Anulan condena por el asesinato de Etan Patz, uno de los primeros niños en aparecer en las cajas de leche
La desaparición de Etan Patz se convirtió en noticia nacional en los años 70 y fue uno de los primeros niños en aparecer en una caja de leche

Un tribunal federal de apelaciones dictaminó este lunes que Pedro Hernández, el hombre condenado por el asesinato de Etan Patz, de seis años, en 1979, debe ser juzgado nuevamente o puesto en libertad.
Hernández, de 64 años, permanece en una prisión del estado de Nueva York desde 2017, cumpliendo una sentencia de 25 años a cadena perpetua tras ser hallado culpable del secuestro y asesinato del menor.
Fue arrestado en 2012, luego de décadas de búsqueda desesperada de respuestas sobre la desaparición de Etan, ocurrida el primer día que se le permitió caminar solo hasta la parada del autobús escolar en Nueva York.
El cuerpo del niño nunca se encontró.
El asesinato de Etan Patz se convirtió en uno de los casos más notorios en Estados Unidos. Generó un fuerte temor entre los padres sobre la seguridad infantil y marcó el inicio del movimiento por los niños desaparecidos. Patz fue uno de los primeros menores en aparecer en cajas de leche, como parte de campañas nacionales para encontrarlos.
Pedro Hernández, quien tenía 18 años en el momento de la desaparición en 1979, confesó haber secuestrado y asesinado al niño tras un extenso interrogatorio policial en 2012.

Los abogados de Pedro Hernández apelaron su condena al afirmar que el tribunal dio instrucciones inadecuadas al jurado.
Un panel de tres jueces en Nueva York falló a favor de Hernández al considerar que esas instrucciones afectaron negativamente el veredicto. El tribunal de apelaciones concluyó que el juez de primera instancia respondió de forma “claramente errónea” y “manifiestamente perjudicial” a una nota enviada por el jurado durante el segundo juicio de Hernández, celebrado en 2017. Su primer juicio, en 2015, terminó sin veredicto por falta de acuerdo entre los miembros del jurado. Los abogados de Hernández afirman que es inocente.
El tribunal ordenó la liberación de Pedro Hernández, a menos que reciba un nuevo juicio dentro de un “plazo razonable”.
Etan Patz era un niño de primer grado que, según su madre, Julie Patz, “siempre quería hacer todo lo que hacían los adultos”. Así lo relató ante el jurado en 2017.
La mañana del 25 de mayo de 1979, ella accedió a dejar que su hijo caminara solo hasta la parada del autobús escolar, ubicada a una manzana y media de distancia. Lo acompañó hasta las escaleras, lo vio alejarse... y nunca volvió a verlo.

Durante décadas, los padres de Etan Patz conservaron el mismo apartamento e incluso el mismo número de teléfono, con la esperanza de que su hijo intentara contactarlos algún día.
Su desaparición desató una búsqueda masiva y una investigación que se extendió durante años y alcanzó repercusión internacional. Sin embargo, nunca se encontró rastro alguno de Etan. Un tribunal civil lo declaró legalmente muerto en 2001.
Pedro Hernández, en aquel entonces un adolescente, trabajaba en una tienda del barrio donde vivía Etan, en el centro de Manhattan, cuando ocurrió la desaparición. La policía se cruzó con Pedro Hernández durante las primeras investigaciones en la zona, pero no lo consideró sospechoso hasta 2012, cuando alguien informó que, años atrás, él había hecho comentarios sobre haber matado a un niño en Nueva York, aunque nunca mencionó el nombre de Etan.
Hernández declaró entonces a la policía que había atraído al niño al sótano de la tienda con la promesa de darle un refresco y luego lo asfixió porque, según sus palabras, “algo se apoderó de él”. Afirmó que metió a Etan, aún con vida, en una caja y la dejó entre la basura en la acera.
Durante las deliberaciones del jurado en su segundo juicio, algunos miembros expresaron dudas sobre la validez de la confesión. En una nota enviada al juez, preguntaron si debían ignorar las confesiones posteriores en caso de considerar que la primera, dada antes de ser informado de sus derechos (mirandizado), no había sido voluntaria.
El juez respondió: “No”.
Sin embargo, el panel de tres jueces de Nueva York concluyó que esa respuesta judicial “contradecía la ley federal claramente establecida” y afirmó que “el error no fue inofensivo”.
Un vocero de la oficina del fiscal del distrito de Manhattan declaró al New York Times que están “revisando la decisión”.
Stanley y Julie Patz, los padres de Etan, impulsaron importantes cambios tras la desaparición de su hijo. Su lucha ayudó a crear una línea directa nacional para reportar menores desaparecidos y permitió que las agencias de seguridad compartieran información de manera más efectiva en estos casos. El 25 de mayo, fecha en que Etan desapareció, fue declarado Día Nacional de los Niños Desaparecidos en Estados Unidos.
Con información de Associated Press
Traducción de Leticia Zampedri