En Mar-a-Lago se infiltró en varias ocasiones una mujer ucraniana bajo un nombre falso, según un informe
La mujer, presuntamente bajo una identidad falsa, logró acceder a la finca de Florida donde el expresidente Donald Trump guardaba documentos confidenciales del gobierno de EE.UU.
En un momento en que el expresidente Donald Trump está bajo el microscopio por guardar documentos confidenciales del gobierno, se reveló otra extraña falla de seguridad en su casa de Mar-a-Lago: una mujer, quien afirma ser heredera de una famosa dinastía bancaria europea, visitó el resort de golf junto al mar en numerosas ocasiones y se mezcló con invitados, incluido Trump.
La mujer, sin embargo, no era una rica heredera, sino una hija de un camionero de Illinois nacida en Ucrania, y con supuestos antecedentes que la conectaban con estafas de caridad y crimen organizado.
El Pittsburgh Post-Gazette y el Organised Crime Corruption and Reporting Project documentaron la extraña y preocupante historia de “Anna de Rothschild”, la mujer que afirmó ser miembro de la familia de banqueros Rothschild que se abrió camino en la propiedad de Trump y en el centro del poder del partido republicano.
La investigación del periódico encontró evidencia que sugiere que Rothschild es en realidad Inna Yashchyshyn, de 33 años, una mujer ucraniana que emigró a EE.UU. con su familia y que ahora es objeto de una investigación del FBI que se ocupa tanto de su supuesta identidad falsa y afirma que estuvo involucrada en estafas financieras.
El hecho de que alguien aparentemente pueda entrar con engaños a un centro de poder de EE.UU., algo en lo que se ha convertido Mar-a-Lago gracias a Trump, es bastante preocupante. A esa preocupación se suma el hecho de que tenía acceso a una instalación donde, como ahora se sabe, se almacenaban documentos confidenciales del gobierno de EE.UU.
“Esa es su residencia”, le comentó al Pittsburgh Post-Gazette Ed Martin, exagente especial del Tesoro de EE.UU. que trabajó más de dos décadas en inteligencia criminal, “ella no debería haber estado allí”.
El periódico logró hablar con Yashchyshyn, quien afirma que ella es la víctima de todo esto. Según ella, no conocía a Anna de Rothschild y considera que “hay un malentendido”.
Afirmó que se reunió con agentes del FBI el 19 de agosto y que varios documentos de identificación, incluidas licencias de conducir y pasaportes, con su foto y el nombre de Rothschild, eran falsos. Las identificaciones sugieren que de Rothschild vivía en una mansión de US$13 millones en Miami Beach, a pesar de que no hay evidencia de que haya residido en esa dirección.
“Todo eso es falso y no pasó nada”, le aseguró al periódico.
John LeFevre, un exbanquero de inversiones que conoció a la mujer en Mar-a-Lago, le contó al periódico que su presunto acto fue un “truco casi perfecto” y que “todos [en el club] se lo creyeron”.
El Servicio Secreto no le confirmó a los reporteros si investigaban a la mujer.
“Para mantener la integridad operativa de nuestro trabajo, no podemos comentar específicamente sobre los medios, métodos o recursos utilizados para llevar a cabo nuestras operaciones de protección”, comentó Steven Kopek, un agente especial y portavoz, en un comunicado al periódico.
Charles Marino, un exsupervisor del Servicio Secreto, le dijo al periódico que era necesario determinar si la aparente artimaña era un “fraude o una amenaza de inteligencia”.
“El hecho de que hagamos esta pregunta es un problema”, consideró.
Si bien insiste en que no es de Rothschild, Yashchyshyn es objeto de investigaciones penales tanto por parte del FBI como de una unidad de delitos importantes en Quebec.
La información sobre sus supuestos viajes a Mar-a-Lago surgió durante una batalla judicial entre ella y un antiguo socio cercano, Valeriy Tarashenko. Tarashenko es un hombre de negocios de 44 años nacido en Rusia que ahora vive en Florida.
Según los informes, le permitió a Tarashenko vivir en su casa en Miami a cambio de cuidar a sus hijos mientras él estaba de viaje de negocios. Más tarde, Tarashenko acusó a Yashchyshyn de abusar de sus hijos, afirmación que ella niega con vehemencia.
Se informó que Tarashenko se reunió dos veces con agentes del FBI y les contó sobre sus visitas a Mar-a-Lago y sus interacciones con Trump, el senador Lindsey Graham y el exgobernador de Missouri, Eric Greitens.
Desde entonces, afirmó que cualquier esfuerzo de su parte para asegurar financiación se realizó bajo la dirección de Tarashenko y afirmó que “soy la víctima en este momento”.
Yashchyshyn también está bajo investigación por presunto fraude financiero relacionado con una organización benéfica de Miami llamada United Hearts of Mercy, la cual usaba el mismo nombre que una organización benéfica en Canadá fundada por Tarashenko.
Ella actuó como presidenta de la organización benéfica, pero uno de los procesadores de pagos del grupo, Stripe Inc, sospechó de fraude y se negó a aceptar su dinero.
La organización benéfica declaró que tenía como objetivo ayudar a las familias que tienen dificultades durante la pandemia.
La contadora del grupo, Tatiana Verzilina, le informó al periódico que cerca del final de su campaña comenzó a recibir llamadas telefónicas amenazantes de personas con acento que decían que la matarían a ella y a su familia si no liberaba los fondos para su uso.
Otro hombre que habló con el FBI y el Pittsburgh Post-Gazette, Sergey Golbuev, contó que acordó un matrimonio falso con Yashchyshyn para ayudarla a obtener la residencia EE.UU.
La investigación del FBI sobre Yashchyshyn, sus presuntos delitos financieros y su supuesta identidad falsa como Anna de Rothschild está en curso.