Los vínculos de Tulsi Gabbard con una secta misteriosa podrían explicar su desconcertante trayectoria política
La educación de Tulsi Gabbard en una rama del movimiento Hare Krishna con estricta devoción a un misterioso gurú screto habla sobre su aparente cariño hacia Vladimir Putin, escribe Bevan Hurley
Tulsi Gabbard ha defendido posiciones extremas sobre los derechos LGBT+, difundido desinformación sobre los biolaboratorios ucranianos y afirmado que las grandes compañías tecnológicas la exluían porque usaba usaba su vasta huella en las redes sociales para calificar a Joe Biden de “belicista”.
Un día, Gabbard expresa el deseo de traer amor y aloha (saludo)desde su natal Hawái al mundo, y al siguiente, comparte teorías de conspiración en el programa de Tucker Carlson en Fox News.
Esta semana, Gabbard anunció que dejaría el Partido Demócrata. Afirmó que se había convertido en “una camarilla elitista de belicistas impulsada por la cobardía woke”.
La decisión no sorprendió a nadie que haya seguido su trayectoria política desde su candidatura presidencial demócrata en 2020 hasta volverse la favorita de los propagandistas rusos y la extrema derecha estadounidense.
Para comprender sus ambiciones, su tía, la Dra. Caroline Sinavaiana Gabbard, le dice aThe Independent en una entrevista que es necesario observar su crianza en un culto misterioso llamado Science of Identity Foundation (SIF), cuyos miembros muestran lealtad absoluta a un gurú en reclusión, Chris Butler.
Un exmiembro le dijo a The Independent que las enseñanzas del grupo son homofóbicas, a menudo antiislámicas y misóginas. También le contó cómo se vieron obligados a adorar a Butler, a quien se le considera similar a un dios.
Sinavaiana Gabbard dice que la carrera de su sobrina tiene que ver con la búsqueda del poder, y su candidatura a la presidencia en 2020 fue la culminación de cuatro décadas de esfuerzos de Butler por buscar influencia política.
“Una vez más, encuentro que la aparente inclinación de mi sobrina por repetir como loros aduladores extremistas como Tucker Carlson y viles ‘hombres fuertes’ como Vladimir Putin, es problemática y bastante preocupante”, le comentó a The Independent Sinavaiana Gabbard, profesora jubilada de inglés en la Universidad de Hawái.
“No me complace señalar que el único principio rector de Tulsi parece ser la conveniencia, aunque en realidad no es ningún principio”.
“Tulsi, nuestra amiga”
En su discurso de apertura de la Conferencia de Acción Política Conservadora en febrero, Tulsi Gabbard describió las diversas formas en que sus oponentes políticos la habían difamado.
“Estoy segura de que todos los han escuchado antes”, comentó Gabbard. “Activo ruso. Supremacista blanca. Fanático. Racista. Extremista. Traidora”.
Gabbard recibió varias ovaciones de pie de los grandes del Partido Republicano por sus ataques dispersos contra la cultura de cancelación, la élite del poder y la “política exterior Biden-Clinton-neoconservadora-neoliberal”.
Gabbard es una veterana del ejército que realizó una gira por Irak, todavía sirve en la Guardia Nacional y ha hablado sobre cómo presenciar de primera mano los horrores de la guerra la llevó a adoptar una postura anti-intervencionista en la política exterior de EE.UU.
En declaraciones posteriores a la invasión rusa de Ucrania, Gabbard afirmó que no valía la pena proteger a Ucrania porque “en realidad no es una democracia” y que los “biolaboratorios” financiados por EE.UU. podrían dar lugar a la liberación de “patógenos peligrosos”.
Esta afirmación sin fundamento retomó la propaganda rusa de que EE.UU. financiaba laboratorios en Ucrania para fabricar armas biológicas ilegales que se usarán contra Rusia.
El senador republicano Mitt Romney respondió que Gabbard difundía “mentiras traicioneras”.
Gabbard no se desanimó y le dijo a Jesse Watters el 15 de marzo que la libertad de expresión en EE.UU. corría un riesgo similar al de Rusia, donde prohibieron todas las críticas al gobierno y encarleraron a decenas de miles de manifestantes.
“Es sorprendente cuando ves la propaganda de Putin y la comparas con la propaganda de Biden”, afirmó.
Politifact calificó la declaración como una mentira evidente.
Sus temas de conversación a favor del Kremlin llevaron a que la televisión estatal rusa la presentara como “Tulsi, nuestra amiga”.
Después de transmitir parte de su entrevista con Fox, un panelista preguntó: “¿Es ella una especie de agente rusa?”.
Gabbard apareció en el programa de Tucker Carlson como presentadora invitada en agosto.
