Iga termina con el ayuno mexicano de 32 años sin competir en los 100 metros libres de unos Olímpicos
La ausencia de nadadores mexicanos en una competición olímpica de 100 metros libres se cortó el martes, tras largos 32 años. Y para Jorge Iga fue también la culminación de un esfuerzo particular en un deporte golpeado por falta de apoyo gubernamental en su país.
Iga marcó un tiempo de 49,28 segundos para terminar en la séptima posición de la séptima manga eliminatoria en la prueba estelar de la natación en el orbe.
Su registro le valió para terminar en el 32do sitio entre 79 competidores.
“Todas las pruebas son difíciles, pero esta es una de las más competidas en los Juegos Olímpicos, por eso habían pasado 32 años sin tener un exponente con marca A”, dijo Iga a The Associated Press. “Fue una cosa de lo más bonita el saber que teníamos un carril”.
El último mexicano en competir en la prueba en unos Juegos Olímpicos fue Rodrigo González, quien lo hizo en Barcelona 1992.
La natación en México vive horas bajas. Aunque un conflicto entre dirigentes dejó sin apoyo a los atletas acuáticos en general desde enero del año pasado, la natación en particular tiene mucho más tiempo en problemas.
Esos problemas forzaron a que muchos nadadores como Iga, apoyados por sus familias, decidieran emigrar del país para enrolarse en universidades estadounidenses donde pudieran mejorar su nivel sin depender de los órganos rectores del deporte en México.
“Los nadadores nos apoyamos en la gente con la que sabemos que sí contamos y logramos sobreponernos a los problemas. No nos cayeron las cosas del cielo”, dijo el nadador, quien egresó de la Universidad de Arizona. “Justo ahora voy a ver a mi familia y a darnos un abrazo colectivo porque toda mi familia es olímpica en este momento”.
De los cuatro tritones aztecas clasificados a París 2024, tres eligieron estudiar en Estados Unidos y sólo uno lo hizo en México.
El expresidente de la Federación de Natación en México, Kiril Todorov, fue acusado de peculado por la Unidad de Inteligencia Financiera, el organismo federal que regula las transacciones económicas en México y fue desconocido por World Aquatics sumiendo al deporte en una crisis.
La Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) suspendió las becas a todos los deportistas acuáticos porque World Aquatics nombró un comité reorganizador que debía citar a elecciones para elegir un nuevo dirigente.
El problema orilló a algunos deportistas a vender toallas, trajes de baño o café para hacerse de algo de dinero. Hubo quienes se decidieron a posar con poca ropa en sitios para adultos.
Iga tomó una ruta distinta y decidió buscar apoyo en la iniciativa privada para financiar su participación olímpica.
“Al principio fue un poco sorpresa el saber que no puedes contar con tu propio gobierno, pero ya ahora sabíamos con qué contábamos y con qué no, entonces fue momento de crear nuestras propias oportunidades”, añadió.
Con 27 años, la posibilidad de ir a otros Juegos Olímpicos está en la mente de Iga, quien está contento por el logro del martes, pero no satisfecho.
“Esto no se acaba hasta que se acaba hay que tomar las posibilidades que se den”, agregó el nadador. “Yo fui consistente estos años, nunca soltando y nunca aflojando y se notan los resultados”.
Para él y para su país.