Servicio de DVD por correo, ¿reliquia en era del streaming?
El pionero servicio de alquiler de DVD por correo de Netflix ha quedado relegado como una reliquia en la era del streaming de video, pero en EEUU sigue habiendo un público devoto —aunque cada vez más reducido— de fanáticos que pagan con gusto por recibir esos discos en unos emblemáticos sobres rojos y blancos
El pionero servicio de alquiler de DVD por correo de Netflix ha quedado relegado como una reliquia en la era del streaming de video, pero en Estados Unidos sigue habiendo un público devoto —aunque cada vez más reducido— de fanáticos como Amanda Konkle que pagan con gusto por recibir esos discos en unos emblemáticos sobres rojos y blancos.
“Todavía es algo que realmente quieres ver cuando abres tu buzón, en lugar de sólo facturas”, explicó Konkle, residente de Savannah, Georgia, que ha estado suscrito al servicio de DVD por correo de Netflix desde 2005.
Es un pequeño placer que disfrutan Konkle y otros suscriptores aún devotos de los DVD por correo, pero no está claro por cuánto tiempo más. Netflix se negó a responder preguntas para este reportaje, pero durante un evento para la prensa en 2018, el cofundador y codirector ejecutivo de Netflix, Reed Hastings, sugirió que el servicio de DVD por correo podría cerrarse alrededor de 2023.
Cuando eso suceda, Netflix cerrará un servicio que ha enviado más de 5.000 millones de discos por todo Estados Unidos desde su creación hace casi un cuarto de siglo. Ese servicio fue una de las razones principales por las que miles de tiendas de alquiler de videos Blockbuster tuvieron que cerrar, porque no pudieron contrarrestar la amenaza que representó la alternativa de DVD por correo de Netflix.
Hastings decidió separar el negocio de un entonces incipiente servicio de streaming por internet en 2011. En ese entonces, Hastings planteó la idea de renombrar el servicio como Qwikster, una idea fallida que fue ridiculizada tan ampliamente que fue satirizada en el programa “Saturday Night Live”.
Finalmente, se decidió por su nombre actual, más prosaico, DVD.com. La operación tiene su sede actual en una oficina anodina en Fremont, California, a unos 32 kilómetros (20 millas) de las elegantes instalaciones de Netflix en Los Gatos, California.
Poco antes de su separación del negocio del streaming, el servicio de DVD por correo contaba con más de 16 millones de suscriptores, un número que ahora se ha reducido a unos 1,5 millones de clientes, todos en Estados Unidos, según cálculos extraídos de las limitadas informaciones sobre ese servicio en los informes trimestrales de Netflix. En cambio, el servicio de streaming de Netflix cuenta ahora con 223 millones de suscriptores en todo el mundo, incluidos 74 millones en Estados Unidos y Canadá.
“El negocio del DVD por correo ha legado el Netflix que todos conocen y ven hoy en día”, comentó Marc Randolph, el original director ejecutivo de Netflix, durante una entrevista en una cafetería en Santa Cruz, California.
Al otro lado de la calle de la cafetería está una oficina de correos de 110 años que se volvió un hito en la historia de Silicon Valley, porque allí es donde en 1997 Randolph envió por correo a Hastings un CD de Patsy Cline para probar si el Servicio Postal podía entregar un disco sin dañarlo. El disco llegó a la casa de Hastings sin defectos, lo que llevó al dúo a lanzar en 1998 un sitio web de alquiler de DVD por correo que siempre supieron que tarde o temprano sería reemplazado por una tecnología aún más conveniente.
“Fue una obsolescencia planificada, pero nuestra apuesta era que tomaría más tiempo de lo que la mayoría de la gente creía en ese momento”, agregó Randolph.
Con el exitoso servicio de streaming de Netflix, podría ser fácil suponer que cualquiera que todavía pague por recibir un DVD por correo es un tecnófobo o alguien que vive en una parte remota de Estados Unidos sin acceso confiable a internet, pero esos suscriptores dicen que prefieren el servicio para poder alquilar películas que de otro modo serían difíciles de encontrar en los servicios tradicionales de streaming.
Para Michael Fusco, de 35 años, eso incluye la película de 1986 “Power”, protagonizada por un entonces joven Richard Gere y Denzel Washington, y el filme “The Big Red One” de 1980, protagonizada por Lee Marvin. Esa es una de las principales razones por las que sigue suscrito al servicio de DVD por correo desde 2006, cuando era un estudiante de primer año en la universidad. Dice que no tiene planes de cancelarlo ahora.