del evento detalló cómo la sala “gravitó” alrededor de la estrella Top Gun. “Observé durante un rato cómo la estrella de Elvis, Austin Butler, se dirigía con una determinación lenta e inexorable hacia Cruise, quien finalmente atrajo al joven hacia él clavándole una mano en el hombro como si fuera una engrapadora,” Kyle Buchanan escribió para The New York Times.
Cruise convirtió un evento que tenía como objetivo celebrar a los mejores talentos de la industria en un evento para que sus fans le pudieran acercar y saludar. Durante el almuerzo, pudo controlar su propia narrativa, lejos de las garras de presentadores que buscaran un chiste fácil y sin que la prensa pudiera acercarse lo suficiente para entrometerse demasiado en su vida. El único clip del evento que resonó con el público fue el de Steven Spielberg diciéndole a la estrella que había “salvado la imagen de Hollywood” con Maverick. Resultó ser el mejor evento de relaciones públicas que pudo haber logrado.
Cuando Cruise acepta entrevistas hoy en día, pero siempre se dictan según sus términos, con presentadores que le caen bien. Graham Norton y James Corden, por alguna razón, parecen ser los dos que tienen el sello de aprobación del actor. Quizás es menos probable que los británicos lo hayan visto saltando en el sofá de Oprah en aquella entrevista catastrófica de 2005 (o, al menos, son demasiado corteses como para atrever a mencionarla). También es adorado por la monarquía británica; ni siquiera el Príncipe William es inmune al deslumbrante carisma hollywoodense de Cruise. En cuanto a aquellos que intenten agarrarlo desprevenido, al señalar sus vínculos desagradables con un culto o su historial de críticas a los medicamentos recetados, ni oportunidad les da. En el universo de Hollywood Cruise domina. Y no nos queda otra que seguirle el juego.
Traducción de Anna McDonnell