Eurocopa 2022: Inglaterra venció a Alemania gracias al dramático gol de Chloe Kelly en la prórroga de la final
Inglaterra 2-1 Alemania (después de la prórroga): Kelly anotó en la prórroga después de que Lina Magull empatara el partido tras el primer gol de Ella Toone
Hace unos 56 años, cuando Inglaterra ganó por última vez un gran torneo internacional, pensaron que todo había terminado. En esta ocasión, sienten que es apenas el principio.
¿Cómo caracterizar si no la magnitud del logro de estas mujeres que ahora se autodenominan campeonas de Europa? ¿De qué otra manera contextualizar la magnitud del gol de la victoria de Chloe Kelly, anotado con la tenacidad que ella, sus compañeras y sus predecesoras han tenido que mostrar para ganarse el reconocimiento en el que ahora pueden deleitarse?
El gol de Kelly en el minuto 110 no solo ha servido para ganar este Campeonato de Europa Femenil, sino que también ha proporcionado a las Leonas el primer éxito en un torneo de su historia. Se cree que harán mucho más que eso, basándose en el rápido crecimiento que un deporte que antes era ilegal ha experimentado en los últimos años, aprovechando la pura alegría de este verano para inspirar un cambio de mayor amplitud. Es cierto que, ganen o pierdan, Sarina Wiegman y sus jugadoras quizá ya lo hayan conseguido. Pero ahora tienen un trofeo que las respalda.
La gran mayoría de los 87.192 espectadores que se encontraban en Wembley (un récord de público en la Eurocopa, ya sea varonil o femenil) esperaban celebrar tras el pitido final, pero tuvieron que esperar.
El maravilloso gol inicial de Ella Toone parecía haber llevado a Inglaterra a la gloria, pero Alemania empató merecidamente por medio de Lina Magull. No fue un espectáculo clásico, sobre todo en la prórroga, ya que ambos equipos se cansaron. Sin embargo, el dramatismo fue inigualable. Quien consiguiera esforzarse para superar la línea de meta rival se llevaría la victoria.
Ese honor correspondería a Kelly, quien aprovechó un saque de esquina de Lucy Bronze y trató de anotar el segundo gol de Inglaterra desde unos pocos metros de la portería. Su primer disparo fue fallido, pero conectó el segundo, con lo que superó a la guardameta Merle Frohms y escribió su nombre en la historia. Porque no nos equivoquemos, se lo merece.
Leah Williamson se une a Bobby Moore para ser los únicos dos capitanes de la selección de Inglaterra en levantar un gran trofeo internacional y Sarina Wiegman se une a Sir Alf Ramsey para ser la segunda entrenadora ganadora. Sin embargo, en el ámbito más amplio fuera del terreno de juego, estas mujeres han logrado lo que ningún equipo de Inglaterra había conseguido nunca.
Si la alineación de Inglaterra no sufrió cambios, como era de esperar, hubo un cambio sorprendente y tardío en la de Alemania. Su capitana y máxima goleadora del torneo, Alexandra Popp, se vio obligada a retirarse por un problema muscular que sufrió durante el calentamiento, y Lea Schuller la sustituyó. Popp estuvo en la reunión previa al partido con el resto de sus compañeras, todavía con el uniforme puesto, y se dirigió al banquillo de suplentes con una sonrisa en la cara, pero la pérdida de una figura tan talismánica mermó sin duda las posibilidades de Alemania de lograr su noveno título de la Eurocopa antes de la patada de inicio.
La lesión de Popp prácticamente aseguraba que Beth Mead se fuera a casa con la Bota de Oro, pero no garantizaba nada más. Aunque Alemania se viera sacudida por la repentina pérdida de su capitana, Inglaterra tendría que aprovechar. La primera ocasión de Ellen White fue un cabezazo en el minuto 3, tras una buena jugada de Fran Kirby y Rachel Daly por la izquierda, pero fue directo a la portera Merle Frohms. Esa fue la única ocasión clara de gol que tuvieron las Leonas antes de que Alemania empezara a recuperar la compostura.