Las donaciones políticas de Gabbard también han sido objeto de escrutinio por sus posiciones prorrusas.
Forbes reveló a principios de este año que el mayor donante político de Gabbard en 2021 es un partidario Putin.
Y en marzo, se reveló que Elena Branson, una ciudadana estadounidense y rusa acusada de espiar para el Kremlin, hizo una donación a su campaña para la reelección al Congreso en 2019.
Gabbard ha repetido de forma constante las posiciones del Partido Republicano sobre temas de inmigración y LGBT+, y hace poco afirmó que el proyecto de ley “Don’t Say Gay” de Florida era demasiado moderado.
“Cuando escuché por primera vez sobre el proyecto de ley de derechos de los padres de Florida, me sorprendió que solo protegiera a los niños K-3. ¿Tercer grado? ¿Qué tal el grado 12, o nada?”, dijo.
En 2015, voló a Siria para reunirse con el dictador Bashar al-Assad mientras libraba una guerra brutal contra su propio pueblo.
Ha mostrado simpatía por el presidente egipcio Abdel Fattah El-Sisi, cuyo régimen ha asesinado y encarcelado a miles de personas desde que asumió el poder en un golpe de estado en 2014.
Y el primer ministro indio de tendencia autoritaria, Narendra Modi, envió un emisario personal a su boda en Hawái en 2015.
También se negó a votar para acusar penalmente a Donald Trump durante su primer juicio político en diciembre de 2019, y en su lugar se registró como “presente”.
Su deserción de los demócratas podría facilitar el camino en caso de que la mujer de 41 años se postule para la nominación republicana en 2024.
“Dijeron que podía leer tu mente”
A pesar de tener puntos de vista mordaces sobre todo tipo de temas, Gabbard ha sido elusiva sobre sus vínculos con la Fundación Ciencia de la Identidad y no respondió a varias solicitudes de comentarios para este artículo.
En una biografía en línea, se describe a sí misma como “interreligiosa” y dice que algunos de sus primeros recuerdos provienen de los “fragantes aromas de las celebraciones tanto cristianas como hindúes”.
Pero en entrevistas y discursos, reconoció y defendió sus vínculos con Butler. Se refirió a él como su “gurú dev”, o líder espiritual, en 2015.
A Butler rara vez se le ve en público en estos días, y la Fundación Ciencia de la Identidad publica clips de décadas de sus enseñanzas en YouTube de forma habitual.
La fundación no respondió a una solicitud de comentarios para este artículo.
En una entrevista de 2017 con The New Yorker, Gabbard contó que nunca había escuchado a Butler “decir algo odioso o malo sobre nadie”.
“Puedo hablar de mi propia experiencia personal y, francamente, de mi gratitud hacia él, por el regalo de esta maravillosa práctica espiritual que me ha dado a mí y a tantas personas”.
Butler concedió una rara entrevista para el mismo artículo del New Yorker en 2017, respondió que sí tenía discípulos, pero rechazó las afirmaciones de que era un autoritario.
Butler, que también se hace llamar Jagad Guru, o maestro del mundo, declaró que prefería pensar en sí mismo como un seguidor o estudiante, en lugar de un maestro o líder.
Describió su relación con sus devotos como una relación de amor.
Sinavaiana Gabbard recuerda haberse enterado hace unos 40 años que su hermano Mike, el padre de Tulsi y quien se desempeñó como legislador estatal hawaiano durante mucho tiempo, se había unido a la Ciencia de la Identidad.
La familia extendida se reunía para el brunch dominical, una fiesta semanal e institución cultural en Samoa. Cuando Mike anunció que él y su familia se habían convertido en estrictos vegetarianos, su madre se molestó bastante.
Luego, al parecer de la noche a la mañana, sus sobrinos, los hermanos mayores de Tulsi, tenían nuevos nombres en sánscrito.
Ella dice que cuando era niña en los años 60, esto no le parecía extraño, pero fue un cambio “inquietante” para sus padres.
Más tarde se enteró de que toda la familia estaba “postrándose a los pies” de Butler, un “surfista blanco”.
Tulsi asistió a un internado de Ciencias de la Identidad en Filipinas, según varias fuentes, y pasó sus años de formación y educación protegida de influencias externas, dijo su tía.
Chris Butler formó la SIF (Fundación Ciencia de la Identidad) en 1977 como una secta disidente de la ISKCON (Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna), también conocida como el movimiento Hare Krishna.
Su objetivo declarado es “transmitir las antiguas enseñanzas del yoga de una manera científica, lógica y clara para que las personas puedan, con inteligencia, contemplar seriamente y considerar”.
Sin embargo, los exmiembros han denunciado las prácticas abusivas de la Fundación Ciencia de la Identidad durante varios años.
