Sam Altman y su pareja invierten en empresa que busca modificar embriones para prevenir enfermedades hereditarias
Sam Altman y su esposo habrían invertido en una startup de modificación genética que busca eliminar enfermedades hereditarias
El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, y su esposo Oliver Mulherin han respaldado a Preventive, una controvertida startup que busca aplicar ingeniería genética para eliminar enfermedades hereditarias en bebés.
La empresa, con sede en San Francisco, ha recaudado 30 millones de dólares con el objetivo de abordar “condiciones genéticas graves”.
Según The Times, Brian Armstrong, director ejecutivo de la plataforma de criptomonedas Coinbase, también figura entre los inversores junto a Altman y Mulherin.
Aunque la modificación genética para crear bebés está prohibida en Estados Unidos, Reino Unido y muchos otros países por considerarse poco ética y riesgosa, The Wall Street Journal informó que Preventive evalúa realizar pruebas en Emiratos Árabes Unidos, donde esta práctica es legal.

Según se informa, los científicos de Preventive intentan crear un niño a partir de un embrión editado genéticamente para prevenir una enfermedad hereditaria, utilizando para ello a una pareja portadora de dicha condición que ha expresado interés en participar.
Brian Armstrong, uno de los inversores, defendió el desarrollo de la modificación genética como una herramienta necesaria para eliminar enfermedades prevenibles.
“Más de 300 millones de personas en el mundo viven con enfermedades genéticas”, declaró a The Times.
“Debe realizarse investigación básica para determinar si es posible desarrollar terapias seguras y eficaces que curen estas enfermedades desde el nacimiento. Es mucho más fácil corregir un número reducido de células antes de que la enfermedad avance, como en el caso de un embrión”.

En mayo de este año, la modificación genética alcanzó un hito histórico cuando un bebé con un raro y peligroso trastorno genético recibió un tratamiento personalizado de modificación genética.
KJ Muldoon, de Clifton Heights, Pensilvania, fue diagnosticado poco después de nacer con una grave deficiencia de CPS1, una condición que provoca la acumulación de amoníaco tóxico en la sangre.
La terapia experimental, desarrollada específicamente para su condición, corrigió un error genético pequeño pero crucial en el caso de KJ Muldoon, lo que abre una vía de esperanza para otras personas que padecen enfermedades raras similares.
Si bien los trasplantes de hígado son una opción para algunos casos, este innovador tratamiento de modificación genética abre una nueva vía de esperanza, según un estudio publicado en The New England Journal of Medicine que documenta el caso de KJ y destaca el potencial de esta tecnología.
El Dr. Kiran Musunuru, experto en modificación genética de la Universidad de Pensilvania y coautor del estudio, calificó el tratamiento como “el primer paso hacia el uso de terapias de modificación genética para tratar una amplia variedad de enfermedades genéticas raras que actualmente no tienen tratamientos médicos definitivos”.
El caso de KJ marca un avance significativo en la medicina personalizada, al demostrar el potencial de adaptar tratamientos a perfiles genéticos individuales.
Sin embargo, algunas empresas tecnológicas están explorando aplicaciones más controvertidas de esta tecnología, como permitir que los padres conozcan de antemano la inteligencia probable o la estatura futura de un hijo.
GM Freeze, una coalición de organizaciones y entidades benéficas que busca visibilizar las preocupaciones en torno a la modificación genética, sostiene que aún no se conoce lo suficiente sobre esta práctica.
En su sitio web, el grupo advierte: “A medida que avanzan tecnologías de ingeniería genética como la modificación génica, también crece la conciencia de que nuestro conocimiento sobre el funcionamiento de los genes sigue siendo muy incompleto”.
Traducción de Leticia Zampedri






