Bryan Kohberger, el asesino de la universidad de Idaho, escucha su sentencia frente a las familias de las víctimas
La posibilidad de que el asesino revele los motivos de los brutales crímenes sigue siendo un misterio, en una audiencia donde las familias podrán confrontar cara a cara a Kohberger en el tribunal de Boise, Idaho
El cuádruple asesino Bryan Kohberger deberá enfrentarse hoy a las familias de los estudiantes universitarios de Idaho, en el momento en que sea condenado por los espeluznantes asesinatos que cometió hace casi tres años.
La madrugada del 13 de noviembre de 2022, Kohberger irrumpió en la vivienda de Kaylee Goncalves (21), Madison Mogen (21), Xana Kernodle (20) y Ethan Chapin (20), en la pequeña ciudad de Moscow, Idaho, y los apuñaló hasta matarlos, mientras la mayoría dormía.
Aunque no se espera que todas las familias estén presentes en la audiencia de este miércoles en Boise, aquellas que asistan tendrán la oportunidad de hablar directamente a Kohberger: podrán relatar el dolor que les provocaron sus crímenes, rendir homenaje a las víctimas y compartir el sufrimiento que han cargado durante estos años.
El padre de Xana Kernodle, Jeffrey, y su hermana Jazzmin fueron de los primeros en llegar al tribunal este miércoles por la mañana, seguidos por Steve y Kristi Goncalves, padres de Kaylee, quienes no hicieron declaraciones a los periodistas al ingresar al edificio.
No se espera que la familia de Ethan Chapin asista a la audiencia, aunque su madre, Stacy, compartió en su historia de Instagram una foto de su hijo cuando era niño, acompañada de un corazón azul.
Fuera del Palacio de Justicia del condado de Ada, aficionados a los crímenes reales, curiosos y medios de comunicación acamparon durante la noche para asegurarse un lugar y presenciar en persona al asesino.

Durante más de dos años, Bryan Kohberger sostuvo su inocencia. Su juicio, previsto para el 18 de agosto, era uno de los más esperados del año. Pero en un giro inesperado, el pasado 2 de julio se declaró culpable.
Ese repentino acuerdo eliminó la posibilidad de una condena a muerte.
Desde entonces, las familias de las víctimas solo han querido una respuesta: ¿por qué? ¿Qué lo llevó a cometer un crimen tan brutal?
A día de hoy, su motivo sigue siendo un misterio, y no hay garantías de que lo revele durante la audiencia de sentencia.
Kohberger tendrá la oportunidad de hablar durante la audiencia en lo que se conoce como una alocución, un momento en el que el acusado puede dirigirse directamente al tribunal antes de recibir su sentencia. Sin embargo, no está obligado a decir nada: el juez no puede forzarlo a hablar.
Los acusados suelen usar esta instancia para expresar remordimiento, pedir clemencia o decir cualquier cosa que consideren relevante.
Pero amparado por la Quinta Enmienda de la Constitución de EE. UU., Kohberger tiene el derecho legal de guardar silencio.
El presidente Donald Trump se pronunció sobre el caso el lunes a través de su red Truth Social, escribiendo: “Espero que el juez haga que Kohberger, como mínimo, explique por qué cometió estos horribles asesinatos. No hay explicaciones, no hay NADA”.

Los asesinatos sacudieron a la pequeña ciudad de Moscow, Idaho, en noviembre de 2022.
Durante semanas, las autoridades compartieron pocos detalles sobre la masacre, mientras la comunidad vivía sumida en el miedo ante la posibilidad de que el asesino siguiera libre. Kohberger, que en ese momento era estudiante de posgrado en criminología en la Universidad Estatal de Washington, fue arrestado recién el 30 de diciembre de 2022, seis semanas después del crimen.
Durante la audiencia del acuerdo de culpabilidad a principios de mes, el fiscal del condado de Latah, Bill Thompson, relató con detalles escalofriantes cómo se desarrolló la matanza.
Según explicó al tribunal, Kohberger irrumpió en la vivienda de tres plantas y seis habitaciones, y subió directamente al tercer piso, donde atacó primero a Madison Mogen y Kaylee Goncalves.
Luego se dirigió al segundo piso, donde se cruzó con Xana Kernodle mientras recogía una entrega de DoorDash, y la asesinó. Por último, apuñaló a su novio, Ethan Chapin, que dormía en la misma planta.
Dos compañeras de piso, Bethany Funke y Dylan Mortensen, fueron las únicas sobrevivientes de la noche. Mortensen incluso llegó a encontrarse cara a cara con Kohberger durante el ataque, en un momento que describió como aterrador.

Tras huir de la escena del crimen, Kohberger regresó a su residencia en Pullman, Washington —a poco más de 9 kilómetros de Moscow— y, según la fiscalía, se tomó esa misma mañana un selfie con los pulgares hacia arriba.
En la casa de las víctimas, los investigadores encontraron la funda de cuero del cuchillo que Kohberger usó para asesinar a Goncalves y Mogen, abandonada sobre una de las camas. Sin embargo, el arma homicida nunca ha sido localizada.
Seis semanas después del cuádruple asesinato, Kohberger fue arrestado en la casa de sus padres en Pensilvania.
Fue vinculado al crimen mediante registros de geolocalización de su teléfono móvil y un video de seguridad que mostraba un Hyundai Elantra blanco, similar al que fue visto cerca del lugar de los hechos en el momento del ataque, merodeando por la zona. Pocos días después de los asesinatos, Kohberger cambió la matrícula de su Hyundai Elantra, un movimiento que llamó la atención de los investigadores.
Tras declararse culpable, la fiscalía y la defensa acordaron una propuesta de sentencia: cuatro cadenas perpetuas consecutivas sin posibilidad de libertad condicional, más 10 años adicionales por el cargo de robo.
Kohberger también renunció a su derecho a apelar cualquier aspecto del caso, cerrando así cualquier vía de recurso futuro.
Esta es una noticia de última hora. Vuelva a consultar las actualizaciones en directo.
Traducción de Leticia Zampedri