McIlroy lidia con distracción, un divorcio inminente, de cara al Campeonato de la PGA
Rory McIlroy llega con un muy buen nivel en su golf al Campeonato de la PGA, donde tratará de cortar una sequía de títulos en majors que se remonta a una década.
Pero enfrenta una distracción relevante.
El golfista viene de dos victorias seguidas, una junto a su vecino irlandés Shane Lowry en Nueva Orleáns y la otra con un recorrido exquisito de los últimos nueve hoyos en Quail Hollow para rebasar a Xander Schauffele la semana pasada en el Wells Fargo Championship.
El Campeonato de la PGA se lleva a cabo en Valhalla, que albergó por última vez un major hace 10 años. Y si eso no fuera suficiente, la lluvia ha reblandecido ya el campo.
Se esperan más lluvias, así que las condiciones favorecerían el poder y el estilo agresivo.
Se trata de una buena noticia para McIlroy.
Pero la distracción consiste en el inminente divorcio de quien ha sido su esposa durante siete años.
No habían trascendido noticias sobre diferencias entre la pareja. Y lo más peculiar es el momento en que ha surgido la información.
La petición de divorcio en el condado de Palm Beach, Florida, fue presentada el lunes, un día después de que el norirlandés se coronó en Quail Hollow y una jornada antes de que viajara a Kentucky para el Campeonato de la PGA.
Asimismo, la noticia surgió un día antes de que McIlroy ofreciera una conferencia de prensa previa al torneo.
McIlroy emitió el martes un comunicado suscrito por el equipo que lo representa. Confirmó el divorcio y dijo que quería “asegurar que este momento difícil transcurriera de la manera más respetuosa y amigable que se pudiera”.
El equipo de McIlroy pidió que su conferencia de prensa se limitara a 10 minutos –menos del tiempo que le llevó a PGA of America la estructuración de un recordatorio a los medios, acerca de que McIlroy no desea hablar del divorcio.
McIlroy dio respuestas largas a cinco preguntas sobre Valhalla. Habló de su confianza, su estrategia para jugar bien.
Ello derivó en menos preguntas, un total de siete. La respuesta más corta vino cuando se le preguntó sobre su nivel de energía y cómo se sentía.
“Estoy listo para jugar esta semana”, respondió.