Miguel Cabrera se despide de Miami, donde comenzó su carrera
La gira del adiós de Miguel Cabrera ha llegado a Miami, un lugar especial
La gira del adiós de Miguel Cabrera ha llegado a un lugar especial.
El toletero de los Tigres de Detroit se acerca a los últimos dos meses de su carrera en las Grandes Ligas. Y en su última temporada, el venezolano ha recibido múltiples homenajes cuando visita los parques.
Este fin de semana, los honores tendrán un significado especial.
Los Tigres abren el viernes una serie de tres juegos en Miami ante los Marlins. Cabrera, de 40 años, vuelve a la ciudad donde pasó sus primeras cinco campañas y enfrenta a la organización que lo contrató poco después de cumplir 16 años.
“Esto es muy emotivo, porque aquí es donde empezó todo”, dijo Cabrera antes del encuentro del viernes. “Estar aquí es asombroso”.
Los Marlins se hicieron de los servicios de Cabrera, quien tenía 20 años, cuando habían transcurrido dos meses de la temporada de 2003. Cabrera tuvo un impacto inmediato, al poner fin al encuentro con un jonrón para que los Marlins vencieran a Tampa Bay en su debut dentro de las mayores.
“Recuerdo eso bien, porque en todos los estadios que he visitado, ésa es la primera imagen en los videos que se presentan”, dijo Cabrera. “Mis compañeros me hacen bromas, porque yo estaba muy delgado entonces”.
Aquel batazo fue un augurio de lo que vendría. Cabrera desempeñó un papel protagónico en la postemporada de los Marlins en 2003, que culminó con un título de la Serie Mundial.
El venezolano fue elegido cuatro veces al Juego de Estrellas durante el tiempo que pasó en Miami. Pero el club, temeroso de perderlo como agente libre una vez que fuera elegible, prefirió cederlo a Detroit tras la temporada de 2007.
“Cuando me hicieron esa llamada, yo tenía muchas preguntas sobre por qué me canjeaban”, recordó Cabrera. “El club tenía un grupo bueno y muy joven, que crecía tremendamente. Si ese grupo hubiera permanecido junto, habríamos tenido la oportunidad de pelear por la división. Me dijeron que me calmara, que iba a ir a un club con una buena oportunidad de ganar”.
Cabrera floreció en Detroit, para convertirse en uno de los bateadores más temibles de las mayores. Dos veces se le eligió el Jugador Más Valioso de la Liga Americana.
Ganó la Triple Corona del Joven Circuito, algo que no se conseguía desde Carl Yastrzemski en 1967.
Pero la producción ofensiva, que incluyó cuatro títulos de bateo de la Americana, declinó luego que Cabrera cumplió 30 años. Sin embargo, llegó a 3.000 hits y a 500 jonrones hace menos de dos campañas.
Limitado ahora a participaciones ocasionales, Cabrera jugará los tres duelos ante Miami. El segundo, previsto para el sábado, será promovido como el Día de la herencia Venezolana.
“Esto es algo grande para mí y para mi familia”, dijo Cabrera acerca de la ceremonia. “Hay que disfrutar este momento, cada segundo, cada minuto. Después de eso, hay que prepararse para el juego y hacer lo mejor posible por ayudar a que nuestro equipo gane”.