Los ucranianos creemos que esta es la manera de derrotar a Putin
Somos personas amantes de la libertad. Pero nuestra nación está lista para defender nuestros valores durante el tiempo que sea necesario
Antes de que comenzara la guerra hace un mes, pocos ucranianos realmente creían que podríamos derrotar a nuestra vecina Rusia. Una encuesta realizada en 2020 por el Instituto Internacional de Sociología de Kyiv mostró que solo la mitad de los ciudadanos ucranianos creían en una posible victoria sobre Rusia en el caso teórico de la guerra.
Pero ahora la situación es radicalmente diferente. Los datos de la encuesta realizada el 10 de marzo de este año muestran que el 92 por ciento de los encuestados cree que Ucrania será capaz de repeler el ataque de Rusia. Esto es lo que ha cambiado:
Hombres y mujeres se alistan activamente en las Fuerzas Armadas de Ucrania. Los voluntarios y las tropas de información están trabajando 24/7. Las colas más largas durante la guerra no son en las tiendas, los bancos o las farmacias (como ocurre actualmente en Rusia) sino en las oficinas de registro y alistamiento militar. Hombres y mujeres se están inscribiendo activamente tanto en las Fuerzas Armadas de Ucrania como en la Defensa Territorial recientemente creada, cuya principal tarea es proteger a sus comunidades de la agresión rusa. Tras cuatro semanas de guerra, las filas de la Defensa Territorial superan ya las 100.000 personas, dotadas de armamento y todo el material militar necesario.
En los primeros días de la guerra, cuando aún quedaba mucho por aclarar, el Ministerio de Defensa se arriesgó y aprobó las condiciones para incorporarse a la Defensa Territorial. Para hacer esto, solo era necesario tener un pasaporte; en otras palabras, se entregaron armas a todos.
Era un riesgo, pero el gobierno entendió claramente que las armas serían utilizadas por el pueblo únicamente para defender al país. A pesar de que algunos sostenían armas por primera vez en sus vidas, el flujo de personas era abrumador: no se registraron oficialmente disturbios ni saqueos masivos en cuatro semanas, y hubo informes de ucranianos que castigaron los intentos de saqueo. La gente parece querer sinceramente proteger sus hogares y sus conciudadanos, y no aprovecharse de la situación.
Esto sin siquiera tomar en cuenta a las personas que se han quedado en las reservas. El liderazgo de Kyiv de la Defensa Territorial declaró que había reclutado el número máximo de personas para el día siete de la guerra. Las colas más largas se registraron en Zaporizhzhya. Se apuntaron reconocidos cantantes, líderes de opinión, periodistas y deportistas.
El equipo con el que trabajo, personas que han estado involucradas en la protección del medio ambiente toda su vida, luchando contra la basura, la contaminación del aire y el cambio climático, ahora protegen a Kyiv de los ocupantes. Estamos en contacto todos los días.
Cuando hablé con alguien hace unos días, la situación era particularmente inestable; sin embargo, mi colega dijo con voz tranquila: “Están disparando, están bombardeando, todo es como siempre”.
Es cierto lo que dicen que te puedes acostumbrar a todo. Sin duda tendremos que tratar la salud mental de todos los ucranianos después de esta pesadilla. Pero, por ahora, están aguantando bien.
Entonces, ¿de dónde viene este deseo de luchar por su país? En mi opinión, como ucraniano, ahora está conformado por tres factores: la influencia de las celebridades de Ucrania, la determinación de los civiles y el propio presidente.
En tiempos normales, podríamos burlarnos del poder de las celebridades. ¿Por qué debemos seguirlas? Pero la influencia de los personajes ilustres que se sumaron a la defensa del territorio ha sido muy importante.
Antes de la invasión, los boxeadores de fama mundial Oleksandr Usyk y Vasyl Lomachenko habían sido cautelosos con la idea de que Rusia fuera un agresor. No reconocieron la anexión de Crimea; apoyaron la tesis de unas “naciones fraternas”, por lo que contaron con un gran apoyo de la audiencia rusa. Ahora, ambos se han sumado a las filas y en lugar de guantes de boxeo, tienen armas en sus manos. Usyk defiende Kyiv. Lomachenko defiende su región natal de Odessa en el sur.
El segundo factor es la población local. Los líderes rusos querían capturar rápidamente las ciudades ucranianas y esperaban el apoyo de la población de habla rusa del este; similar a 2014, cuando, en la región de Donetsk, tanto la gente como los alcaldes recibieron a Rusia como libertadores.
En cambio, la situación ahora se ha invertido. Los alcaldes y funcionarios de las ciudades del este cerca de Rusia (Odessa y Kharkiv), que habían sido criticados por su lealtad a Rusia antes de la guerra, ahora han adoptado una línea dura contra el enemigo. El alcalde de Kharkiv, Ihor Terekhov, continúa repitiendo que “nadie entregará jamás la ciudad de Kharkiv”.
El alcalde de Chernihiv, Vladislav Atroshenko, una ciudad a 130 kilómetros de Rusia, con una población predominantemente de habla rusa, anunció una recompensa por los vehículos hostiles y mató a rusos.
La población está bloqueando los vehículos enemigos sin armas, organizando mítines proucranianos de muchos miles en ciudades casi ocupadas. En Mykolaiv, los civiles se apoderaron de los vehículos blindados de transporte de personal rusos, que ya eran apodados “tropas tractoras”. El presidente de la administración militar de la región de Mykolaiv, Vitaly Kim, habla regularmente al respecto en su canal de Telegram. Y la Defensa Territorial de la ciudad de Sumy logró repeler el ataque de los rusos por su cuenta.
Luego está nuestro presidente, por supuesto. Quizás este sea un factor clave en la continua paliza del país al enemigo en la cuarta semana de la guerra. Fue Zelensky quien inspiró a tantos a defender el país: no dejó Kyiv para esconderse en un búnker.
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Algunas personas en Ucrania se mostraron escépticas sobre la seriedad de Zelensky y lo llamaron “comediante” por su pasado en el mundo del espectáculo. Algunas personas antes de la guerra lo criticaron por sus puntos de vista prorrusos. Pero ahora, los críticos más feroces de Zelensky se han convertido en sus mayores admiradores.
Zelensky es diferente: durante la guerra se mueve por Kyiv, graba llamamientos en vídeo en las calles, visita hospitales militares y se comunica libremente con la prensa. Es fundamentalmente diferente de Putin, que incluso mantiene una distancia de diez metros con su ministro de defensa.
Putin parece haber creído sinceramente en la propaganda que impuso a los rusos durante tantos años; estaba convencido de que los ucranianos lo recibirían vistiendo kokoshniks y cargando pan y sal. Pero calculó mal.
Las Fuerzas Armadas de Ucrania, junto con su gente, ahora muestran un nivel de resistencia que no se ha visto en la historia moderna europea. Somos personas amantes de la libertad. Pero nuestra nación está lista para defender nuestros valores durante el tiempo que sea necesario.
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