“Lenguaje denigrante”
La mujer de Oklahoma, Robin Marshall, de 40 años, que pasó seis meses en un retiro de SIF en Hawái a principios de la década de 2000, le relató a The Independent que a los reclutas se les enseñó a ser “muy homofóbicos”.
“Nos dijeron: ‘No nos asociamos con mar***”, usaron un insulto homofóbico.
“El odio, el lenguaje denigrante, era una cosa tras otra”.
Le reprodujeron grabaciones de Butler, quien, según ella, defendía puntos de vista homofóbicos extremos.
“Dijeron que podía leer tu mente. Están total y completamente adoctrinados en esta idea de que Chris Butler era básicamente Dios”.
Marshall dice que en ese entonces sabía que Tulsi Gabbard era una estrella en ascenso dentro de la fundación. Ella narró que era “inconcebible” que Butler no dirigiera a alguien involucrado con el grupo.
“Siento que cuando votas por alguien que está muy ligado a SOF, no votas por esa persona, votas por Chris Butler, como un siervo del siervo de Dios”.
En 2019, Iowa Informer publicó una investigación de la periodista independiente Christine Gralow que revisó las décadas de enseñanzas de Butler, incluidas las muchas referencias homofóbicas que ha hecho a lo largo de los años.
En una publicación de Medium de 2017, una mujer que dejó SIF describió cómo le enseñaron que la vida era una “ilusión”, y se instruyó a los seguidores para que solo desarrollaran una relación con Butler.
“En efecto, estábamos aislados de nuestros padres, quienes hicieron todo lo posible para no amarnos según su recomendación y, en cambio, lo miraban como una figura paterna/mesías sustituta”.
“Lo que me preocupa es el control que sé que Chris Butler tiene sobre ella, la influencia que tiene sobre su capacidad para tomar decisiones, decisiones que podrían convertirse en ley e impactar a mucha gente”. Lo describió como un abusivo, misógino, pesadilla homófobica, germófoba, narcisista.
Cuando Gabbard se postuló para presidente en 2020, prácticamente todo su personal de campaña eran miembros de Science of Identity, le explicó Sinavaiana Gabbard a The Independent.
De hecho, su carrera política está bajo la guia de su padre Mike Gabbard, un senador del estado de Hawái y el ex “chico del cartel” del activismo anti-LGBT+ en el estado insular.
Antes de ser elegida para la cámara de representantes del estado de Hawai en 2002 a la edad de 21 años, la legisladora más joven en la historia del estado, Gabbard trabajó para Mike's The Alliance for Traditional Marriage, un comité de acción política que se oponía a la legislación de derechos LGBTQ.
Después del 11 de septiembre, Gabbard se alistó en la Guardia Nacional de Hawái para poder “perseguir a los terroristas que nos atacaron”.
Eligieron a Gabbard como miembro de la Cámara de Representantes de EE.UU. en 2013 a la edad de 33 años. Se convirtió en la primera indo-samoano-estadounidense en el Congreso.
Rápidamente se convirtió en una crítica habitual del presidente Barack Obama por su negativa a utilizar el término “islam radical” y en una de las favoritas del presentador de Fox News, Sean Hannity.
Esos puntos de vista se alinean con las cintas de las enseñanzas islamófobas de Butler que han circulado en línea.
Se cree que la Fundación Ciencia de la Identidad tiene solo unos pocos miles de miembros en EE.UU., Filipinas, Nueva Zelanda y Australia.
Pero debido a su gran influencia en la política hawaiana y posible futura candidata presidencial, Sinavaiana Gabbard dijo que sentía que era importante hablar sobre el grupo y su sobrina.
“Como historiadora y estudiante de toda la vida de las filosofías y religiones orientales, considero que el papel de SIF como animador acrítico, si no patrocinador y principal generador, de la accidentada agenda política de Tulsi y de las asociaciones derechistas intemperantes es bastante preocupante”.
“De todos modos, me siento impulsada a dejar constancia de que de ninguna manera Tulsi habla por mí, ni por mi familia o cultura”.
“Racismo antiblanco”
En un comunicado publicado en Twitter esta semana, Gabbard afirmó que los demócratas trataban de “dividirnos al racializar todos los temas”, y que esto aviva el “racismo contra los blancos” y trabajan para socavar las “libertades otorgadas por Dios”.
“El presidente Biden y las élites del Partido Demócrata nos han empujado al precipicio de la guerra nuclear, arriesgándonos a iniciar la Tercera Guerra Mundial y destruir el mundo tal como lo conocemos”, declaró, mientras lanzaba puntos de vista republicanos sobre lo “woke” y las “élites”.
Gabbard también anunció el lanzamiento de una serie de podcasts en YouTube titulada “The Tulsi Gabbard Show”.
Ella no respondió a una solicitud de comentarios.