Cuando Daly se resbaló e hizo un despeje desesperado que atravesó su propia área penal, Lucy Bronze tuvo que bloquear un tiro a puerta de Sara Dabritz. Si no pudieron adelantarse con esa primera ocasión, deberían haberlo hecho con la segunda. El hecho de que Marina Hegering no convirtiera su disparo desde el punto penal solo puede explicarse por la gran cantidad de jugadoras que tenía delante. Una frenética jugada justo frente a la portería comenzó con una atajada de Mary Earps, continuó con un despeje de Leah Williamson, y solo terminó cuando Earps se arrojó sobre el balón.
Inglaterra pudo considerarse afortunada por haber sobrevivido a un momento de cuestionable defensa a balón parado, pero esa jugada caótica fue una muestra de lo que el juego se estaba convirtiendo en esta final. La contienda, ya de por sí poco intensa y desgastada, empezó a verse interrumpida por las faltas, algunas de ellas ligeras y otras sin sentido. Cuando la árbitra Kateryna Monzul intentó calmar los ánimos, amonestó a White y a Georgia Stanway por distintas infracciones en el espacio de unos 30 segundos. Stanway podría haber recibido una segunda amarilla hacia el final del primer tiempo, mientras que Alemania empezó a recibir también algunas amonestaciones.
White estuvo cerca de anotar antes del descanso, con un disparo que se fue por encima tras un pase de Mead, pero fue Alemania la que realmente generó peligro en la segunda mitad. Tabea Wassmuth, que entró de cambio tras el descanso, trató de aprovechar el resbalón de Millie Bright que le permitió venir de atrás y quedar en un mano a mano con Earps, pero, con la emoción a flor de piel , su disparo fue directo al cuerpo de la guardameta inglesa. Poco después, Lina Magull envió un disparo que rozó el poste. El dominio del partido estaba cambiando. Alemania empezó a encontrar y explotar los espacios que Inglaterra simplemente no encontraba.
Keira Walsh cambió el rumbo del partido. La centrocampista del Manchester City, una de las jugadoras menos conocidas que han impresionado en este torneo, ha demostrado una notable variedad de pases en las últimas tres semanas y media, pero ninguno fue mejor que el balón aéreo con el que dejó sola a Toone. Mientras ocupaba una posición poco habitual por la derecha, mientras Mead recibía tratamiento fuera del campo e Inglaterra estaba con 10 jugadoras, Toone se desmarcó de la defensa alemana, que retrocedía, y anotó el gol. Su decisión de bombear el balón por encima de Frohms fue una muestra de audacia pura, pero ejecutada a la perfección, y el balón cayó en una parábola inmaculada para entrar a la portería.
Sin embargo, si ha habido un patrón en los grandes partidos de Inglaterra en los últimos años (tanto en la competición varonil como en la femenil) ha sido la torpeza cuando se les pide que aguanten, soporten la presión y defiendan una ventaja. Así resultó de nuevo. Magull ya había enviado un disparo de advertencia que se estrelló contra el exterior del marco antes del gol del empate a 11 minutos del final que, aunque bien elaborado, también pudo haberse evitado. Cuando Williamson siguió la carrera de Wassmuth, dejó a Magull sin marcaje en el primer palo. Bright no se apresuró a cubrirla, tal vez esperando que Magull no fuera capaz de convertir un centro bajo a primer palo. Pero eso fue exactamente lo que hizo.
Afortunadamente para Inglaterra, una vez restablecida la paridad, la presión fue menor. Esa prisa por empatar había hecho mella en Alemania, pero las Leonas parecían igual de cansadas. El momento más destacable de la primera parte de la prórroga fue otra jugada frenética dentro del área inglesa, que fue un reflejo de lo extenso y cansado que había sido el juego. En la segunda parte habría otra, solo que esta vez en el área de Alemania. Kelly se aseguró de aprovechar la ocasión y garantizar el legado conjunto de esta selección inglesa como ganadora y pionera.